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JUANA

5 de agosto, 2019

Como nos moríamos de hambre y ninguno de los dos tenía ganas de cocinar, con Iván decidimos ir a comer afuera. Además, Alma se había despertado hace nada, así que es preferible salir porque sino ni ahí duerme a la noche.

Abrigué bien a mi hija, porque la noche estaba bastante fresca, y busqué un abrigo para mi también, mientras Iván nos esperaba en la puerta.

-¿Vamos caminando, no? -le pregunté a Iván y el asintió, así que agarré el cochecito y puse a Alma ahí-. Listo, vamos.

Salimos los tres del edificio y fuimos caminando hasta un restaurante que había descubierto apenas me mudé, a unas tres cuadras del lugar donde vivía.

-Acá -le dije a Iván y el me ayudó a entrar el coche porque tenía como dos escaloncitos en la entrada y bueno...medio difícil.

Apenas entramos buscamos un lugar entre la gente, que por suerte no era mucha, y llamamos al chico que atendía para que nos diera la carta. Igualmente, seguro terminabamos pidiendo una pizza o algo de eso, como casi siempre que salíamos.

-¡Juani, ¿qué onda, desaparecida?!-vino alguien de LA NADA y me abrazó. Reconocí al toque la voz del Chino y me giré, encontrandome que no solo estaba él, sino que un par más del equipo, como Rafa, Gonza, Juanfer y, ATENTIS, Enzo.

Ja, pero si yo tenía una suerte.

Es la primera vez que él me veía con Iván, a pesar de, obviamente, saber que pasabamos mucho tiempo juntos. Y encima, para colmo, nunca nos había visto a los tres juntos, osea, a mi hija, a Ivan y a mi y por su cara (como era de esperarse) no le gustó para nada.

-Hola -saludé a todos de la manera más incómoda que podría existir. Los chicos, obvio, con la mejor, me abrazaron y besuquearon a Alma, a quien alsé apenas todos vinieron a saludarme-. Él es Iván...aunque, bueno, supongo que ya se conocen, ¿no? -los chicos asintieron pero igualmente saludaron a mi acompañante con la mejor también. Como Enzo se había quedado re en la suya, me paré de mi silla y fui con mi hija hasta donde estaba él, a ver si le podía sacar esa cara de pocos amigos que tenía-. Mirá Almita -le hablé a mi hija-, papá. Hola pa, decile... -Enzo medio que sonrió y Alma obvio que le tiró los bracitos...bueno, dentro de sus posibilidades, claro-. No vayas a tirar ningún comentario que hay gente, eh -fue lo primero que le dije a él, mientras le daba a nuestra hija.

-Si no dije nada -me dijo.

-Pero te conozco, Enzo. Además te vi la cara -respondí mirandolo.

-No me gusta él y te lo dije, pero bueno, mientras te trate bien a vos y a Alma, esta bien...que se yo -suspiró y admito que me sorprendió. Es la primera vez desde que nos separamos que me hablaba así de bien-. Ah, escuchame -me dijo-. ¿Viste que mañana es el cumpleaños de mi vieja y justo está acá? Bueno, me dijo que la lleve a Alma para pasar el día todos juntos. Andá vos también.

-Pero si quiere que vaya Alma nomás, no hay drama. Capaz no me quiere ahí, no sé. Avisame nomás a que hora la pasas a buscar...

-Mi mamá te ama, Juana -rió-. Si no me dijo nada de que vayas vos es por mi, porque piensa que voy a estar incómodo o algo así...pero sé que ella quiere que estés.

-¿Seguro? -lo miré con una ceja levantada.

-Si -asintió-. Si queres las paso a buscar para que no gastes en remis, o...bueno, no sé, capaz te lleva -miró para atrás y no lo nombró. Me reí porque era obvio que hablaba de Iván, pero ni siquiera quería decir su nombre.

Por accidente | Enzo PerezWhere stories live. Discover now