"El Elemento Perdido #4: Aire" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️

"CAPITULO 30"

Dashia

Una de las muchachas me trajo el desayuno junto con unas cuantas noticias. Al parecer me estaba librando de gente indeseable y sin el más mínimo esfuerzo. Daniela se iba a Terra junto con Carl. Bien decían que era una deshonra para la familia igual que Damon, con esto lo confirmaba. Qué valor al dejar este lugar, y aventurarse a vivir sola en Terra. Me hubiera encantado escuchar que Alexia se iría con ella, pero al parecer, la princesa no tenía ganas de tomarse unas vacaciones.

Me asomé en la ventana. El día era hermoso. El sol brillaba en todo su esplendor y quizá no era mala idea tomar un poco de aire fresco en el jardín. Tenía días sin salir de estos malditos cuartos. Sí lo pensaba mejor, era por estúpida, pues tenía toda la libertad de andar por aquí y por allá. Pero no me sentía cómoda. Las miradas que todos lanzaban hacia mí, ya no eran como muestra de apoyo, me daba cuenta de que había miles de críticas en sus ojos.

Estaba perdiendo la poca amabilidad y todo gracias a la mocosa y a Anabeth. Me alegraba que ambas estuvieran lejos y no aquí fastidiando. Ya ni siquiera había sido requerida para cuidar de Edward. Por lo que sabía, Katrina no le quitaba los ojos de encima y si no estaba con ella, su nodriza cuidaba de él.

Por una parte era mejor. Tenía otras cosas en mente y no sabía bien por dónde empezar. Necesitaba encontrar cierta información y esperaba que estuviera en la biblioteca. De algo tenían que servir tantos malditos libros. Y otra de mis preocupaciones, era la audiencia. El testigo que habían conseguido, aún no llegaba y aún así, tenía ciertas sospechas de quién podía ser pero no quería ilusionarme mucho. Lo único que quería pensar era que con su testimonio, mi pase al trono de la familia Vasilith estaría más que asegurado. Cuando fuera declarada Eleanor Vasilith, automáticamente sería la heredera, pues era la mayor de los cuatro hijos.

Lo cual me llevaba a otro asunto: Alexia.

Con Lena fuera de mi camino, solo tenía que deshacerme de esa maldita bruja y mi vida estaría tranquila y resuelta para siempre. Ya no iba a detenerme a pensar en las consecuencias. Tenía que actuar más rápido que ellos. Terminé de desayunar y me arreglé un poco para no verme tan demacrada. El maquillaje ayudaba muy poco, pero al menos así disimulaba mi horrible aspecto.

—¡Alexia!

Escuché un grito y venía del pasillo. Aunque la detestaba, reconocí la voz y si estaba en lo correcto, ya no iba a necesitar todos los libros de la biblioteca. Abrí la puerta y salí rápidamente, logrando lo que quería. Alguien chocó contra mí y tuve que sostener su mano para que no cayera. Vanessa se soltó de mi agarre con fuerza. No le daba mucho gustó verme y el sentimiento era mutuo pero debía poner mi mejor cara si quería que me ayudara.

—Oh, lo lamento —me disculpé—, debí haberme fijado.

—No te preocupes —dijo—, no pasa nada.

Comenzó a caminar de nuevo pero la detuve. Era ahora o nunca.

—Vanessa, espera por favor —le pedí—, me alegra verte de nuevo.

—Lamento no poder decir lo mismo Dashia —respondió—, ahora si me disculpas...

—De verdad, no me tomará mucho tiempo, sólo quería, bueno, pedirte una disculpa.

Me miró incrédula. Quizá no estaba sonando tan convincente.

—Me porté de una manera pésima la última vez que nos vimos, estaba muy molesta y eso me llevó a decir todo eso, pero no era en serio.

—No tienes que disculparte conmigo —me dijo—, la única que merece una disculpa y una honesta, es Tatiana.

—Mi disculpa hacia ti es honesta...