"CAPITULO 45"

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Dashia

—Una mujer dotada con el elemento del fuego y con habilidades que en aquellos años eran consideradas perversas —arrojé el libro a la mesa—, Victoria María, esposa de un adinerado hombre que venía de un lugar llamado España, y fue traicionada por ese mismo, regresó a este maldito mundo como Solara con la ayuda de los dioses luego de que fuera quemada en la hoguera. Es ella quien esta en el cuerpo de Alexia, lo ha estado todos estos meses, yo la he visto, he visto cómo logró pasar inadvertida, comportándose como tú querida Alexia, ¡pero no es ella!

—Estás loca si piensas que vamos a creer esas idioteces —dijo Nathan—, solo estas diciendo todo esto para no quedar como una loca que quiere acabar con la familia real, especialmente con Alexia y Lena.

Apenas les había dado unos cuantos detalles sobre la verdadera historia que se querida brujita ocultaba pero aunque él decía no creerme una sola palabra, su mirada me decía algo totalmente distinto. Lo había hecho pensar en que esto era verdad.

—Me matarán en cuestión de horas —me acerqué a él—, no tendría ningún motivo para mentirte, considera que les estoy haciendo un gran favor. Por una enferma razón, y por supuesto, gracias a ustedes y al estúpido de Adrián, ella logró apoderarse de Alexia. Quiere el trono y todo Caudentry. Quiere recuperar la vida mortal que le fue arrebatada —le sonreí—, fueron tan estúpidos creyendo que estaban rompiendo el lazo, pero no fue así. Todo lo que hicieron aquella noche en el santuario, fue lo que ella quiso que hicieran. Le llevaron a su preciada hija en bandeja de plata. Ni esta estúpida cerebrito se dio cuenta de que todo lo que encontró era una forma de que Solara se metiera en Alexia —continué—. Imagina la carga que caerá sobre ti Nathan, sobre Vanessa, ustedes la ayudaron a encontrar su propio fin, uno muy miserable si me lo preguntas.

—¡Alexia no está poseída por ninguna guardiana! —siguió Damon—, y si ese es tu plan, te advierto de una vez...

—¿Tú me amenazas? —puse el atizador en su garganta—, tienes suerte de que esto ya no esté caliente o te habría atravesado sin ningún problema.

Nath miró a Vanessa y luego a mi. La pobre había quedado tan débil después de lo que había pasado, así que accedí a que la recostara en el suelo. No les quité la vista de encima pero al parecer ya se habían dado cuenta de lo mala que podía ser si me sacaban de mis casillas.

—Estás hablando de mi hija, y no lo voy a permitir.

No pude evitar soltar una carcajada en el momento en que escuché esa tontería. ¿Ahora si era su padre? Si de verdad pensaba que eso me asustaría, era más idiota de lo que pensaba.

—Ojalá tuviera un premio para ti Damon, como el mejor padre del año —sonreí—. No tienes derecho a decirme nada porque todos aquí sabemos que no te queda el papel de padre preocupado, teniendo en cuenta que la vida de Alexia siempre te importó un comino partido a la mitad. No eres más que un cobarde que prefiero huir y dejarle todo el paquete a su hermano menor, y no me refiero al embarazo, sino que dejaste el trono, siempre mostrándote como un alma libre.

—Cierra la boca —me miró furioso—, tú no sabes nada de lo que pasó entre mi hermano y yo.

Oh, yo no estaría tan segura...

Fui hacia la mesa y tomé uno de los diarios que había podido llevar conmigo, antes de que Ruth se los llevara todos. 

—Si sé lo que pasó —fui hacia él con el diario en la mano—, mi madre, o bueno, Lucinda, de verdad que era una zorra, según esto, se había metido con todos los amigos del circulo real, no todos tuvieron la suerte de probar sus caricias, pero se conformaron con ello. Todos, menos uno. Tú.

Su rostro se tornó rojo y no sabía si era por el enojo o quizá por la vergüenza que le provocaba que alguien más supiera que Lucinda lo había rechazado. Nathan nos miró a ambos, no podía ocultar su curiosidad, así que, no solo le contaría una historia.

El hermano de Adrián parecía ser agradable —empecé a leer—, todos decían que el haber renunciado al trono, era señal de que estaba destinado a hacer algo más, pero yo no pensaba lo mismo —sonreí—. En la mascarada de esta noche en la aldea prohibida, quiso besarme, a pesar de que sabía que eso no era correcto. Yo estaba con Adrián y nadie más. Damon me provocó una sensación de inseguridad, su mirada sobre mi, sobre mi cuerpo, solo lograron causarme asco...

—¡Ya es suficiente! —me gritó furioso.

—¿O qué Damon? —me burlé— ¿Te duele escuchar la verdad de lo que Lucinda sentía por ti? Sus elecciones eran muy cuidadosas, y aunque jugó con todos los demás, Ronald, Arthur, Magnus, ¡no lo hizo contigo! Fue como una patada en las pelotas que ella te rechazara y se fuera con tu hermanito —solté una carcajada—. O ¿te duele escuchar que simplemente te follaste a Katrina porque era la esposa de tu hermano y odiabas de la idea de que él tuviera a una mujer joven y hermosa? Tu ego se destruyó viendo que tu hermanito, tenía todo lo que tú querías, siempre fue así. Que cruel venganza, teniendo en cuenta que Adrián siempre te admiró, siempre fuiste su modelo a seguir, pero ahora que lo veo, que bueno que cambió de idea. 

—No la escuches Damon —le dijo Nathan—, solo está tratando de ser un dolor en tu trasero.

—No creo que tenga otra opción —respondí—, estamos en la misma habitación, y la única que tiene el privilegio de no escucharme, es Vanessa, ustedes pueden decidir si quieren estar como ella.

Puse mi pie sobre la pierna de esa estúpida y a pesar de estar inconsciente, soltó un leve quejido.

—¡Déjala en paz, maldita perra! —Nathan jaló sus cadenas— Espero que sigas con esa sonrisa cuando vengan por nosotros. Me dará mucho gusto ver todo lo que hagan contigo, porque si ellos no lo hacen, yo mismo te atravesaré con ese maldito atizador.

Muy, muy valiente. No era de sorprenderse que tanto Alexia como Solara se sintieran tan atraídas hacia él. Después de todo, el haber vencido a la muerte, convertirse en un guerrero y perder a su estúpida familia terrana, lo volvieron alguien fuerte y difícil de quebrar. Pero yo hallaría la manera de hacerlo.

—¿Algo más que quieras añadir?

—Vete al infierno —respondió Damon en su lugar.

—Muy bien.

Damon no tuvo ni tiempo de reaccionar hasta que el atizador atravesó su pecho de lleno. Nathan no pudo evitar mostrar la sorpresa, y quizá un poco de terror. Damon no me servía de nada, y tal vez por esta pequeña acción, Adrián me perdonaría la vida. Ya le había quitado a uno de sus más grandes estorbos. Y era lo mejor, antes de que todos se enteraran que el bebé de Katrina no era del rey. Las doncellas no eran muy buenas guardando secretos. 

—Será mejor que cuides lo que dices —le advertí—, porque si no, la mataré a ella también, haré que veas como corre la sangre por su garganta y luego haré lo mismo contigo. A estas alturas debes entender que me importa muy poco matarlos, aun cuando eso significa mi propia muerte.

—No te entiendo Dashia, hacer todo esto simplemente porque no te declararon como hija de los Vasilith...

—No seas idiota —lo interrumpí—, no hice nada de esto como venganza hacia los Vasilith, lo hice porque quiero ser libre y para eso tengo que matarla antes de que ella lo haga conmigo.

—Quizás eso no sea posible.

Me di la vuelta rápidamente y ahí estaba. Mirándonos con una radiante sonrisa.

—Perdón que haya tardado tanto,  querido, pero hubo un contratiempo con los demás.

—¿Qué demonios?

Nathan la miró horrorizado al escuchar que ya no era la voz de la chica que él tanto amaba.

¿Lo ves idiota? Yo estaba diciendo la verdad.



Nuevo capitulo...

I know, soy una irresponsable de primera, y quizá suene a excusa vieja pero la universidad me ha tenido atrapada y no tienen idea del estrés que traigo encima 😭

Pero en fin, ya saben, dejen sus comentarios y denle amor, sí aún les queda 🙊💖

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