Dilema 58

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No recordaba su casa, algo que sorprendió a Jungkook cuando traspasó la puerta abierta de su antiguo hogar. Vio el viejo pasillo con cuadros de sus hermanos colgados en las paredes, el color del lugar parecía desvaído, como si llevaran más de diez años sin repasar la pintura. Se sintió cohibido por un momento, pensando que no pertenecía a ese lugar y si en cualquier momento su madre salía darle encuentro él no podría más que ceder a su ataque de pánico.

Intentó regular su respiración, obligándose a inhalar profundamente antes de exhalar con cuidado, midiendo cada suspiro que soltaba. En el interior de su mente aún podía sentir al pasillo tirar de él, queriendo llamar su atención, pero se prohibido darle lo que quería, tenía suficiente con esos sentimientos que se arremolinaban en su interior por encontrarse en ese lugar.

Entonces sus pies se obligaron a avanzar con cuidado en dirección a las viejas escaleras, sabiendo donde se encontraba la habitación de su padre, pero sin querer alcanzarla muy pronto.

─¿Baejeon?─ su voz lo dejó congelado sobre el primer escalón.

Fría, enferma, carente de vida, la voz de su padre parecía emerger de una habitación al final de pasillo. Jungkook se forzó a continuar escalando, no tenía nada a qué temer si su padre se encontraba enfermo y sin fuerzas.

Él ya no era un niño aterrado, necesitado del vínculo familiar.

─Tengo frío─ lo escuchó murmurar.

Entonces notó que llevaba ya un tiempo con el nudo formado en la garganta, un escalofrío bajando por su espalda. Solo le quedaban dos escalones más para llegar al viejo Beta.

Sigue, aquella tranquila voz resonó en su mente, no va a hacerte daño.

Esa promesa le dio la valentía necesaria recorrer lo que le quedaba andando a zancadas, el ruido de sus pisadas haciendo crujir la madera del suelo bajo su peso. Ni siquiera llamó a la puerta antes de abrirla, cerrando los ojos un par de segundos, preparándose para volver a ver a su padre.

─Jungkook─ su voz tenía cierto tono sorprendido oculto.

Sus parpados se separaron en ese momento.

─Padre─ ni siquiera intentó contener la inquietud que se aferraba a su cuerpo.

Allí se encontraba ese hombre, demacrado y postrado en cama. Las arrugas de su rostro parecían más bien heridas profundas que no terminaban de cerrar, la piel colgándole del brazo que mantenía estirado fuera de las sábanas. Sus ojos fueron lo más difícil de observar, se encontraban dilatados al máximo y cubiertos por cataratas que eliminaban todo brillo que representase vida. Su padre, ese Beta que él creía conocer, no era más que una pálida imagen, apenas podía distinguirlo.

─Creí que la Luna me estaba mintiendo─ es lo primero que susurra, un intento de sonrisa le estira la piel del rostro, algo que desaparece para sustituirlo por el dolor más puro─ ¿Qué se siente ser un simple Beta, pero que la Luna te ame como a su único hijo Alfa?

No parecía decirlo con burla, sino más bien con algo de admiración.

Jungkook se acercó a él aunque el aura de muerte que lo rodeaba le daba algo de terror, terminó acomodándose sobre una silla que se encontraba cerca de la cama de su padre moribundo. Le faltaban palabras para poder describir un poco de todas las emociones que lo sobrepasaban en ese momento.

─Beajeon me dijo que querías verme─ decidió irse por la tangente, evadiendo preguntas que ni siquiera él podía contestar.

─Olvidé que Baejeon y tu madre salieron por suministros─ murmura el anciano, parecía hacer un gran esfuerzo para hablar, pero continuó aunque el dolor lo golpease de frente─. Este viejo tiene muchas cosas que decirte, Jungkook.

𝐃𝐢𝐥𝐞𝐦𝐚𝐬 𝐃𝐞 𝐔𝐧 𝐁𝐞𝐭𝐚 ×𝐕𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧×Where stories live. Discover now