"El Elemento Perdido #4: Aire" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️

"CAPITULO 28"

Alexia 

La noche que habíamos pasado en la corte, fue bastante entretenida. Tenían una capacidad maravillosa para llevar a cabo representaciones teatrales hermosas. Nunca nos decepcionaban. Pero mi mente se la pasó concentrada en Nath. Él y Adrián no regresarían hasta la noche siguiente. Uno de los guardias me había informado que un importante comerciante les ofreció hospedaje y una pequeña cena en agradecimiento por las tierras devueltas. ¿Quién lo diría? Los Zerkjis dándole las gracias a Adrián Vasilith, el hombre que les arruinó la vida por un simple capricho. 

Al menos Nathan envió una nota asegurándome que todo estaba en orden y que solo era una estadía rápida. Claro que no lo consideraba así pues ya lo extrañaba.

Desperté a la mañana siguiente con mi cama bastante fría. Pero había una buena noticia. Una de las doncellas llevó una carta de Vanessa. Había accedido a venir y Tatiana la acompañaría. Su carta transmitía bastante curiosidad por la situación física de Lena. No le había dado todos los detalles pero al parecer fueron suficientes para que dijera que si tan rápido a mi petición. Aunque antes de preparar todo para su llegada, tenía que establecer unas cuantas cosas con Dashia y Robert pues no quería un espectáculo.

Era casi hora del desayuno y Greta no había venido. No sabía si debía preocuparme o molestarme por eso. Pero a quién quería engañar, me inclinaba por la primera opción. Greta había estado ausente durante varios días. No tenía idea de si el problema con su madre ya estaba resuelto pues sólo o hablamos una vez varios meses atrás. En cuanto viera a alguna de las chicas les pediría que la buscaran. Quizás era importante hablar con ella.

Terminé de arreglarme. Era un día bastante cálido y tenía muchos vestidos ligeros que las costureras habían traído como regalo para mi por mi embarazo. Tonos blancos, azules y lilas invadían mi closet. Mi cabello parecía brillar más cada día y mis rizos estaban volviendo sin ningún esfuerzo. Mi vientre apenas mostraba una leve hinchazón y afortunadamente ya no me veía tan paliducha. Este aspecto me recordaba a la vieja yo. Aquella joven...

Alguien tocó la puerta y no tuve tiempo de responder. Abrieron y Robert se asomó. Al parecer no era la única que se veía tan bien esta mañana. Mi querido cuñadito era otro, se había afeitado y hasta se veía más joven. Dejó la vestimenta negra a una lado y ahora traía puesta una elegante chaqueta café y pantalones negros. Si no me equivocaba, parecía que había ido a montar un rato.

—Buenos días Alexia —tomó mi mano y la besó.

—Vaya sorpresa —dije ante el gesto—, te ves muy bien hoy.

—Gracias, tú igual —respondió—, iba a ver a Lena pero me topé a Greta y me pidió que te diera esto, bueno, yo me ofrecí, parecía estar bastante ocupada con Sebastian Zerktai.

Esto último lo dijo en un tono malicioso pero logró llamar mi atención. ¿Qué rayos hacía Greta con Sebastian?

Dejé la carta en un cajón de mi tocador pues no tenía ganas de leer nada que viniera de Eric en estos momentos, pues estaba segura que era suya. Ya lo vería más tarde.

—Bueno, pues gracias por traerla —le dije—, tengo que bajar a desayunar.

—Voy contigo —se ofreció—, veré a Lena después de comer algo.

Abrió la puerta y me hizo un gesto para que saliera. Al parecer hoy estaba muy amable. Algo extraño pues la cordialidad entre él y yo se había perdido hace bastante tiempo. Salimos de la habitación y me ofreció su brazo. Lo tomé y caminamos juntos en el pasillo, saludando a las personas que pasaban por ahí, que nos veían con gran sorpresa.

—Supe que visitaste a Lena, ¿puedo tomarlo como una buena señal? —me preguntó.

¿Así que esto era? No tenía porqué mantener tanta cautela al hablarme sobre ese tema. Si Lena y yo hubiéramos tenido la más mínima pelea, medio Caudentry se hubiera enterado.