ACORDES SOBRE TU PIEL || AITEDA

CAPÍTULO 2 - Cama de matrimonio

Aitana

Después de mandar mi teclado, mi guitarra y algunas cuantas cajas a mi nuevo piso, me tendría que encargar de la maleta, la inmensa maleta repleta de cosas a la que yo misma le temía.

Añadiendo besos, arrumacos y abrazos infinitos acompañados de lágrimas por parte de mis padres, digo adiós a mi ciudad natal para mudarme a la capital. Durante la despedida me obligo a mí misma a contener los sollozos y centrarme en mi billete de avión.

Cuando subo a ese cacharro con alas que tanto odio, desbloqueo mi móvil para avisar a mi compañera de piso que llegaré sobre la hora del café.

Durante el vuelo noto un nudo en la garganta que trato de excusar como "miedo a los aviones" pero para mi sorpresa, en el taxi de camino a mi casa tengo la misma sensación.

Pago al taxista con un billete cualquiera dejando la vuelta en su bandeja de metal y salgo del coche. Cargada con la maletas, el moño desecho y el flequillo revuelto me dispongo a tocar al porterillo del edificio que tengo delante.

-Calle del Ámbar, número seis, primero A- Reviso la información mirando los letreros para comprobarlo.

Pico el botón correspondiente y al cabo de unos segundos una voz masculina contesta.

-¿Si? - pronuncia con soltura, como si estuvieran llamando a todas horas.

-Soy Aitana Ocaña, busco a mi compañera de piso, Ana- Explico tímida al notar que es un chico el que está en la casa.

-Te estábamos esperando, sube.

Y tras eso se abre la puerta dejando paso a un portal blanco de paredes de mármol. Subo en el ascensor rodeada de mis dos maletas y con las emociones a flor de piel, o más bien, nervios.

Al llegar a la planta y sacar las maletas, busco la letra del piso, que afortunadamente encuentro facilmente por la luz que sale de la entrada de este. Nada más asomarme , una chica de pelo liso, morena, con el maquillaje al punto, alta y esbelta, salta hacia mí con efusividad. Posiblemente sea la mejor bienvenida que me han dado hasta ahora.

-¡Hola! Te esperábamos con ansias amor, pero pasa, no te quedes ahí.

Flipante, una bienvenida por encima de mis espectativas y eso que por chat parecía super seca.

-Hola Ana- Murmuro mientras que ella ya se encarga de tirar de una de mis maletas por el pasillo de la casa.

-¿Qué tal el vuelo? - Cuestiona entretenida con mi maleta mientras que abre una de las puertas de ese pasillo.

-La verdad es que bien, aunque alguna que otra turbulencia.

- Si te parece bien esta será tu habitación- Propone con la misma sonrisa con la que me ha recibido.

-Por mí perfecto, me adapto a lo que sea- Digo convenciéndome a mí también y adentrando las maletas en el cuarto.

-Ahora mismo vuelvo, voy a mi cuarto un momento- Pronuncia desapareciendo del marco de la puerta y abriendo la suya.

No me da tiempo a contestar y entonces decido inspeccionar la habitación en ese tiempo de margen. Paredes de un color blanco roto, una cama de matrimonio situada en el centro de la habitación, una mesa de noche a su derecha, una mesa enorme de estudio acompañada con su silla, un ventanal enorme delante y por último un armario empotrado.

- Bueno... -Susurro para mí.- Ahora a deshacer la puñetera maleta, supongo.

-¡ Nosotros te ayudamos!- Escucho a mis espaldas de nuevo esa voz masculina que me ha abierto la puerta de abajo.

- Él es Roi- Explica la chica de antes, con la misma sonrisa que al principio y dejando caer su lugar de nacimiento que delata su acento.

- Encantada Roi- Contesto ya preparando mi mano para darle un apretón a la suya- Soy Aitana.

-¿A dónde vas a darme la mano como si fuera el rey?- Cuestiona sorprendido ante mi gesto- Aquí se dan besos y abrazos- Explica divertido antes de lanzarse a mi.

-Déjalo, es imbécil- Trata de hacerme entender Ana mientras que sigo enredada en los brazos de Roi- Que la dejes ya, pesado, es mi compañera- Interviene la chica.

-No andaba tan desencaminado, quizás si necesitaba el abrazo- Explico mientras que le correpondo- ¿ Tú también vives aquí Roi ?- pregunto quizás un poco entrometida dada la confianza con la que me tratan.

- No, vivo con mi novia en otro piso, en este mismo bloque.

- ¿ Por eso la cama de matrimonio ?- Pregunto indiscreta, una vez más- Bueno , me estoy pasando con tanta pregunta.

- Tranquila, que estás en todo tu derecho, es tu habitación- Interviene de nuevo Ana.

- La cama vendrá a recogerla esta noche nuestro amigo.

- Luis Cepeda- Insiste Ana ante la duda que se refleja en mi cara.

He entrado en la casa de un grupito de amigos, peligro, miedo, nervios. Todavía puedo salir corriendo.
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Espero que os guste, mañana ya viene Luis Cepeda a poner orden en esta casa. A ver cómo reaccionan...
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