0005

4.7K 203 20
                                    

Juana

Para mi sorpresa hoy había sido un día mucho más tranquilo del que me esperaba. Solamente salí de mi casa para cursar y, de pasada, compré para comer. No había hecho mucho más que eso; el resto se basó en estar con mi perro y hablar con mi amiga.

Y si de sorpresas hablamos, debo admitir que me sorprendió lo mucho que había pensado en una persona, sin entender mucho el por qué aún. Creo que no hace falta aclarar y es obvio de que esa persona era Enzo Perez. Mi vecino.

Buscando despejarme un poco y dejar de pensar por demás, salí al balcón a tocar la guitarra, cosa que consideraba un hobbie, a pesar de que en algún momento había pensado en llevarlo a cabo de manera profesional.

-No sabía que tocabas la guitarra -escuché a alguien hablar y cuando miré, me encontré con ESA persona.

-No sabes muchas cosas de mi -sonreí.

-Tenes razón -rió-. Porque no aprovechamos ahora y me contas un poco de vos...

-¿Te interesa?

-Y si te lo estoy proponiendo es porque si -asiente.

-Bueno -sonreí y me acerqué, junto a mi silla, a su balcon, mientras el hizo lo mismo. Obviamente que existía una separación entre balcones y no podíamos ir más allá de ella, así que nos acercamos lo más que pudimos: distancia que para mi estaba bien-. No sé que queres que te cuente, decime...

-De vos. Cuantos años tenes, que haces, que estudias, no sé, lo que vos quieras -dijo.

Eso hice. Le hablé de todo (o casi), empezando por la carrera que curso, hasta que mi papá es frances y por eso, muchas veces, tenía comentarios en frances en mi instagram (cosa que, al parecer, le había llamado bastante la atención). Cuando terminé, le di pie para que, ahora el, me contara un poco de el y su vida.

Aparentemente el interes fue mutuo. Tal es así que nos quedamos hablando hasta las siete de la mañana. Si, no es joda. Es más, no sé si será más tarde.

-Me parece que nos pasamos un poco, ¿no? -reí, mientras agarraba el mate que, el propio Enzo, me cebó. Si, hasta mate hicimos.

No sé si antes lo había dicho, pero ahora lo afirmo, Enzo me interesaba mucho y, admito, me empezaba a gustar, a pesar del poco tiempo.

-Un poquito, ¿no? -reí-. Estuvo bueno al final conocernos, ¿viste?

-Bastante -admití con una sonrisa.

-¡Papi! -gritó alguien desde adentro de su departamento.

-Me están llamando -soltó levantandose.

-Andá tranqui -sonreí-. Nos vemos.

Así como estaba, aún sin dejar de sonreír, no entendiendo muy bien el motivo, me fui a dormir. Dormiría todo el día.

------------

-Hola gorda -saludó mi amiga, Luli, entrando a mi departamento. De hecho, me había despertado por culpa de ella-. ¿Dormiste todo el día?

-¿Qué hora es? -pregunté mientras me tiraba en el sofá. Estaba con algo de fiaca aún, considerando que recién me levantaba.

-Las cinco.

-No amiga, me mato -reí.

-¿A qué hora te acostaste? -preguntó.

-Habrán sido las siete u ocho de la mañana -respondí.

-¿Y se puede saber por qué? -me miró picara.

-Me quedé charlando con mi vecino -respondí.

-Tranca.

-No pienses cualquiera eh -reí-. Nos llevamos bien, nada más.

-¿Está bueno, al menos? -me quedé callada y sonreí. Con eso le decía todo-. ¡Que chanta que sos, Juana! ¡Te encanta!

-No idiota, es lindo, si, pero...

-Pero nada -me interrumpió-. Te conozco, te re gusta. ¿Se puede saber el nombre?

-Enzo.

-¿Enzo? ¿Enzo Perez? ¿El mismo que te llevó al hospital el otro día? -cuestionó.

-Y si, ¿quien va a ser? -dije, parandome para poner la pava y preparar el mate.

-Bueno, que se yo hermana -rió-. Como últimamente tenes vecinos nuevos todos los días.

-Amiga, perdoname, si queres vos toma mates, pero yo necesito comer algo salado -dije.

-Comamos una milanesa, de una -respondió.

-Dale -reí y saqué las milanesas para hacerlas y comer.

Dos horas más tarde, cerca de las siete y media, mi amiga se fue, dejandome sola una vez más. Justo en ese momento, cuando la fui a despedir, veo que, en el departamento de al lado, sale una mujer con los dos hijos de Enzo. Supongo que su ex mujer.

La hija de Enzo, cuyo nombre era Pía, si no me equivocó, apenas me vió me sonrió y me saludó con su mano, lo cual me sorprendió. Pero, aún así, le respondí.

Por otro lado, Enzo que estaba en la puerta me miró e hizo una mueca que, suponía, pretendía ser una sonrisa, pero lejos estaba de serlo. Algo había pasado claramente.

-Juani -me llamó, casi en un susurro Enzo. Lo miré, esperando que hablara-. ¿Estas libre ahora?

-Si, ¿por?

-¿No me acompañas a dar una vuelta? Necesito despejarme un rato -me dijo. Asentí sonriendo y entré a mi departamento a buscar un abrigo-. Perdón que te joda, es que...necesito a alguien.

-No pasa nada, Enzo -lo miré, mientras me ponía la campera y dejaba mi celular en uno de los bolsillos. Cerre la puerta con llave y me puse al lado de el-. Te debía una, así que ahora estamos a mano.

Caminamos un par de cuadras, donde el me contó lo que había pasado. Al parecer tenía un conflicto con su ex por sus hijos. Le quería prohibir ver a los nenes por al menos un mes en el cual ella estaría de viaje.

-Mis hijos son mi todo, Juana -me dijo-. Yo me muero si no puedo verlos. Además se que no es solo un mes.

-No te los puede sacar así nomás, Enzo. Sos el padre -dije-. Menos los puede sacar del país si eso quiere, tiene que tener tu autorización, mínimo.

-Gracias Juani -sonrió y a mi se me caía la baba -. Necesitaba hablarlo con alguien.

-No es nada, en serio.

-¿Queres ir a tomar algo? No sé, un café. O a comer, lo que vos quieras.

-No Enzo, no hace falta. Comi tarde, porque me dormí todo el día -reí.

-Dale, vamos a tomar algo. Un café, al menos.

-Bueno, vamos -asentí.

Fuimos hasta una cafetería y tal como el había dicho pedimos un café con medialunas. Yo tenía más desordenadas las comidas.

Sin embargo, preferimos ir a tomarlo a una plaza que estaba ahí en frente y seguir charlando, ya que, ahí había demasiada gente y resultaba incómodo; sobre todo para el.

-Enzo -hablé. No sabía por qué estaba a punto de decir esto, me la iba a mandar, estaba segura.

El jugador de River me miró esperando que hablara.

-Creo que me gustas -dije-. Un poquito. Y ya sé que esta mal, no me digas nada. Entiendo que vos estas saliendo de una relación, que nos conocemos hace poco y...

El rió y lo siguiente que sentí fueron sus labios sobre los mios. Si, me estaba besando. Nos estabamos besando.

-Bueno -reí cuando nos separamos y el me siguió.

-A mi también me gustas -sonrió-, un poquito mucho.

Me mordí el labio y, posteriormente, le di un pico. Y el me dió otro y otro...Y otro.

-¿Vamos? - cuestionó y asentí sonriendo. No podía dejar de hacerlo.



Por accidente | Enzo PerezHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin