"CAPITULO 9"

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Alexia

El ambiente de la cena era bastante tranquilo. Habíamos decidido cenar en el comedor familiar y después iríamos con la corte. Ariana ya lo había decidido. Su humor estaba llegando a lo eufórico esta noche y todo por la maldita audiencia. Todavía podía recordar la cara de Lena cuando fue mi turno para declarar, Ariana me había dicho que era lo decisión, que podía negarme si quería pero acepté.

—Ya deja de pensar en eso —Nath apretó mi mano—, todo estará bien, aún queda mucho que tratar, habrá más audiencias.

Vaya alivió. Había escuchado rumores sobre una persona muy importante pero nadie quiso decirme nada, lo único que medio sabía era que ese testimonio era vital para resolver este embrollo.

—Lena debe odiarme.

—Deja de mortificarte, flamitas —me llamó Ariana—, eres la única preocupada por todo esto, ni siquiera Robert esta así, dijiste lo que sabías, punto.

Ellos lo ponían tan fácil pero el haber contado eso fue como destapar un gran secreto.

—Sólo quiero que todo acabe —me recargué de Nath—, esto es muy cansado.

—Tienes que calmarte —puso su mano en mi vientre—, puede hacerles daños.

Le sonreí un poco. Tenía unas ganas inmensas de irme a casa con Dëni y los demás, quedarme ahí para siempre y olvidar todo.

—Atención, por favor.

Adrián sonó su copa. Todos guardaron silencio, hasta Ariana que era un perico. Los reyes se veían muy nerviositos.

—Sé que han sido días difíciles —dijo Adrián—, mi familia esta atravesando por muchos problemas y agradezco el apoyo que nos han brindado, pero incluso con tanta oscuridad, esta mañana recibí un poco de luz.

Ay dios mio. Porqué no dejaba todo ese discurso y nos decía de una vez lo que pasaba.

—Con gran felicidad, les anuncio que un nuevo heredero viene en camino, Katrina esta embarazada.

¡Qué!

—¿Quién es el padre? —preguntó Daniela.

Ariana escupió su vino en la mesa y comenzó a toser frenéticamente. Jonathan le dio unas cuantas palmaditas en la espalda y se disculpó. Normalmente apoyaba a Daniela pero esto había sido demasiado.

—Soy yo, hermana —respondió Adrián—. ¿Quién más podría ser?

Daniela miró a Damon rápidamente pero éste no dijo nada. Miraba a Katrina como si no pudiera creerlo. Y no era para menos. Yo tampoco me lo creía. Ese matrimonio era una vil farsa. Ellos dos habían pasado por muchas peleas y si estaban juntos era por mero compromiso. Y otra de las grandes razones era la vida que Adrián llevaba en la corte. El hombre llevaba un largo historial de aventuras con muchas de las jovencitas de la corte. La cena siempre era un hervidero de chismes. Cada una de las cortesanas alardeaba sobre las grandes experiencias intimas y pasionales que tenían con Adrián. Algunas de ellas eran más que explícitas y alegaban felizmente lo bueno que el rey era en la cama. A veces, si yo estaba presente, eran un poco reservadas pero raras veces se detenían.

—Con permiso.

Damon se levantó de su asiento y salió del comedor sin decir ni una sola palabra de felicitación para la feliz pareja. Adrián lo siguió con la mirada. Parecía bastante complacido por haber afectado a su hermano de esa manera.

—Pues, enhorabuena —dijo Ronald—, les deseo lo mejor.

—Los Dioses les darán un bebé lleno de bendiciones —Evelyn les sonrió—, ya lo verán.

"El Elemento Perdido #4: Aire" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Where stories live. Discover now