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JUANA

27 de mayo, 2019

Estaba ya de ocho meses y LES JURO que no daba más. Sentía que estaba por explotar y lo único que quería era parir de una vez.
Por suerte, para no embolarme las horas que Enzo no está, tenía a Luli conmigo, quien había venido a los seis meses más o menos, porque tanto ella como Gonza querían tener a su bebé acá, lo que había sucedido hace exactamente una semana atrás. Motivo por el cual yo lloré treinta años aprox.

—¡Quiero parir! —grité, tirada en el sillón, mientras tomaba el mate que me había dado Lucía.

—No grites nena, no ves que duerme el nene, después bancatelo vos si llora —me retó.

—Si mi ahijado es un santo, ¿qué decis? —reí y le pase el mate—. Quiero parir, Lu, por favor, decile a Alma que salga de una vez.

—No la escuches, Almita, vos quedate todo lo que necesites ahí —le habló a mi panza. Viré los ojos y los cerré.

—Voy a dormir, no me jodas, chau —obviamente intenté, pero no pude. Suspiré harta en serio y lloriqueé, mientras intentaba sentarme. Para peor parece que MI HIJA AMADA no deja de moverse—. Para un toque hija, porfa —Luli se rió y cuando pensaba decir algo, apareció Enzo abriendo la puerta.

—Buenas —dijo. Primero, saludó a Lucía, después besó despacito a Benicio quien dormía pancho en su huevito y por último vino hasta mi y me dió un beso en los labios—. ¿Cómo estás? —me preguntó y yo le hice una cara, con la cual entendió todo—. Hola, mi amor —le habló a mi panza ahora—, ¿te estuviste portando mal? —no dijo ni a que Alma ya se estaba moviendo como una LOCA. Tal es así que se le notaba los piecitos a veces y me daba una re cosa pero me la bancaba.

—Ni le hables —le dije a mi novio—. ¿Cómo te fue?

—Bien —sonrió—, pero no me llegué a duchar. ¿Lu, te podes quedar así me doy una ducha rápida? —le preguntó a mi amiga, quien ya debe estar verde de los mates, pero nunca es suficiente. Ella asintió—. Ya vuelvo.

jusantoro 5 min

Cerca de las seis Luli se fue dejandonos solos a Enzo y a mi con quien nos pusimos de acuerdo para tirarnos a dormir un rato en la cama

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Cerca de las seis Luli se fue dejandonos solos a Enzo y a mi con quien nos pusimos de acuerdo para tirarnos a dormir un rato en la cama. Él, como ya era costumbre se acomodó entre mis piernas con su cabeza en mi panza, mientras yo lo acariciaba. De verdad estar así me tranquilizaba aunque sea un poco y no pensaba tanto en lo que vendría dentro de poco. Porque a pesar de que decía que quería parir, tenía bastantes sentimientos encontrados: si quería parir de una vez porque no me bancaba ni yo así de molesta, pero a la vez me gustaba tener la panza y cuidar a mi bebé ahí adentro. Me daba un poco de miedo lo que podía pasar después.

—¿Salimos a algún lado a comer? —me propuso Enzo—. Hace mucho no salimos los dos solos...y dentro de poco dudo que podamos hacerlo.

Tenía razón así que dejé mi lado morsa un rato y acepté. Me puse un vestido negro que me había regalado Luli especialmente para que saliera de noche, pero que nunca había usado porque, claramente, hacia mil no salía.

Cuando vi a Enzo casi lloro de lo lindo que estaba. Dios, ¿ESTE ERA MI HOMBRE? No me lo merezco.

—Dale amigo, ¿tan lindo vas a estar? —le dije acercandome. El rió y me abrazó (o intentó).

—Vos estás hermosa —respondió. Me mordí el labio y aproveché que estabamos cerca para besarlo—. ¿Vamos? —yo asentí a su pregunta y ambos salimos.

El lugar era re lindo y por lo que había escuchado estaba recién inagurado, hace dos semanas más o menos. Entramos y nos ubicamos alejados de donde la mayoría estaba, cerca de un ventanal. Observé el lugar porque de verdad era precioso: el ambiente era tranquilo, la luz era tenue y tenía un estilo algo rustico que me gustaba un montón.

El mozo nos trajo la carta y después de haber elegido (cosa que particularmente a mi me costo un montón porque había cosas riquisimas), se retiró para traernoslo un rato después. Mientras esperabamos, yo observaba mi panza y me di cuenta que justo cuando corrí la mirada Enzo me sacó un foto, cosa que hacía muchísimo últimamente. Yo generalmente no queria y me enojaba porque digamos que no estaba muy fan de las fotos, pero Enzo me metía algún camuyo que yo obviamente comía y terminaba posando para todas las fotos que el quisiera sacarme.

enzonicolasperez35 1 min

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—Enzo, ya está...dale —me mordí el labio.

—Perdón, perdón. Listo —rió guardando el celular.

—Sos molesto, eh —lo miré. Obviamente hablando en joda.

—No es mi culpa tener una novia como vos. Mereces todas las fotos que te saco, porque quien pudiera tener a alguien como vos al lado —dijo. Bue, este hombre quiere que me muera—, y yo solo tengo esa suerte.

—Y encima chamuyero —reí—. Te amo, igual.

—Yo también, mi amor —no sé en que momento, pero se ve que estaba tan concentrada en mirar a Enzo que no me di cuenta y cuando volví mi mirada a mi alrededor vi a mi mamá viniendo hasta acá. Mejor dicho, ya llegando a la mesa. Dios, mujer, no me dejas estar tranquila...además, ¿qué hacía acá?

—Hija...hola ¿podemos hablar?

—Primero, estoy con Enzo, ¿no lo ves? —respondí—; segundo, ¿qué se supone que debería hablar con vos? Ya me dijiste todo cuando tuviste la posibilidad.

—Perdón Ju, tenes razón. Hola, Enzo —miró a mi novio y él asintió con la cabeza en forma de saludo—. Quiero pedirte disculpas y aclarar todo, dame al menos esa posibilidad.

—¿Te parece que este es el lugar y el momento para hacerlo?

—Al menos prometeme que me vas a escuchar —insistió. Y para que me deje tranquila, disfrutar de mi cena, cedí—. Ah y estás hermosa, hija. Te...los felicito a los dos por el bebé.

—Gracias. Y es la —le dije.

—¿Es nena? —cuestionó y podría decir que la notaba emocionada—. Bueno, los felicito por la bebé entonces. Mañana...eh...¿a las cuatro podes?

—Si —respondí—. ¿Podes llevar a Chloe? —ella asintió—. Después te escribo para decirte el lugar.

Por accidente | Enzo PerezWhere stories live. Discover now