CAPÍTULO 6 - Héctor

4.3K 104 5
                                    

Entre carcajadas Ana y yo subimos al taxi que nos llevaría al tuburio dónde ella dice que tantas veladas maravillosas ha pasado. Opto por un maquillaje completo de eyeliner y labios color granate. Por un top lencero negro y unos pantalones blancos ajustados. Por no hablar de los tacones, que me hacen llegar hasta lograr el metro setenta y parecer una "TOP MODEL" como ha señalado mi compañera anteriormente. Sin embargo ella se ha atrevido con un vestido a color negro y que le queda ceñido al cuerpo, marcando su perfecta y bonita silueta, dejando caer su melena por la espalda y ganando unos centímetros de más con las sandalias de tacón que ha elegido para la ocasión.

Barrremos las calles de Madrid sobre ya las una de la mañana y cuando el taxista detiene el coche en frente de un local extravagantemente iluminado, Ana saca el primer billete que encuentra en su cartera y se lo tiende mientras que bajamos del coche.

Humo, alcohol, música y mucha, pero mucha gente, nos rodea nada más entrar. Dos individuos a los que ya conozco se acercan a nosotras casi que bailando al vernos entrar.

-¡Ya era hora!- Exclama Roi a medida que se acerca con su amigo a la espalda- Estaba ya sujetendo la vela de algunos.

-¡Cállate hostia ! - Protesta malhumurado el que se hace llamar su mejor amigo, Luis- Es mentira que lo sepáis.

-¿Con quién estabas ligando ya? - Pregunta una Ana curiosa y deseosa de obtener tal información.

-Con nadie, joder.

-¿Te acuerdas de Nadia?- Interrumpe Roi

-¿La de el chihuahua?- Ríe Ana ante la respuesta de su amigo.

-Pues si no llego a interrumpir en ese baño de ahí pasaba de todo- Señala Roi mirándo a su amigo.

-Eres un mentiroso, no me la iba a tirar- Defiende Luis aumentando su tono de voz para quedar por encima de la música y que le podamos escuchar- Es solo una vieja amiga.

-¿Le sueles comer los morros a todas tus viejas amigas?- Insinúa Roi golpeando el pecho de su gran amigo y confidente, ese que ahora mismo está enfadado por sus palabras.

-Imbécil-Escupe Luis ante las acusaciones y las bromas- ¿Por qué no te vas con Ana a pedir algo a la barra y a la vez recordáis viejos tiempos de tocamientos y morreos? - Devuelve Luis con una gran sonrisa triunfante.

-Eres muy gracioso Luis Cepeda- Molesta y fulminando con su mirada responde la canaria- Roi, vamos por ahí que yo esta noche no le soporto.

Antes de que quiera darme cuenta mi compañera de piso y el guasón del grupo desaparecen entre la multitud, dejándome así sola con el amargado de turno.

-¡Vaya! La que te han liado en un minuto, amigo.- Exclamo por encima de la música y acercándome al acusado.

-Les quiero, pero a veces son insoportables.

-Te han dejado por los suelos.

-Como siempre- Apunta- ¿Qué tal si les seguimos el rollo y vamos a por algo de beber?

-Prefiero quedarme aquí y esperar a que el sillón se quede libre, estos zapatos me están matando- Admito desviando la mirada al lugar en el que dejaré a mis pies descansar, que por cierto, los que han sido sus dueños hasta el momento, se han levantado.

-¿Un cubata para empezar va bien?

-Perfecto, gracias- Respondo educada ante la propuesta y viendo como su silueta ya está de camino a la barra rodeada de tanta gente, tantos jóvenes, tantos locos felices.

Agarro mi bolso bandolero con firmeza y me dirijo hacia la zona donde la gente ya no baila y se dedica a sentarse, a charlar animadamente y a descansar lo que la noche no les ha dejado. No como yo, que nada más llegar ya estoy aquí, aburrida y sin mucho ánimo de pasarlo bien, únicamente arrastrada por mi compañera de piso.

ACORDES SOBRE TU PIEL || AITEDAWhere stories live. Discover now