"El Elemento Perdido #4: Aire" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️

CAPITULO FINAL

"DECISIONES"

El primer mes sin Alexia ya había pasado. Algunas cuantas personas aún seguían renuentes a creer que la princesa Vasilith, fuera la nueva guardiana del fuego, pero su familia y demás amigos, no estaban dispuestos a que lo dejaran pasar. Ariana Cornelius era la más decidida, y prueba de ello, fue la orden que ella y su hermano dieron para que el templo en honor a la guardiana, comenzara a construirse de manera inmediata.

En el palacio, las cosas apenas y eran tolerables entre todas las personas. Poco a poco, cada miembro de las distintas familias, regresaba a su verdadero hogar. Tatiana y Vanessa fueron las primeras en marcharse. La reina de los Terrancer tenía muchas responsabilidades, y quedarse en el luto eterno, no era opción para nadie. Aún así, Vanessa accedió a irse, solamente hasta que estuvo segura de que tanto Dëni como Nathan estaban lo suficientemente bien. Pero ni ella lo estaba.

El recuerdo de todo lo que había sucedido, los acechaba constantemente. Era difícil digerir la idea de que su amiga, hermana y amada, no regresaría. Lena fue la intermediaria en ese asunto. Los planes de irse a Terra y comenzar de nuevo, quedaron en el olvido. Era la única heredera por el momento, y no quería dejar a su familia lidiando con semejantes cargas. Adrián estaba más que agradecido por ello.

La corte seguía siendo la misma. Las fiestas, los chismes, y las habladurías, no pasaban desapercibidas. Era lo único que los mantenía hasta cierto punto en la realidad. Pero en una realidad muy cruel.

Ariana se decidió finalmente. Se había estado paseando por el pasillo durante un buen rato pero ya estaba cansada. Tocó la puerta dos veces y esperó pacientemente. Sería terrible si él no salía pero aceptaría esa respuesta. Pasaron unos cuantos segundos y la puerta se abrió. Nathan no parecía muy sorprendido de tener a la princesa frente a él.

—Hola, ¿podemos hablar?

Ariana puso su mejor sonrisa. Nathan no dijo nada y simplemente la dejó pasar, no vaciló en ningún segundo. Sus ojos se fueron directamente al vientre de Ariana. Ahí estaban, lo único que le quedaba de Alexia.

—Me alegro de que aún sigas aquí —dijo Ariana—, Lena me dijo que te vas hoy.

—Sí —respondió Nathan—, pero aún no termino de empacar, ¿necesitas algo?

Por supuesto que necesitaba algo. Lena había soltado la noticia sin mucho tacto. Nathan se iría con los Terrancer durante algún tiempo, Derek le había ofrecido un puesto en la Guardia de su familia y al parecer el joven tenía bastante prisa pues aceptó sin dudarlo.

Ariana se sentó en la cama y observó todo de manera bastante cuidadosa. En la mesita de noche junto a la cama, había unas cuantas fotos. Sabía que Dëni las había traído de Terra. Todas y cada una de ellas mostrando la vida que Alexia tuvo con ellos mientras vivieron en aquel lugar. Las sonrisas no faltaban en ninguna foto, había gestos raros y tontos, pero no cabía duda de que ellos fueron muy felices.

—¿Cómo te has sentido? —preguntó Nathan.

—Bien —respondió Ariana rápidamente—, claro que me siento más gorda, más lenta, pero supongo que el embarazo hace eso. No entiendo cómo mi madre pudo tener cinco hijos.

Acarició su vientre con cuidado. La sensación de tener algo creciendo dentro de ella, le seguía pareciendo muy extraño. Aún no se acostumbraba al movimiento dentro de su cuerpo, ni a los mareos ni a los antojos. Los cuales habían sido demasiados, y su peso ya comenzaba a delatarla.