Capítulo 20

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Kael

Querido Kyle:

Han pasado ya varios días desde el último día en que nos hablamos. Y créeme que no la he pasado nada bien. No había día que no me preguntara en qué hice para hacerte mal interpretar las cosas. Y no he logrado encontrar una respuesta justificable. Desde que llegué a West Spokane me la he pasado cada minuto a tu lado.

Cada segundo lleno de risas, tonterías y sueños.

De hecho, si te lo confieso, he escrito ya varias canciones sobre nosotros dos. Sobre lo que mi mente imagina que hubiera sucedido si no hubiera sucedido el beso o si, de alguna forma, te hubiera correspondido como tú lo querías. Y créeme que en todas las canciones hablo sobre lo mucho que me haces falta.

Hace unos días encontré en una de las cajas de la mudanza mi ejemplar de Orgullo y Prejuicio y lo releí. Solo por ti. ¿Y sabes lo que recordé al leerlo? La primera vez que nos conocimos en el instituto aquélla tarde cuando la primavera apenas comenzaba a hacer acto de presencia en West Spokane. Recordé la manera en la que cité uno de los diálogos de Lizzy hacia Darcy, el que decía así: "Me pregunto quién sería el primero en descubrir la eficacia de la poesía para acabar con el amor".

Y de pronto caí en la cuenta de que mis canciones que escribía pensando en ti eran poesía combinada con notas musicales de un pequeño teclado. Del mismo teclado que tenías en tus manos aquella tarde cubierta de nubes grises en el cielo, aquella tarde en la que llevabas esa sudadera con capucha de color amarillo, con la que se divisaban con exactitud tus facciones. Y esas manchas en tus mejillas que, si tomaras un bolígrafo y las comenzaras a unir con una fina línea, se formarían unas constelaciones increíbles en tus mejillas.

Tú eras poesía y yo no supe darme cuenta.

Me has provocado una bola de sentimientos sin sentido en mi interior cuando tus labios tocaron los míos. Mi corazón se lanzó a un abismo sin fin en el que mi única condena ha sido perderte. Alejarte de mí. confundirme sobre quién soy, lo que siento, lo que siento por ti.

Te quiero, de verdad que te quiero, pero eres mi mejor amigo.

Creo que es la carta que te escribo que es la más larga de todas, pero creo que las palabras que plasmo en este trozo de papel no son suficiente como para recuperarte.

Kyle. Por favor.

Déjame verte.

Espero que la leas más pronto de lo que imagino y vengas a buscarme.

Te extraño tanto.

KAEL.

El Corazón Nunca Se EquivocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora