Dilema 19

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Esa tarde el supermercado se encontraba tranquilo, Jungkook podía pasearse por los pasillos sin necesidad de controlar demasiado su carrito con las compras medio lleno, solo dejándose guiar por los objetos colocados en los anaqueles, preguntándose si lo que llevaba sería lo mejor para almorzar. Se había esforzado en encontrar algo que le gustase mucho a Jimin, pero que también entrara en la lista de platillos favoritos de Taehyung para no tener discusiones con el Alfa.

Continuando con su búsqueda por más opciones cayó en la cuenta de que, por más que le encantara tener a Jimin en el apartamento, el muchacho no había hablado lo suficiente con ellos como para saber el tipo de comidas que le gustarían. Ahora solamente iría a ciegas por lo que más llamase su atención, por lo que el instinto le dictara.

Ni siquiera tengo un lobo para que me asesore, se recuerda mientras gira al siguiente pasillo.

Alguien se encontraba parado en el desolado espacio frente las frituras, un hombre bastante más alto que Jungkook, con el corto cabello negro-azulado resplandeciendo por todo el lugar, la postura que en un inicio había resultado despreocupada y tranquila repentinamente toma un aspecto tenso, reflejado en la camisa del muchacho. El Beta sabe perfectamente de quién se trata sin la necesidad de que él se gire, así es que con un movimiento rápido empuja el carrito fuera del pasillo, huyendo antes de que esa persona si quiera tuviese el tiempo para procesar el aroma humano del Beta.

Agitación recorre todo su cuerpo, mientras se encuentra siendo atacado por miles palabras dentro de su cabeza.

Corre, es la que resuena con nitidez, corre antes de que él te recuerde.

Antinatural, grita una voz en lo profundo, sabes el tipo de pecado que cometiste con ese Alfa.

Alfa, gimotea otra voz, tersa y melodiosa, Alfa, mi Alfa...

Recuerdos de su tierna infancia revolotean entre la pulla de pensamientos. Desde las risas descontroladas interrumpiendo la quietud del bosque hasta las lágrimas que derramó sobre el hombro ajeno de ese hombre, las pequeñas manos unidas mientras correteaban entre los árboles, la figura de un lobo negro con los ojos rojos enrollándose a su alrededor. Él siendo su todo. Él siendo su lugar seguro.

Él siendo su mejor amigo, su confidente, su punto de apoyo.

Él siendo su perdición, su desdicha, la furia de su pueblo.

Él siendo simplemente glorioso.

Él siendo el demonio que lo arrastraba al infierno.

─¿Jungkook?─ allí se encontraba de nuevo con su voz, bañada en pura sorpresa y dicha─ ¡Jungkook!

Sus piernas no se movían con suficiente velocidad, aunque consiguieron llevarlo directamente al único cajero funcionando mientras escuchaba la voz del Alfa alejarse entre los pasillos que ya había recorrido.

Con un suspiro, se apresuró a pasar la comida para pagar antes de que él le encontrara. Todas sus compras se encontraron seguras dentro de dos bolsas en unos pocos minutos, dándole la oportunidad de correr lejos del lugar, escuchando perfectamente la voz que aún le llamaba desde algún pasillo.

Era un Alfa, no entendía cómo lo había perdido tan fácilmente. Por más que fuera un Beta sin olor, su parte humana sí poseía uno que él reconocía... ¿O lo había olvidado en su totalidad?

Su carrera se detiene al caer en esa realidad, no consiguiendo controlar las lágrimas que desean escapar de sus ojos.

El resto del camino termina en una laguna mental, siendo llevado de golpe al mundo real cuando se encuentra en el pasillo frente a su apartamento. Escucha la discusión de dos personas, algún que otro gruñido de Alfa y un muy doloroso quejido de un Omega.

𝐃𝐢𝐥𝐞𝐦𝐚𝐬 𝐃𝐞 𝐔𝐧 𝐁𝐞𝐭𝐚 ×𝐕𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧×Where stories live. Discover now