048

2K 126 22
                                    

JUANA

2 de julio, 2019

¿Estoy a nada de largarme a llorar? Si. Pero me la estoy bancando como las mejores sllamente por mi hija.

Apenas Enzo me dijo eso, fui hasta el ropero que compartíamos y saqué mi mochila que, dentro de todo era grande. Busqué dos mudas de ropa para mi y después agarré toda la ropa posible para Alma porque a ella la tenía que cambiar cada dos por tres. Como ahora me quería ir rápido y seguramente el también quería eso, ahora me iría sólo con eso y mañana vendría a buscar lo demás.

—Mañana vengo a buscar lo que queda, ¿si? —miré a Enzo, quien ni siquiera me miró. Pasé al baño a sacar mi cepillo de dientes y ahí si, salí de la pieza.

Me puse la mochila en la espalda y mientras salía de la casa, con los ojos llenos de lágrimas, llame a mi mamá, porque era la única persona con la que podía contar ahora.

—¿Ma, estás en tu casa? —le pregunté. Me aclaré la garganta para que no se notara que me estaba por quebrar pero asumo que se dió cuenta.

—Si, mi amor. ¿Qué pasó?

—Ahora...eh...ahora voy para allá con Alma, ma —le dije.

—¿Estás bien? —preguntó—. ¿Queres que te vaya a buscar?

—No ma, ahora me tomo un uber y voy, tranquila. Estoy bien —mentira. Le dije eso y le corté porque sino iba a preguntar más y no quería eso.

Por suerte, el uber vino rapidísimo y casi con la misma rapidez llegué a la casa de mi mamá, quien ya estaba afuera esperandonos a mi hija y a mi. Obvio que se dio cuenta al toque de lo que pasaba porque...bueno, tampoco hay que ser un genio, con verme la cara alcanza y sobra.

—¿Qué paso, hija? —me miró. Agarró a Alma al toque apenas entramos y yo medio que empecé a llorar, obviamente que no como me gustaría porque no quería poner mal sobre todo a mi bebé.

—Me separé, ma —respondí—. No me preguntes porque, por favor. Después te cuento. Quiero llorar todo el día.

—Escuchame bien —me dijo firme y yo la miré atenta—: Ahora yo cuido a Alma, mientras vos te vas a la pieza lloras todo lo que quieras, te descargas, te bañas...hasta dormí un rato si queres, pero después de hoy te quiero fuerte, ¿me entendés?

—Pensé que me ibas a decir que no llore o alguna de esas cosas que todos dicen —medio que me reí.

—Sé que no sirve de nada decirte eso, Ju. Necesitas llorar, que salga todo eso que tenes adentro —afirmó—. Pero ya te dije, después de hoy te quiero fuerte, por vos y  tu hija. Porque mirá lo que es esta nena —me mostró a Almita y la verdad que si, preciosa—, no podes permitirte estar mal y no disfrutar de ella.

Hice lo que mi mamá me dijo pero con más rapidez porque, bueno, no me podía dar el gusto de pasarme el día llorando mientras tenía a una hija que cuidar y alimentar. Además, Alma no toma leche de fórmula así que yo era su única fuente de alimento. Así que, bueno, me pegué una ducha en la que aproveché para llorar bastante y después me dormí, como mucho, una hora/hora y media.

Me desperté, según mi celular, a eso de las dos y fui directo al living donde estaba mi mamá jugando con Alma y Chloe. Intenté sonreír para que crean que estoy un poco mejor y no preocupar más a mi mamá, me acerqué a ellas y saludé a mi hermanita que se notaba bastante aorprendida por verme acá.

Por accidente | Enzo PerezWhere stories live. Discover now