CAPÍTULO 4 - Bebé grande

4.4K 121 2
                                    




- No duermo con desconcidos- Apunto y ruedo los ojos.

- Perdón- Se disculpa- No debería haberlo dicho.

-Voy a buscar a Ana y a decirle que estás aquí - Sentencio cuando cruzo la puerta en dirección a la habitación paralela.

Al pasar no sin antes llamar a la puerta y depués cerrarla, Ana me mira pícara desde su cama y ante mi cara de asombro pone los ojos en blanco.

-¿Qué pasa?- Pregunto ante la intimidación a la que estoy sometida con su mirada.

-¿Qué? ¿En serio? ¿En serio me estás preguntando esto? - Cuestiona antes de estallar en carcajadas.

- Ana, ¿qué quieres? Joder podrías ser rápida, que tengo a un tío que no conozco de nada en mi habitación- Explico desesperada por la situación.

-¿Tan rápido te has enamorado de Luis Cepeda? - Pregunta ahogada por su risa y provocando a mi nerviosismo, que me juega una mala pasada y hace que me suden las manos, la frente y que mis mejillas se sonrojen.

-No digas tonterías, yo no me enamoro- Explico harta de sus preguntas y sus miradas - Y ahora busca una solución porque Roi no le coge el teléfono al chaval y se está desesperando.

-No, si al final pasará la noche con nosotras- Reflexiona saliendo de la cama en la que se ha metido hace unos minutos.

-Sigue siendo su habitación, yo puedo dormir en el sofá o aquí contigo, yo que sé - Propongo intentando adaptarme a la situación que tendré que vivir mi primera noche en Madrid.

-Eres un amor de persona- Afirma Ana antes de salir de la habitación.

Al llegar, el chico que he pensado que era un imbécil hace unos minutos, me ha dejado asombrada. Abro la puerta sin pensar que quizás estoy invadiendo su espacio personal y su espalda desnuda me cautiva por completo.

- Luis - Le llama Ana haciendo de ese gesto que se gire y pueda ver sus abdominales-. En serio podrías haber venido antes y no te ha dado la gana, ahora te tendría que echar, además el cabrón de Roi te ha abandonado- Reprocha Ana con confianza cual madre enfadada.

-Y lo siento mucho Ana, de verdad, pero hoy no me daba la vida, además se ha puesto a llover de una manera... Mírame - Explica el chico sin despegar su vista del móvil- Estoy intentando hablar con él para que me ayude a cargarla en la furgoneta que tengo abajo.

-No te va a contestar, mira que horas son- Comenta Ana mirando el reloj que adorna su muñeca izquierda.

-Joder, son las doce menos cuarto de la noche, siempre está despierto a estas horas, no me esperaba que hoy se fuera a dormir a la hora de los Lunnis- Reprocha Luis medio en broma, medio en serio.

- Luis, no está dumiendo- Apunta una Ana segura de lo que dice- ¿Qué pareja duerme a estas horas, amigo? - Insinúa con la sonrisa pícara que ha instalado hoy en su cara.

-Pues también es verdad - Comento dando paso a meterme en la conversación que ambos amigos comparten.

- Y yo que pensaba que érais dos niñas inocentes y resulta que habéis descubierto lo que hace vuestro amigo con su novia- Bromea Luis ganándose un golpe de Ana en su pecho.

-Imbécil - Insulta, supongo que con cariño, Ana a su amigo.

- ¿Me dejáis el sofá esta noche? - Pregunta articulando un puchero que le hace irresistible.

-Aitana , ¿qué hacemos con este hombre? - Pregunta la chica morena entre risas - ¿Lo matamos?

- Yo aquí acabo de llegar e invadir su habitación, no es asunto mío - Respondo dirigiendo mi mirada hacia él, mirada que recorre sus abdominales, sube por su pecho y caba en sus ojos oscuros pero preciosos.

- Te quedas - Permite Ana mirándome de reojo- Pero que sepas que esto no es un hotel- Advierte.

- ¡Si es que te tengo que querer!- Exclama Luis cogiendo la cara de Ana para apretarla con sus manos y depués dejarle un beso casto en la mejilla- Pues yo me retiro, buenas noches chicas - Desea desde el marco de la puerta.

- ¿A dónde vas?- Pregunto extrañada por la dirección que toman sus pasos, perdiéndose en el pasillo.

- Al sofá, es más que obvio.

- Dios mío, no. Tu cama está aquí, ¿cómo voy a llegar y echarte?- Cuestiono en voz alta dejando ver mi preocupación.

- Aitana ahora es tu habitación, no voy a quitarte de aquí tu primera noche en Madrid, no me importa que duermas en mi cama - Sentencia seguro de lo que dice y dejándome ver una sonrisa final, mostrando sus dientes al completo.

- Insisto, me sabe mal que duermas en el... - No deja que termine la frase porque interviene.

- Estaré bien ahí, buenas noche Aitana - Casi susurrra al bajar el tono de voz por las horas de la madrugada.

- Buenas noches Luis.

Y desaparece de mi habitación tan rápido como interrumpió en ella hacía apenas media hora, provocando un vacío inexplicable y haciendo notar que Ana la abandonó hace unos minutos sin que yo me diera cuenta.

Cierro la puerta para mi privacidad y me introduzco en la cama, su cama. Mientras tanto me pregunto por qué el tal Luis Cepeda ha provocado tanto en mí. Mi respuesta se hace de rogar no apareciendo en toda la noche.

Despierto envuelta en las sábanas, sus sábanas, con la almohada enrollada por mi cuerpo y no recuerdo en qué momento me quedé dormida. Por la confusión con la que me he despertado decido despejarme e ir a la cocina a por un simple vaso de leche o de agua, da igual. El tema está en que no he hablado con Ana sobre la compra y esas cosas...

Un poco más despierta y con mi flequillo perfectamente peinado me asomo al salón con la intención de ver el telediario mañanero o cualquier tontería de las ocho de la mañana.

Pego un brinco al llegar y encontrarme con él durmiendo plácidamente en el sofá, ocupándolo por completo. Es un bebé grande, un bebé grande y adorable duerme en mi sofá.

Decido ignorar mis pensamientos y evadirme de ellos bajo la ducha, total, en ese salón solo iba a perder el tiempo y a plantearme cosas que no tendría que pensar.

Termino de tararear mi canción favorita del momento y estoy casi terminando de aclarar el champú que ya descansaba en mi pelo desde hace cinco minutos cuando la puerta del baño se abre de un movimiento rápido y notorio.

- ¡ Imbécil ! - Es lo único que logro decir tras taparme corriendo con la cortina y comprobar que es él el que ha interrumpido mi baño. Justo cuando voy a proseguir con mis insultos hacia su persona, la puerta se cierra con un portazo. Idiota.

ACORDES SOBRE TU PIEL || AITEDAUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum