"CAPITULO 36"

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Lena

Llevábamos tres días en la casa del campo. Y era totalmente aburrido. Ni siquiera Tony había venido, sólo mi madre y yo. Dashia y yo recién habíamos cumplido catorce años y mamá quería saber unas cuantas cosas sobre mí hermana. Las cuales no me importaban. Yo tenía mucho que estudiar y que entrenar. El tío Frederick se había vuelto más accesible y accedió a enseñarme a leer la lengua antigua del fuego, eso era más interesante.

Vamos Dashia.

Ella y mamá salieron de la casa junto con Ruth. Esta traía ropa en las manos, era negra. Ya casi podía adivinar. Tenía que entrenar con esta tonta de nuevo.

Pero mamá, yo no quiero hacerlo me miró al decir esto—, Lena es muy brusca.

O ella era muy delicada.

No te pregunté si lo querías hacer, niña- mamá la regañó—. Es tu castigo por haber ido a las aldeas sin mi permiso, Ruth y tú lo pensarán dos veces después.

Vaya, vaya, así que Dashia había ido a pasear un rato. Yo también lo hacía. Justo el día anterior había ido a la función que organizaron para los hijos de los Vasilith y algo llamó mi atención o mejor dicho alguien. A pesar de que todos estaban concentrados en Alexia, yo sólo me fijé en él. El hijo mayor de los Hathaway. No pude verlo de cerca, pero sí lo suficiente para quedar muy intrigada.

Vamos Helena, quiero ver un entrenamiento completo hoy , linda me sonrió.

Por supuesto madre, acabaremos muy rápido, ¿cierto hermana?

...


Me desperté de golpe. Estaba un poco aturdida. Miré a mi alrededor y me di cuenta de donde estaba. En mi habitación. Ya era de noche pues todas las velas estaban encendidas y las cortinas bajadas. Quise levantarme pero un pequeño dolor apareció en mi pierna y entonces recordé todo lo que había pasado en la mañana. La venda era demasiado grande para la herida pero no tuve intención de quitármela. De hecho, no me sentía tan mal como esperaba.

—Esa hija de perra me las va a pagar.

Parecía una maldita loca. Aunque por una parte quizá pensaba que yo seguiría en cama vomitando sangre. La muy perra me mataría a traición. Claro, solo de esa manera podría hacerlo. Imágenes nuestras vinieron a mi mente. Las ocasiones en que Lucinda nos ponía a entrenar o mejor dicho, me obligaba a enseñarle algo que la tonta nunca aprendió. Ruth solo se dedico a volverla una persona débil e inútil. Llenándola de ideas sobre Terra o sobre una vida mejor a lado de todos en el palacio. Dashia nunca pudo ver más allá de sus estúpidas ilusiones.

Y ahora, aquí estaban las consecuencias. Me preguntaba qué habrían hecho con Dashia. Tenía la leve sospecha de que Robert había hablado con ella pero alejé todos los pensamientos de ellos dos juntos. La puerta se abrió y mi horrible día quedó completamente olvidado al ver esas hermosas caras. Luvia entró corriendo y Edward venía en los brazos de su padre.

—¡Mami!

—¡Mi cielo!

Saltó a la cama y me dio un gran abrazo. Tuve que acomodarme para que no me aplastara y pudiera causar un problema. Pero todo estaba bien, con ellos siempre era así.

—¡Papi dice que iremos a Terra con la tía Daniela, vamos a vivir allá!

Un momento...¿qué?

—Robert, me quieres explicar... —empecé a decir pero me hizo una seña para que guardara silencio.

—Greta —la llamó.

"El Elemento Perdido #4: Aire" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Where stories live. Discover now