Dilema 20

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Silencio llegó justo después de que los labios se separaran, con cuidado los rostros fueron alejándose, pequeños centímetros, distancias diminutas. Jungkook esperaba que la magia se acabara en ese momento, pero la sensación de calidez no pudo más que extenderse a todas las extremidades de su cuerpo.

La expresión de Jimin resultaba demasiado bella, inocente y tranquila, totalmente ajena a la maraña de pensamientos que intentaban ahogarlo en el mar de la culpa.

Culpa. Posiblemente lo reflejaban, pero Jimin continuaba viéndolo con ojos vidriosos, lágrimas asomándose con parsimonia.

—¿Jimin?— su voz se quebró cuando las lágrimas comenzaron a desbordarle los ojos—. Lo siento mucho, ¿tu lobo me odia?

Negó con la cabeza, los labios formando pucheros. A sus costados las manos comienzan a reaccionar, buscándose tranquilamente para entrelazar los dedos, brindándose todo el apoyo que necesitaban en ese momento. Y Jungkook quedó maravillado al notar que todas las voces de su inseguridad en conjunto con sus recuerdos oscuros simplemente regresaron al abismo de su mente, lejos de él y de Jimin.

─¿Lo provocaste tú?─ le pregunta en un susurro, apoyando su frente en el hombro del Omega, la sonrisa no tarda en aparecer aunque las lágrimas continúan su trayecto, cálidas y tranquilas─. No sé cómo lo haces, pero me gusta.

Me...

─¡Mierda!─ el grito de dolor de Taehyung resuena por toda la casa, provocando que ambos muchachos den un salto por el susto─ ¡Agua! ¡Agua!

Jungkook y Jimin se ven con la interrogante plasmada en el rostro, inclinando la cabeza ligeramente a la izquierda, sin saber el contexto de las palabras altisonantes del Alfa. Se ríen, y eso detiene el llanto, que ahora solo se nota por la hinchazón de los ojos.

─¿Por qué no me dijiste que acababas de sacarlo? ¿Karrell?─ el tono de Taehyung comenzaba a teñirse de preocupación, asustándolos hasta que una estruendosa carcajada hizo temblar las paredes─ ¡¿Es en serio?!

Jungkook no pudo más que apretar las manos de Jimin, atrayéndolo de regreso a él, intentando protegerlo del mundo exterior por puro instinto.

¿Instinto?

Las dudas llegan hasta él en ese momento, recordando que su lobo dormido nunca regresaría a él, era la condición para todos los Betas en el mundo. Nunca se había escuchando de un solo Beta que hubiese despertado, así que era una instancia más que irreal.

─Mi lobo sabe que el tuyo está dormido─ Jimin le sorprendió al hablar tan fluidamente después de lo que le había costado pronunciar unas cuantas palabras antes del beso─, sabe que no va a despertar y que no eres un Alfa, pero disfruta de tu olor humano.

─¿Entonces ese olor también se impregna en ustedes?─ la intriga estaba matando a Jungkook, así que no encontró mejor solución que preguntar─. Todo este tiempo yo creí que solo podían impregnarse del olor de otros lobos.

Jimin se ríe cortamente ante sus palabras, acurrucándose como un gatito sobre Jungkook.

─Todo olor puede quedar en nosotros─ afirma─, lo único diferente es la intensidad.

Tres golpes de nudillos suenan del otro lado de la puerta antes de que la misma se abriera, mostrando la figura de Taehyung, que ocultaba detrás de él a Karrell, la mujer que luchaba por ver a su hijo desde la espalda del gran Alfa.

─Mis bebés, les tengo noticias─ toda el aura alegre del Alfa comenzaba a cubrir la habitación, llenando de paz a Jungkook. En un par de zancadas ya lo tenía a su lado a un costado de la cama, de cuclillas para poder verlos a ambos─. Yoongi acaba de llamarme, quiere que no veamos en una cafetería para hablar del trabajo, así el no hostigará a Jimin con su olor viniendo al apartamento. La cena está lista y servida en la cocina, todo está en su lugar, el té de Jimin ya está preparado para antes de dormir y el biberón de mi bebé Jungkook también está preparado─ se burla, haciendo reír a Jimin.

𝐃𝐢𝐥𝐞𝐦𝐚𝐬 𝐃𝐞 𝐔𝐧 𝐁𝐞𝐭𝐚 ×𝐕𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧×Where stories live. Discover now