037

2.4K 140 6
                                    

JUANA

Sin decirles a donde iríamos o por qué, lleve a los chicos hasta al aeropuerto.
Había hablado con los hermanos de Enzo apenas salieron para acá, por lo que calculaba que, para esta hora, ya estarían llegando y apenas estemos en el aeropuerto los vamos a encontrar.

Que haya despertado a Santi y Pía mucho más temprano de lo que están acostumbrados, hizo más facil el trayecto, ya que, al estar medio dormidos aún, casi no hacían preguntas sobre cuanto falta para llegar o cual es el lugar al que vamos.

Faltando una cuadra para llegar al aeropuerto, según lo que podía divisar, le pregunté al taxista cuanto me cobraría y despabilé a los chicos que se venían durmiendo todo el camino. No puedo creer lo morsas que son estos dos. Les juro que si es por ellos dormirían todo el día...ah pero después de dormir tanto que se los banque Dios, porque literalmente tienen energía para dos días seguidos.

—¡Vamos, chicos. Hay que bajar. Ya llegamos! —les dije y, por suerte, eso lo entendieron. Agarré la mano de Pía y le pedí a Santi que se mantuviera al lado mío también apenas entramos al gran edificio. Hacia no más de cinco minutos Taty me había mandado un mensaje avisandome que ya estaban acá y que nos esperarían en la puerta...o cerca.

—¡Hola, bebés! —la voz de Nahuel, nos sorprende a los tres, pero sobre todo a los chicos que, obviamente, no se lo esperaban para nada. Corrieron, literalmente, a abrazarlo, ya que no lo veían desde hace bastante y después de ser llenados de besos por su tío, vieron a los demás: Taty, Franco, Carlos y Miriam.

—Pobrecita ella, nadie la abraza —rió Tatiana, acercandose a mi—. ¡Veni para acá nena! Los demás no sé pero yo te extrañé un montón.

Seguido de ella, vino Nahuel, después Franco y, por último, los papás de Enzo. Todos me abrazaron fuerte y me dijeron cuanto me extrañaron, lo que, sin mentir, casi me hizo lagrimear. Dios, esto es culpa del embarazo seguro o de que soy una pelotuda...cualquiera de las dos son válidas. Hablando del embarazo, ellos no saben nada de esto. Con Enzo pensábamos decirles cuando estuvieramos de vuelta en Buenos Aires, pero viendo el oanorama ahora dudo poder aguantarme no decirles absolutamente nada. Además que están los chicos y seguro en una de esas se les escapa.

—¿Se puede saber en qué pensas tanto? —me preguntó Franco, pasando su brazo por mis hombros y acercandome a él. Ni siquiera me había dado cuenta que había, sin querer, me había apartado del grupo y estaba bastante lejos de ellos—. ¿Pasa algo?

—Estoy embarazada —largué. ¿Vieron que les dije? Soy una idiota, ni ahí me la banco.

—¿Qué? —frenó. Por suerte, los demás no habían escuchado...creo.

—Si, de dos meses...un poquito más quizás —respondí—. Se los ibamos a decir, pero como estamos acá y Enzo quería hacerlo en persona dijimos que íbamos a esperar a volver para contarselos —expliqué—. No le digas a nadie, porfa. Se supone que lo íbamos a decir juntos y yo ya me la mande —pedí. Franco asintió y me dió un abrazo.

—Los felicito, Ju. Enzo debe estar saltando en una pata, ¿no? —rió—. No me imagino como hizo para aguantarse y no contarnos nada.

—Se lo dijo a todos, literalmente —dije—. Es más, quiso llamarlos apenas nos enteramos, pero quería hacerlo especial...ya sabes como es Enzo —entonces, recordé que Gonzalo había comentado algo en mi foto diciendo "mostrá la panza" y muchos fans de mi novio habían hecho preguntas sobre eso, así que ellos podrían tranquilamente saberlo—. Esperá, ninguno vió los comentarios en mi última foto, ¿no? Porque pusieron muchas cosas sobre eso y...

—Yo la verdad que no vi nada, sabes que soy horrible con todo eso de las redes y apenas les comento a ustedes. Los otros no sé —respondió—. Aunque no creo, hubiesen dicho algo ya —aseguró, mientras miraba para adelante donde Nahuel frenaba dos taxis. Obviamente nos teníamos que separar porque ni ahí entrábamos todos en uno—. Vamos.

No fueron más de quince minutos los que tardamos desde el aeropuerto hasta el hotel. El que no hubiera demasiado trafico nos había facilitado el viaje, así que en menos tiempo del que creíamos estuvimos acodando las cosas en las habitaciones que les correspondía a cada uno.

—Nosotros vamos a acostarnos un rato —informó Miriam—. ¿Ustedes que van a hacer?

—No sé...¿salir a recorrer? —propuso Taty— Digo, ya que estamos acá hay que aprovechar, ¿no?

—Si —concordó Nahuel y con un asentimiento de cabeza también lo hizo Franco—. Juani, ¿vas con nosotros?

—Si, obvio —respondí—. Chicos, vamos así se cambian y salimos —les dije a los chicos y ambos me siguieron—. Escuchen, les voy a pedir algo —hablé una vez que cerré la puerta de la habitación y estuvimos los tres solos—. Ellos no saben que estoy embarazada todavía, así que, por favor, no digan nada de eso, ¿si? —los miré y ambos asintieron—. Con papá les íbamos a contar, pero no queríamos hacerlo por teléfono...

—Y...¿si te sentís mal? —me preguntó Santi.

—Espero que no —respondí—, pero si llega a ser así, me fijo...cualquier cosa me vuelvo para acá, invento alguna excusa o lo que sea, ¿esta bien? Ustedes no se preocupen.

• • •

cap medio pelo, me perdonan :( 1 like y subo otro q está ten points ahre se autoelogiaba. bueno, un par de votitos y subo un par más...o sea, hago maraton lo q nunca hice en mi vida así q #valorenme y #votenme

Por accidente | Enzo PerezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora