"CAPITULO 27"

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Dashia

Me la había pasado encerrada en la habitación durante días. No había comido nada, no quería ver a nadie y apenas había conseguido conciliar el sueño. Mi pelea con Robert me había afectado más de lo que quería admitir. Le había pedido a una de las sirvientas que me informaran sobre todo lo que él y la perra de Lena pudieran estar haciendo, pero al parecer nada importante estaba ocurriendo. Sólo unas cuantas visitas por parte de Robert y ya. Además de que Luvia había sido llevada de nuevo con los Hathaway. Anabeth estaba furiosa conmigo o eso decían por los pasillos. Porque claro, el chisme se había regado por todos los pasillos del palacio y ya medio Caudentry sabía que era una golpeadora de niños.

Ya era casi la hora de la cena. Una de las muchachas había venido para avisarme, pero al igual que en el desayuno, el almuerzo y la comida, me negué a bajar.

—¿Algo nuevo? —le pregunté a la chica.

—Nada señorita Dashia, escuché que habían preparado una pequeña función para la señorita Alexia, ya sabe, los festejos de la corte.

—¿Y Alexia? No he sabido mucho de ella desde que volvió de Terra.

—Parece que no les fue muy bien —dijo rápidamente—, Nathan ha estado muy raro incluso la señorita Ariana. La reina Tatiana no vino con ellas, así que tuvo que ser algo muy grave.

Fue una suerte que esta jovencita soltara la sopa tan rápido. No sería malo saber qué le había pasado a la pobre Alexia.

—Muy bien, ya puedes irte, no iré a cenar.

Hizo una reverencia y salió de la habitación. Yo sola terminé de encender las velas de mi habitación. Cuando llegué al tocador, me detuve para observar mi reflejo en el espejo. Me veía terrible.

—Vaya, vaya Dashia —dijo—, parece que estás teniendo una muy mala semana, esas ojeras te hacen ver mucho mayor.

Volteé rápidamente hacia donde estaba. Sentada en la cama como si nada estuviera pasando.

—¿Dónde rayos te habías metido? —exigí saber— He estado enfrentando muchas cosas y tú simplemente te desapareces.

—Cuida ese tono de voz querida, no estoy de humor como para aguantar reclamos, hay cosas más importantes que requieren de mi atención y no eres una de ellas.

—¿Dime qué fue lo que le hiciste? —pregunté furiosa— Ahora duda de mi, ¡duda de su amor!

Me miró como si no entendiera de lo que estaba hablando pero luego una enorme sonrisa apareció en su maldito rostro. Por supuesto que algo había hecho, pero, ¿por qué?

—Él no duda de su amor, jamás lo ha hecho, sigue amando a Helena, nada más.

—¡No trates de jugar conmigo maldita!

Le lancé un florero pero lo esquivo de manera rápida. Y después me arrepentí. Podía hacerme pedazos pero se contuvo. Al parecer deseaba otra cosa y casi podía adivinar que deseaba verme miserable, justo como estaba luciendo ahora.

—Tú me dijiste que habías hecho algo para que él me quisiera, ¡algo debiste haber hecho para que quiera estar de nuevo con esa perra!

Comenzó a reír como si yo hubiera dicho la cosa más graciosa del mundo. Esto solo confirmaba mis dudas. Estaba casi segura de que se había metido en la cabeza de Robert.

—No es mi culpa que hayas casi golpeado a la pequeña Luvia —respondió—. No entiendo cómo pudiste perder el control con la linda princesa.

Claro. No debía sorprenderme que ella supiera todo lo que yo hacía en este maldito lugar.

—Es una malcriada —dije—, debe aprender que así será siempre, cuando me case con su padre, lo mejor para ellos será que Anabeth se los lleve y no regresen jamás.

—¿Cuando seas su esposa? —preguntó incrédula— Ay Dashia, estar lejos de la gente por tantos años, te hizo una persona muy estúpida, alguien demasiado manipulable y confiada. Jamás entendiste que Robert encontró en ti una sustituta, una mujer que lucía casi como el amor de su vida, pero para tu desgracia, no lo eres. Esa es y siempre será Lena. Ambos sufrieron tanto siendo tan jóvenes, supieron valorar más el significado del amor. No importa si se hicieron daño el uno al otro, eso sólo logró que el lazo fuera más fuerte. Nadie, ni siquiera alguien como yo, sería capaz de romper algo así y no porque no tenga la habilidad para hacerlo, sino porque sé lo que significa algo como eso, un amor fresco y juvenil. Fue algo que tuve hace mucho tiempo y que perdí.

¿Así que ahora tenía sentimientos? Era lo más patético que podía hacer en estos momentos. Dejar que su lado sentimental saliera a flote. Ni siquiera yo me creería algo tan estúpido.

—Podría aplaudirte —me burlé—, pero prefiero no hacerlo. Me has demostrado que eres alguien sumamente débil, no eres ni la mitad de lo que aparentas. Sólo me usaste porque tú sola no eras capaz de llegar a los Vasilith, no con Lena viva, y disfrutaré verte en la hoguera, ¡porque ese será mi primer decreto cuando me declaren oficialmente Eleanor!

Todo esto había tenido un propósito y lo lograría sin ayuda de ella si era necesario. Y ya casi los tenía a todos comiendo de la palma de mi mano. Todo gracias a las estúpidas historias que les había contado. Me daba coraje que me creyeran tan débil e indefensa, no tenían ni idea de por qué Lucinda me tenía lejos de su preciada Lena. Todo podía ser parte del dichoso plan, pero hubo un tiempo en el que logré ser mejor que mi querida hermana, pero decidí dejar de lado eso pues mantuve la esperanza de regresar a mi hogar con mi padre y Tony, solo ellos eran mi familia.

—¿Y de verdad piensas que te dejaré hacer eso? —me miró muy tranquila— He luchado durante mucho tiempo para obtener lo que quiero. Y no dejaré que una mocosa estúpida arruine mi vida. He matado, he mentido y he soportado todos los castigos posibles en el mundo como para irme con las manos vacías. Piensa que todo lo que está a tu favor ahora se puede voltear y te joderá la existencia como no tienes idea. Ni siquiera notarás cuando todo te llegue y no creo que quieras el fin tan ruin que la pobre Lena está alcanzando. Así que deja de pensar cosas estúpidas, y concéntrate en lo que hay que hacer. Escuché que el testigo que Eric Zerktai consiguió llegará en dos días. No hagas que cambie todo.

Tenía ganas de decirle tantas cosas pero lo mejor era que me controlara o terminaría muerta antes de contar hasta uno. Si lo que quería era verme sumisa y dispuesta, bien, eso haría, pero ni loca dejaría que Robert terminara con lo nuestro de una manera así de sencilla. Ya había sufrido durante muchos años por verlo con Lena. Yo lo había visto antes que ella, había averiguado too sobre él y logró quitármelo al igual que muchas otras cosas.

—Quiero estar sola —le dije—, déjame en paz, tengo mucho que pensar, al igual que tú.

—No lo hagas —respondió—, solo pensarás cosas malas, cosas que podrían afectarte mucho.

Me di la vuelta. No quería que me viera el rostro pues muchas veces revelaba demasiadas cosas con la más mínima facción. Si la dejaba verme más, descifraría todo lo que planeaba hacer.

—Muy bien, si no hay nada más que decir, te dejo por hoy. Ah y limpia tu maquillaje, los ojos se te ven terribles.

Ni siquiera escuché que la puerta se cerrara y no me molesté en fijarme como se había largado de mi habitación.

Contemplé las pequeñas flamas en las velas del candelabro. Ardían de manera lenta. Así ardería ella. De eso me encargaría yo.





Uuuuuuy...Dashia ya se enojó y parece que está sacando a flote planes malvados y una pésima actitud 🙊

¿Ya lograron adivinar quién es esa persona misteriosa? Ya les di una pista, es mujer...🚺

En fin, déjenme sus teorías y ya veremos en los siguientes capítulos si tuvieron razón...🙈

Y les adelanto que la historia está por llegar a su fin 💔, espero que no sientan que es un final apresurado pero hubo un cambio de planes en el final que ya tenía escrito y de verdad espero que queden satisfechos...

Ya saben, dejen sus comentarios y denle amor...✨💕

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