Dilema 4

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Jeon Jungkook no era realmente alguien acostumbrado a meterse en problemas. No le gustaba saberse implicado en situaciones riesgosas, pero las últimas 24 horas no podía hacer otra cosa más que seguir llamando al peligro para que golpeara su tranquila vida.

El Omega, enloquecido por las ansias de su celo, ahora se encontraba enterrando sus pequeños dientes en trozos de la piel de Jungkook mientras sus caderas se movían lentamente sobre la erección del hombre que deseaba. Jungkook nunca se había sentido así, la excitación realmente lo estaba dejando mal por Jimin, pero sabía que debía de pararlo.

─¡Jungkook!─ los gritos del lobo del Alfa continuaban alterando alrededor, el sonido traspasaba la madera de la puerta con un estruendo terrible. A eso siguieron los golpes que intentaban tirar la puerta abajo.

Los grandes ojos de Jungkook se posaron velozmente en todos los objetos que podía encontrar en la habitación del Alfa, nada que pudiese ayudarlo en serio en esta situación. Si quería sobrevivir debía actuar rápido, porque tampoco dejaría que el Alfa de Taehyung cometiera una estupidez en un momento de mera calentura.

─¡Alfa!─ La oportunidad se le presenta cuando, luego del tortuoso vaivén del Omega sobre su miembro, es este quién grita en medio de su liberación. Jungkook ni siquiera termina de comprender muy bien qué diablos acababa de pasar cuando ve la oportunidad de zafarse de los brazos de Jimin sin ser muy brusco. Cargando el liviano cuerpo del Omega, lo deja por fin de regreso en la cama, viéndolo satisfecho, aunque sabe que no sería por mucho tiempo.

Sus piernas lo hacen desplazarse lo más rápido que puede hasta la puerta, donde simplemente abre con presteza, empujando al Alfa lejos mientras le coloca seguro a la puerta.

No se encuentra preparado para lo que sucede después, el Beta se queda embobado con la belleza que representan los ojos rojos del Alfa, la forma en que relucía el lobo interior de su mejor amigo, que, cegado por el olor de Jimin impregnado en todo su ser, se lanza contra él. Lo azota contra la pared con fuerza, apretándolo fuertemente entre sus brazos porque si se trataba de Jungkook la parte humana también se encontraba de acuerdo en lo que su lobo quería hacer.

Jungkook no puede más que observar los iris rojos del lobo, totalmente maravillado con la intensidad que los mismos dejaban ver, casi como si se tratase de fuego dentro de los ojos de su mejor amigo. La magia hipnótica se rompe cuando el Alfa aparta la mirada para pegar su nariz en el espacio del cuello del Beta, que comienza a caer en cuenta de lo que estaba sucediendo a su alrededor.

En ese momento tocan a la puerta con golpes firmes.

─¿Kim? Soy Yoongi, ábreme─ escucha la voz amortiguada que le llega por el pasillo.

Jungkook ve su oportunidad.

─¡Ayuda!─ grita, lo más claro y fuerte que su garganta le permite en medio de un momento tan tenso.

Pero sus gritos no hacen más que molestar al Alfa, que gruñe posesivamente ante la presencia de otro en su territorio. Jungkook sabía bien la forma en la que se comportan los Alfas cuando alguien desconocido se acerca al lugar donde está pasando su celo, él ya se había acostumbrado a mantener su distancia en los días que Taehyung entraba en dicho estado, lo único que no sabía era cómo reaccionaría cuando un Omega se encontrara bajo su custodia también.

Jungkook se encuentra arrepintiéndose para cuando la puerta del apartamento se abre con brusquedad, pero él claramente no notaría el nuevo aroma que se encontraba llenando el lugar: Un Alfa mayor y de prestigio que sería capaz de colocar en su lugar a un pequeño Alfa desenfrenado acababa de romper la cerradura con un par de golpes.

Taehyung deja en el suelo lentamente a Jungkook, lo empuja detrás de él mientras toma la posición de alerta, es entonces que el Beta puede ver al Alfa que, afortunadamente, llegaba para ayudarlo. Era más bajito que Taehyung, con la piel blanca, casi como un muñeco de porcelana, parecía bastante seguro de lo que hacía.

Kim Taehyung, al suelo─ ordena con la voz de mando, una voz que incluso haría doblegar al Beta, que acata la orden, aunque no se trataba de él.

Desde la seguridad del suelo, Jungkook ve como el lobo del Taehyung lentamente cede a la voz del otro Alfa, quedando tendido a unos pasos delante de él. El alma le regresa al cuerpo a Jungkook, pero su tranquilidad no dura mucho cuando escucha el grito lastimero de Jimin dentro de la habitación.

Lloraba llamando por su Alfa.

─¿Quién se encuentra encerrado en ese lugar, Beta?─ pregunta el Alfa, acercándose a él para ayudarlo a levantarse.

─Muchas gracias, señor─ es lo primero que Jungkook se siente capaz de decir, estando tan cerca el uno del otro, los ojos del Alfa se abren con asombro al notar el olor del que el Beta se encontraba impregnado─. El nombre del Omega es Park Jimin, intenté ayudarlo de que alguien lo lastimara cuando comenzó su celo en la calle, pero no contaba con que fuera tan difícil.

Yoongi no espera un segundo más antes de sacar su teléfono del bolsillo y llamar rápidamente al celular de Hoseok. El Beta no puede hacer más que ver con la pregunta grabada en los ojos.

─Hobi─ su voz suena aliviada─, lo encontré, estaba en casa del chico que te dije que vendría a ver, trae a Karrel.

No se necesita ser muy inteligente para comprender la magnitud de lo que esas palabras significaban, por lo que Jungkook espera pacientemente a que el hombre termine la llamada para comenzar a hacer todas las preguntas referentes al pequeño Omega que continuaba llorando en la habitación. No consigue articular palabra antes de que Yoongi vuelva a dirigirle la palabra.

─Deberías darle unos 3 supresores a tu amigo, el celo lo está matando─ le comenta con un tono de voz más amable.

─¿Quién es usted?

─Soy amigo de la familia de Jimin, estaban buscándolo como locos, incluso yo vine a pedirle ayuda a Taehyung para continuar con la búsqueda, pero veo que ya no será necesario─ el alivio se encontraba representado en toda su expresión, por lo que Jungkook no podía dudar de sus palabras─. La mamá del chico viene en camino, pero yo me llevaré a Taehyung para que tranquilice a su lobo.

─Muchas gracias─ volvió a soltar Jungkook mientras el Alfa ayudaba al otro a levantarse, inmovilizando cualquier movimiento que fuese para zafarse de su agarre.

─Muchas gracias por cuidar del chico, eres un buen Beta.

Jungkook continúa en el mismo lugar cuando escucha que la puerta se mece contra el marco, dando ligeros golpes, incluso el Omega por fin había dado tregua a sus sollozos lastimeros. No sabía muy bien qué acababa de pasarle a todo su entorno, pero estaba seguro de que ahora podría estar más tranquilo.

─¡Alfa!─ o, bueno, tal vez no tanto. Un Omega en celo era una gran responsabilidad.

𝐃𝐢𝐥𝐞𝐦𝐚𝐬 𝐃𝐞 𝐔𝐧 𝐁𝐞𝐭𝐚 ×𝐕𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧×Where stories live. Discover now