"CAPÍTULO 17"

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Alexia

—No puedo dejar que vayas sola.

Habíamos regresado al cementerio. Un poca de energía se había quedado ahí y sería más fácil abrir el portal.

—Nathan, por favor, tú tienes que quedarte aquí con Selma —le dije—. Debes hallar una manera de hablar con tu padre de nuevo, mientras tanto yo trataré de encontrar una solución.

Mi primer paso, era Eric Zerktai, algo que Nathan no tenía que saber por ahora. Comenzaría a hacer preguntas si se lo decía y era lo que menos quería.

—Alexia, no expondremos a mi papá, no lo meteré en esa maldita magia.

—Lo sé, y no será necesario, te lo juro por nuestro bebé.

Su rostro cambió al escuchar eso. Era una promesa muy grande y muy seria. Sólo de esa forma lo aceptaría.

—Me harás falta para calmar a papá —me abrazó—, Selma no es de mucha ayuda.

A pesar de que la hermana de Nathan lo había tomado todo muy bien aún existían bastantes dudas, incluso si ella decía que no. Pero compartía la misma idea de su hermano, no querían arriesgar a John en algo tan complicado. Bueno, me aseguraría de que no fuera así.

—Volveré pronto —lo besé una última vez—, te lo prometo.

...

El portal se abrió justo en la entrada del palacio de Eric. Podía apostar que ya casi era medianoche. ¿Por qué me tomó tantas horas? Quizá Nath se encontraba débil por todas las emociones que lo invadieron en un solo día.

Caminé hacia la entrada. Mi ropa no era muy favorecedora. No parecía Alexia Vasilith. Los guardias se pusieron en posición al verme pero al menos una cara familiar logró tranquilizarme. Era Diego, uno de los hombre de confianza de Eric.

—Alteza —hizo una reverencia—, no la esperábamos.

—Lo sé Diego, pero tengo que hablar con Eric, ¿pueden anunciarme con él?

—No es necesario —dijo rápidamente—, tenemos la orden de llevarla ante él en cualquier momento.

Vaya. Mi cuñadito era muy atento conmigo. Me preguntaba si era por Dëni o porque sabía que podía matarlo cuando yo quisiera. Opté por la primera opción.

Las grandes puertas se abrieron. Diego me condujo en silencio por el patio principal. De verdad que ya era muy tarde pues no había mucho actividad. Unos cuantos soldados haciendo guardia. Algunos sirvientes terminando las últimas labores del día pero nada más. De verdad esperaba que Dëni estuviera durmiendo. No quería que ella supiera nada por el momento.

Ya dentro del palacio, pude ver como algunos prestaban atención. Murmuraban entre ellos por mí presencia en este lugar. Me daban ganas de decirles que no venía por ningún asunto bélico o político pero era estúpido. No eran personas tan importantes como para darles mi atención.

Llegamos al despacho de Eric y Diego abrió la puerta para mí. Hizo una reverencia y me dejó entrar. Eric estaba frente al fuego sosteniendo una copa de vino en su mano. Se giró en cuanto me escuchó poner el primer pie dentro de la habitación.

—Gracias Diego —le dijo—, ya puedes retirarte.

Salió y nos quedamos a solas. No tenía ni idea cómo empezar.

—Parece que tienes mucha prisa —comentó—, recibí tu mensaje de fuego, ya lo tengo cubierto, llegará en unos días, máximo una semana.

—No vengo por eso —interrumpí—, aunque gracias por avisarme.

"El Elemento Perdido #4: Aire" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Where stories live. Discover now