028

2.6K 156 16
                                    

JUANA

Una semana y media, casi dos, más precisamente, habían pasado desde que me mudé a Francia y todo parecía ir bastante bien dentro de lo posible. Los primeros tres días me los tomé para mi y para mi familia. Salimos a recorrer lugar que no conocía o algunos que, por mi poco tiempo en Francia, había olvidado, papá nos llevó a cenar a diferentes restaurantes y nos pusimos al día sobre todo lo que pasó durante nuestro tiempo alejados. Enzo fue tema de conversación, obviamente. Lloré un poco y recibí más abrazos. Todo iba bien, aparentemente.

Mi contacto con Argentina se basaba en Luli, Gonzalo y, de vez en cuando, Pía y Santi, quienes, cada vez que podían iban a la casa de los dos mayores para hacer una videollamada conmigo. Me sorprendía el apego que tenían hacia mi, porque no pensé que fuera tanto.
En una de las tantas veces que me conecté con ellos, pero, en ese caso, gracias a Tati, la hermana de Enzo, hablé con él. Aunque no fue más que un "Hola" y una mueca que pretendía ser una sonrisa, la cual, claramente no nos salió a ninguno de los dos. Lo vi y lo felicité. Y a pesar de que me moría de ganas de abrazarlo o darle un beso para tranquilizarlo, sabiendo lo nervioso que debe estar por la final contra Boca, aún siendo eso lo que él quería, no podía. No podía porque necesitaba tiempo, espacio y pensar...pensar demasiado, sobre todo.

Mi vida, ahora en Francia, por suerte me ayudaba un poco a despejar todas esas ideas de hablar con él o mandarle algún mensaje. Hace unos cuatro días había hecho una especie de audición para entrar en una academia donde, no solo podía tomar clases, también darlas. Y eso era exactamente lo que quería. Era una academia bastante reconocida, por lo cual me alegraba el hecho de haber quedado pero, a la vez, me generaba cierto nervio. Tenía que estar a la altura.

Si no me equivocaba, y segun el horario que marcaba mi celular, eran las seis de la tarde, así que, cuando salí de la academia pasé por la confiteria donde trabajaba mi hermana, a quien le había prometido buscarla.

Hola, Agus —saludé a mi hermana, quien estaba limpiando una mesa libre.

Juani —me miró—. Me tengo que quedar un ratito más a cubrir a un compañero, ¿te quedas o te vas?

¿Un ratito, cuanto sería?

No sé...Media hora, quizás un poco más —respondió.

Esta bien, espero acá.

¿Queres que te traiga algo para tomar? —preguntó y asentí—. ¿Cómo te fue?

Bien, todo bien por ahora —sonreí. Me senté en la mesa que estaba libre y saqué el celular mientras mi hermana iba a buscar un café.

Aprovechando el tiempo que me quedaría acá haciendo literalmente nada, le mandé un mensaje a Luli para ver si podía y quería hacer una videollamada. Perdoname amiga por extrañarte.

—¿Qué onda, negra? —gritó cuando conectamos. Por suerte yo tenía puestos los auriculares.

—Acá andamos, ¿vos? —pregunté, llamando la atención de algunos aparentemente porque vi como me miraron.

—Bien —respondió mientras comía no sé qué cosa. Allá eran como las doce del mediodia—. Quemada con la final. Es de lo único que hablan, boluda, te juro.

—Acá también hablan de eso —reí—. Es un suceso, escuché decir—comenté—. 'Tan todos re locos.

—Ni ahí venís para la final, ¿no? —preguntó.

—No, amiga. Ni da.

En una de esas, cuando mi hermana me trajo el café, miré para arriba y me encontré con un chabon mirandome. Mmmm que miedo.

—¿Qué pasa, Ju? —me preguntó mi amiga. Volví mi mirada a la pantalla y como si fuera que alguien me iba a entender le dije bajito "Hay un chico en frente que me está re mirando"—. ¡Juana, ¿vos sos pelotuda?! Estás en Francia, no te van a entender, podes gritar todo lo que quieras y nada.

—Bueno, perdoname —reí.

—¿Es lindo? A ver, da vuelta la camara —eso fue lo que hice—. ¿Es joda? ¡Juana el que te esta mirando es Julian Draxler?

—¿Quien? —pregunté.

—Un jugador de fútbol —explicó—. ¿No lo conoces? Está en el Paris ahora, creo. Ah, y es alemán.

—¿Alemán? O sea que nos ganó el Mundial, ¿no?

—Si, pero es un bombón —rió—. Además, a vos ni te importa el fútbol. Ni lo conocías Juana, no lo vayas a rechazar porque nos ganó un Mundial que seguro ni viste.

—Pero yo quiero a Enzo —hice puchero, porque a pesar de que le metía onda lo extrañaba un montón.

—Viene para acá.

—¿Enzo? —pregunté—. Decile q...

—No, tarada. Julian Draxler, se paró y va para tu mesa —dijo. Entonces, di vuelta la camara y miré por arriba del celular. Si, Julian Draxler estaba en frente mío. Ja, me quiero ir.

• • •

prometo que ya van a volver🤞

Por accidente | Enzo PerezTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon