Capítulo 37

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Kyle

Se pone de pie del piso y caminamos ambos hasta el borde de la azotea y nos sentamos en la barda con los pies colgando al vacío. Se coloca el teclado en los muslos y se aclara la garganta mientras me mira sonriéndome. Los grillos nos hacen compañía al igual que las estrellas en el cielo. Pero mis ojos no dejan de ver sus brazos desnudos. Bronceados, tonificados. Al parecer, ha hecho ejercicio en estos tres meses y yo, pues yo me la he vivido comiendo mientras lloro.

Me pasa su teléfono y una corriente eléctrica me domina cuando siento su piel tocar mi mano.

—Pon la grabadora de voz —me pide y lo hago.

Deslizo el dedo por la pantalla, pasando por todas las aplicaciones que tiene y mis ojos se detienen en una en específico.

—¿De verdad? —Comienzo a reírme y él se estira para mirar la pantalla.

—No la uso —dice sonrojándose.

—¿Entonces por qué tienes Tinder entre tus aplicaciones principales?

Sonríe nervioso.

—Ya venía cuando lo compré.

Pongo los ojos en blanco y me río un poco más. Después continúo deslizando el dedo por la pantalla hasta que encuentro la grabadora de voz. La abro y se lo paso.

—Okey. Esta canción, Kyle, será improvisada. Saldrá de lo primero que te gusta, así que ve pensando en algo que quieras ponerle.

—Ya. Está bien.

Tragamos saliva y comienza a presionar sus dedos encima de las teclas.

Se aclara la garganta y comienza a cantar.

(Kael)

El océano es fuerte.
Tu corriente es intensa.
Y me empujas más adentro.
He estado aquí todo el tiempo.

Recuerdo la primera vez que te vi.
Pensé que serías mío.
Y se sintió muy bien.
Una mirada a tus ojos y juro que conocí.

Tus besos.
Tu toque.
Tu amor.
No puedo respirar.

Estoy luchando.
Pero mi corazón está bien.
Porque me estoy ahogando.
Me estoy ahogando en tu amor.

Lo miro boquiabierto. ¿De verdad acaba de cantar eso?

—¿Si identificaste el coro? —Me pregunta sin dejar de tocar.

Asiento con la cabeza.

—Lo repites cuando creas necesario.

—Okey.

Mi mente intenta ordenar las palabras para decir algo acorde a lo que acaba de cantar, porque hasta la piel se me ha estremecido cuando comenzó el coro cantándolo alto.

Respiro profundo y comienzo yo a cantar.

(Kyle)

Parece que todas las canciones de amor se equivocaron.
Creí que volaría.
Se hace más oscuro mientras más caemos.
Pero yo me siento bien, muy bien.

El Corazón Nunca Se EquivocaWhere stories live. Discover now