CAPÍTULO 3 - ¿ Dormir contigo ?

4.7K 128 7
                                    

-¿ Mandaron ya la que compré ? - Pregunto ante la ausencia de la mía.

-La hemos puesto en la habitación de Ana, aquí con esta no cabía- Responde Roi con tono burlesco - Veremos a ver si no tienes que dormir con ella porque nuestro querido amigo no viene a por la suya.

-No, es que como no venga se la tiro por el balcón y ahí abajo la tiene para cuando tenga sueño y venga a acostarse- Pronuncia Ana entre molesta y burlona.

-Pobre chico, no hagáis eso- Defiendo ante tal locura.

-De pobre tiene poco, no es un angelito precisamente- Bromea Roi con una sonrisa pícara más que notable.

-Ya le conocerás- Sentencia Ana- Y le odiarás, está todo el día dando por culo y haciendo sonar el timbre.

- Vaya fama...- Susurro tímida.

- Bueno te dejamos que te acomodes y nos vamos al salón a merendar, me llevo a esta pesada de aquí- Vuelve a bromear Roi logrando sacar una sonrisa mía.

-Te estás ganando una hostia, imbécil- Amenaza Ana a medida que salen de la habitación y cierran la puerta entre carcajadas.

La bienvenida no ha podido ser mejor, incluso pensaba que me tocaría vivir la típica experiencia de movidas entre compañeros de piso, o que me harían la vida imposible. Estaba claro que todas esas dudas ya no estaban presentes pero otras seguían rondando mi cabeza.

A la vez suena mi móvil y solo tengo que leer el nombre de la persona que realiza la llamada para ignorarla y rechazarla. Lucas.

Comparto un par de mensajes con mis padres y me dispongo a colocar todo. Jerseys abrigados, pantalones, calcetines, lencería, zapatos, planchas del pelo... Todo eso y más sale de mi maleta en dirección a aquel armario empotrado que ya me he encargado yo de decorar con fotos mías con mis amigos.

Caigo rendida en una cama que no es la mía y tras eliminar un par de pensamientos negativos salgo de la habitación en busca de Ana y Roi. Al llegar al salón los observo y compruebo que son mejores amigos, que miedo dan estas cosas, en cualquier momento se pueden volver los dos en contra mía y liarmela por cualquier error en las tareas de casa o mi comportamiento. Me ven y me invitan a sentarme a ver una película con ellos, película súper emotiva que hubiese preferido no ver porque en un momento determinado me he encontrado en los brazos de Roi y con un par de lágrimas traicioneras. A penas los conozco pero han captado mi atención y han desprendido una confianza inexplicabe. Tras unas lagrimillas con el final, Roi decide hacerse el gracioso con sus bromas e incluso se atreve a levantarse del sofá para contar alún chiste malo.

Son las once y media de la noche y tras unas pizzas seguimos sentados los tres en el sofá sin querer movernos.

-¿Y por qué te mudas, por qué Madrid?- Pregunta Roi dudoso frente a mis ojos húmedos.

-Porque aunque aquí esté sola, tendré mi espacio y la gente no me agobirá. Echaré de menos muchas cosas pero tenía muchos problemas con el que ahora es mi ex y... Bueno, supongo que ahora es el momento. Haré los años de la carrera de diseño aquí y luego ya veremos.

-No estás sola, Aitana- Interviene Ana en mi casi monólogo agarrando mi mano con fuerza, dándome apoyo, su calor- Nos tienes a nosotros- Ofrece mientras que agarra a Roi del cuello para acercarlo a nosotras.

-Cris me debe estar echando en falta, tendría que irme. Mañana nos vemos , ¿si?

Y tras sus palabras y dejando un beso en la frente de cada una abandona la casa cerrando la puerta principal.

-Y ahora tú y yo nos vamos a pasar una noche de chicas- Explica Ana tirando de mi mano haciendo que me levante del sofá.

-¿ Y tal ocurrencia ? - Pregunto riendo ante tal comentario tan anticuado.

- Luis no ha venido a por su cama y después de lanzarla al vacío vamos a dormir juntas en mi habitación - Bromea Ana entre risas y dirigiéndose a ella.

-Yo no hago eso, que no conozco a tu amigo y no quiero caerle mal de primeras - Justifico mi negativa de cometer semejante locura.

-Ve a ponerte el pijama y te espero en mi habitación- Sentencia Ana para después dejar un beso en mi sien.

Agradezco su cariño con un arrumaco y cruzo el marco de la puerta de mi habitación. Tras varias vueltas al armario y desordenarlo un poco con la duda, cojo el primer pijama corto que encuentro.

Con la cortina cerrada a la vez que la puerta de mi habitación, me desnudo para ponerme los pantalones cortos. Suena un estruendo y al girarme un chico ya ha invadido mi intimidad al cruzar el marco. Me tapo corriendo el pecho y pego un grito que podría despertar al vecindario entero.

-¡Mierda!- grito.

- ¡L-Lo siento! - Noto que pronuncia con voz ronca a la vez que cierra la puerta.

Ya enfurecida y sin saber quien es es chico, me enfundo la camiseta y salgo de mi habitación pegando un portazo. Y allí me encuentro al misterioso tío. De ojos oscuros, pelo ondulado cortado de forma militar a excepción de su tupé, alto y con camiseta básica. Un imbécil, pienso.

- De verdad que lo siento- Murmura acercándose a mí- No pensaba encontrarte así.

-¿Tienes nudillos en las manos? Para algo están- Reprocho.

- No volverá a pasar, solo venía a por algunas cosas y ya me iba- Admite sofocado y agobiado, algo que me hace darme cuenta de que quizás me he pasado con él. Solo son unas tetas y no las únicas que habrá visto.

- Así que tú eres el de la cama- Sonrío después de las malas formas con las que le he hablado.

- El mismo- Sonríe tímidamente mientras que ofrece su mano para un cordial apreton- Luis Cepeda. Cepeda para los amigos.

- Te llamaré Luis - Explico mientras que estrecho su mano- Aitana Ocaña.

-¿ Por qué no llamarme Cepeda ? - Cuestiona sorprendido y en tono burlesco mientras que agarra mi mano.

-No soy tu amiga - Hablo decidida y siguiendo el juego que hemos creado- Todavía.

- Si que entras fuerte- Apunta.

- Ya lo ves y por cierto, ya puedes soltarme la mano, que me está empezando a sudar- Bromeo intentando lograr que me deje con una carcajada final incluida.

Separamos nuestro contacto físico y él se adentra en la habitación, no sin antes pedir permiso.

- ¿Puedo? - Pregunta señalando la puerta cerrada.

- Claro - Admito con una sonrisa amable y permitiéndome entrar con él.

- Voy a llamar a Roi, tiene que ayudarme - Explica sacando el móvil y enviando un par de mensajes.

- Supongo que esta era tu habitación - Insinúo dando una vuelta con la mirada a mi desorden ocasionado por la mudanza.

- Supones bien - Responde con cortesía para despues obviarme y volver a mirar su móvil- Y este chaval no contesta - Dice en voz alta indignado.

- Puedes dormir aquí - Ya está, ya lo he dicho.

- ¿ Contigo ? - Pregunta sorprendido y despegando su mirada del móvil para dirigirla hacia mí.

ACORDES SOBRE TU PIEL || AITEDAWhere stories live. Discover now