2.4 Realidad

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—Me diste un buen susto. Creí que tendría que mantener un cadáver dentro de la iglesia y el olor es horrible—Mira perezosamente al hombre que le coloca una toalla húmeda en la frente—. Pescaste un resfriado.

—Umm...

—Como te decía: Te llevaré a la comisaría mañana. La lluvia es demasiado fuerte como para salir a ningún lado de todos modos.

—Gracias. —balbucea Jimin. El padre tiende un objeto plano.

—Me tome el tiempo de cortarte un poco el cabello para que no te cubriera los ojos ¿Alguna forma en la que pueda ayudarte? —Ofrece, esperando que decidiera hacer alguna confesión de lo que ocurrió.

Jimin se sienta con el espejo cuadrado en las manos. Tiene apenas un resquicio del tinte rosa chicle; el cabello enmarañado que al menos no le molesta en los ojos. Las raíces se ven oscuras; un rubio ligeramente platino por el rosa caído. Ojeras enormes, los labios cuarteados y la clavícula tan marcada que lo asusta.

— ¿Cuál dijiste que era tu nombre?

—Soy Jimin. —responde relamiéndose los labios.

—Ya veo. Hay ropa donada en el almacén de la casa parroquial. Puedo darte para que la uses tras bañarte, para no enfermar más. —Lo examina de reojo.

No sabe definir como está. Parece en la luna al mismo tiempo que pendiente y aliviado. Una mala mezcla de elementos. Lo ayuda a levantarse, que colapsara de repente lo asustó. Creyó que haber sumado tanto tiempo al que dijo le causó un colapso. Asumiendo que lo que dijo es cierto...

Tiene tres meses secuestrado desde Seúl.

Qué clase de castigo es este, Señor.

Jimin arrastra los pies aun descalzos y el padre está a nada de sufrir un pequeño ataque por lo horrible que está el hombre. Le causa sincero. Lo apura a la casa parroquial y una vez en ella le tiende una enorme bolsa. En ella habría algo que le quede. Jimin asiente a duras penas y como un cachorro perdido busca el baño.

—Jimin ¿No? —murmura pensativo. No cuenta con una computadora o internet como para investigar si es de hecho lo que está pensando. Posiblemente sí. Ordena el lugar -como si ya no lo estuviera-, se quitó la sotana y quedó en una simple camisa y pantalón de dormir; come y queda en la mesa del comedor leyendo la biblia hasta que escucha pasos.

—Tienes la cara muy roja. Creo que tengo medicinas por algún lado. —Marca la página específica y se levanta para ir a buscar.

—No hace falta... eh... ¿Padre?

— ¿Eres creyente? —interroga sin mirarlo.

—La verdad no. Mis padres sí, pero no...

—Entiendo—Lee lo que dice la caja de medicamentos—. Puedes leer eso si no tienes sueño. Es como una historia de fantasía; entretenida por momento a los que no creen en la religión cristiana.

—Ah... Gracias—Sonríe, las mejillas le dolieron. Hace mucho que no hace esta mueca. El padre lo mira confuso por un momento. Fue un gesto muy suave—. ¿Puedo quedarme aquí? Me iré por la mañana. Si salgo ahora ellos podrían encontrarme.

—No hay problema. Puedes dormir en la cama y comer lo que gustes de la cocina. Es parte de las donaciones y como un necesitado es tuya. —explica. Jimin sonríe más ampliamente, acción que termina de cerrarle los pequeños ojos achinados de color café.

—Muchas gracias pa-

—No tengo sotana así que con Yoongi es suficiente. Me llamo Min Yoon-Gi

— ¿Yoongi? Ah... Es que los escuche decir "Suga" —comenta risueño.

—Apodo de la infancia.

—Ya veo.

Lo ve preparar poca comida, visiblemente nervioso de estar cocinando en base a una despensa ajena que del modo en que se diga no le pertenece. Permanece impasible viéndolo moverse con lentitud cuidadosa; evitar el dolor corporal tan obvio.

Por lo amplio de la vestimenta puede vislumbrar cardenales y no es complicado percatarse de lo maltratadas que están sus muñecas. Es un signo obvio de atadura. Suspira nuevamente y se sienta para acompañarlo mientras come. Baja la biblia al notar que no se mueve para nada.

— ¿Te llevo a la cama?

—Eh- no... solo... Gracias por ayudarme, Padre. Parecía que... nadie lo haría. —Su voz y sonrisa se quiebran.

—Yoongi. —Corrige.

—Todos a los que pedí ayuda se... rieron de mi o me miraron con asco —explica Jimin viendo la pequeña comida que se preparó. Su estómago no está receptivo en este instante—. Tantos... tantos tenían un crucifijo de cadena-

—Pecadores descarados. Seguramente alguno vendrá aquí a Misa; se confiesan a medias. Hay pecados imperdonables, reciben un castigo y la violación cuenta como uno de esos imperdonables. Siendo tú, no me preocuparía. —Asegura despreocupado.

— ¿Por no creer no iría al mismo sitio?

—No. Como persona sin un bautizo solo llegarías a un limbo. No sufres, no sientes... Tienes oportunidad de volver porque no es culpa tuya. —Jimin no es fanático a enterarse de las religiones. Es despreocupado al respecto. Sin embargo, el tema de castigo le llama la atención.

—Umm...

Yoongi estaba decidido a dormir en el sofá. Sin embargo, al pasar por la habitación con la intención de darle a beber agua bendita y rezar alguna oración por su bienestar queda bastante rígido en su sitio mirándolo. Seguramente lo demás en la bolsa era muy pequeño y solo esto le queda bien, el problema es que es... tan...

Seductor y vulnerable.

Traga grueso; él hizo votos de castidad, no puede estarse fijando en nadie. Menos en alguien tan herido como ese muchacho que ahora va y se acurruca en la cama pareciendo un perro apaleado.

Su deber es ayudarlo. Guiarlo. Solo eso. Nada más allá. Está vulnerable en cualquier aspecto que pueda estarlo; tanto mental como corporal. Su rostro hinchado por el llanto y palizas recibidas anteriormente queda claro que no es complicado forzar algo. Sin embargo, él ha hecho votos precisamente en contra del acto carnal.

Se lo recuerda con énfasis.

Por si fuera poco y por más hermoso que le parezca aun herido se trata de un hombre ¿Como si quisiera se le puede pasar esto por la cabeza? El imaginarlo o considerarlo es un pecado en sí mismo que no ha cometido hasta la fecha.

Resulta molesto tener que santificarse para excusar esa clase de pensamiento pecaminoso. No obstante, es todo lo que puede hacer. Apartar a la lujuria que ataca al hombre cuando menos se lo espera y quién sabe, a juzgar por el estado de Jimin lo prostituyeron -un simple secuestro por tanto tiempo no tiene sentido-, y no los culparía del todo.

Bien podría ser como una personificación de la lujuria.

Mejor ir a dormir. Llevarlo mañana a la comisaria sería complicado.

Destroyed || KookMinWhere stories live. Discover now