Capítulo 39

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Kyle

Me despego de él y abro los ojos para enfrentarme a la realidad de su rechazo por segunda vez tres meses después. Pero no lo hace. Solo se queda ahí, mirándome, con los labios entreabiertos mientras parpadea. Frunzo el ceño confundido y sorprendido porque no haya hecho ni dicho nada aún apenas separarnos, porque la primera vez no tardó ni medio segundo cuando ya había pronunciado esas horribles siete palabras: <<No puedo corresponderte, yo no soy gay.>>

—¿Kael?

Mi voz suena más débil que un susurro, tengo los labios secos después de nuestra gran dosis del uno del otro, así que me paso la lengua por encima de ellos.

—¿Sí?

Me mira sorprendido, sin hacer ni un solo movimiento. Es extraño su comportamiento y no sé por qué no me da miedo como la primera vez. Creo que la vida se vuelve más fácil cuando todos los que te rodean saben quién eres y te puedes dar el lujo de ser libre sin sentir unas cadenas que te condenan a callar todo lo bueno que te suceda por miedo al qué dirán.

—¿Qué sientes por mí? —Murmuro la pregunta, mirándolo directamente a esos ojos azules en los que se reflejan cada estrella del firmamento.

Emite un suspiro y no dice nada. 

El Corazón Nunca Se EquivocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora