4. Et conteram nihil

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«¿Cómo has caído del cielo, oh lucero de la mañana, hijo de la aurora! Has sido derribado por tierra (...)»
Isaías 14:12-15

4 - Et conteram nihil Sin nada más que romper

—Los esperaremos aquí. Yoongi lo molesta atrasarse porque lo impide dormir. —se queda sentado en el sofá que Chaerin señala.

La ve perderse en la cocina y aunque es tonto, tiene la idea de irse corriendo. Ya lo ha hecho dos veces por perder a Yoongi, llegaría a la iglesia de algún modo así que no puede ser muy complicado encontrarlo directamente a él. Hay algo en la mujer que lo pone incómodo y receloso. Quizá paranoia, solo confía en Yoongi en ese lugar. Posiblemente ese fue el error en todo esto.

— ¿Cómo es el auto en el que nos iremos? —Yoongi había dicho que era todo terreno para evitar cualquier contratiempo y por ello ahora con eso en mente siente que esto es muy extraño.

—Es un Fiat. —responde desde la cocina. Jimin se levanta con lentitud del sofá.

— ¿De qué color? Quiero ver cuando lleguen. No está lloviendo ahora. —Toma las llaves del auto y las de la casa, girando con cuidado el picaporte.

—Es de color... ¿Eh? ¿pasa algo? —Tensa en su sitio cuando ella sale de la cocina con un par de vasos té helado. Totalmente contradictorio a lo que dijo en un principio que haría.

—N-no nada, es que estaba un poco abierta. —Sonríe nervioso ladeando la cabeza. Esa impresión de que habla con Jiyong se está haciendo más fuerte.

—Mierda, es un poco difícil de cerrar. La cerradura es tan vieja que parece tener la edad de mi abuela —quejumbra. Aliviado toma el vaso y la ve de reojo—. Y dime... ¿Qué ha pasado como para que Yoongi quiera ayudarte? Es posiblemente el padre más hosco y anormal que haya en el planeta.

—Tuve problemas.

— ¿De qué índole?

—Problemas solamente. Soy de Corea y acabé aquí por error.

—Ah ¿Algún problema serio? Asisto a una fundación de gente que necesita ayuda por tráfico humano—informa con una sonrisita complacida—. De haber venido a nosotros te habríamos ayudado.

—Yoongi-hyung lo hizo. Fue muy amable.

—Eso es bueno ¿No te molesta esa ropa? Ven conmigo, tengo una que te quedará mejor.

—E-estoy bien así.

—No es problema, anda, está justo en la habitación de ahí—Señala a una puerta que sencillamente no da confianza al igual que todo lo demás—. Si no te apuras los moles-

—Prefiero quedarme así. Gracias por preocupar- Que estoy bien, no hace falta, en serio que no hace falta. —Insiste ante los empujones tan contundentes de Chaerin. No podría empujarla. Acabaría siendo demasiado fuerte y duda mucho que lastimar a nadie por algo tan tonto sea bueno.

Acaba entrando a empujones a la dichosa puerta. Con resignación gira para ver la habitación y se queda congelado al vislumbrar complemente el lugar. Antes de siquiera tener chance de salir corriendo como un loco incluso rompiendo la ventana si hace falta; Chaerin le da tal bofetón que siente gran ardor en la mejilla antes de ser tomado bruscamente.

—Bienvenido. Te extrañamos. —El tinte irónico en el tono de Seunghyun es el punto final para detenerle el corazón.

—Pobre puta estúpida, creyendo que podría hacerle daño a mi familia. —tararea Chaerin al salir del cuarto. Seunghyun tira a Jimin al colchón y este da tal grito de frustración que les causa diversión.

. . .

—No sé de qué modo lo hiciste, pero Daesung está preso. Jiyong aún no regresa y no lo hará sino hasta dentro de un buen rato—Bota el humo de su cigarro—. Tiempo suficiente para que pagues el susto que nos diste.

—Y-yo... yo...—gimoteo apretando las manos entre sus piernas. Le había quitado el pantalón y la ropa interior. Cuenta únicamente con la camisa y apenas está lo suficientemente estirada como para cubrir.

—Ya sacaré a ese imbécil de la cárcel. La mala noticia es que sin droga no podrás volver a tu nebulosa. Buena suerte —Despide sin mucha cosa. Al abrir la puerta un hombre entra. No muy alto, barbón; de barriga considerable y un bastón negro corto en manos—. La necesitaras... por mucho.

—Po-Por favor no lo haga; ayúdeme a salir de-

Pequeña prostituta. —comenta con risa cínica al jalarlo del cabello con demasiada fuerza y dejarlo tirado en el paupérrimo colchón. Jimin jala la tela de la camisa para cubrirse al instante.

El hombre apoya la punta del bastón en su muslo y pronto tuvo el dolor de la descarga eléctrica directo a su carne. Se convulsiona y grita por la recién descubierta sensación lacerante. Toma una gran bocanada de aire cuando se detiene y busca arrastrarse. El bastón es apoyado en el costado de su muslo, casi la nalga y de nuevo la descarga.

— ¿Te gusta? El dolor es bueno—rodea y Jimin mantiene la cabeza recostada en el colchón, llorando sin poderlo evitar—. Abre la boca o te electrocuto—Advierte sonriente, presionando el bastón en la boca del coreano. Jimin solo obedece sobreentendiendo que dice y la horcada por tener el bastón en la boca lo hace casi vomitar—. Pequeña perra...—Suena como un elogio.

El bastón va delicado por su cuerpo hasta volver a clavarse en su pierna. Siendo el tercer choque creyó que podría aguantarlo más y funciona por apenas tres segundos antes de gritar en medio de sollozos desesperados. Siente un fuerte ardor en el área del vientre, como si tuvieras ganas de-

—El dolor sirve para despertar el cuerpo. Hace que todo se sienta... "mejor" —explica como quién es sabe mucho del tema—. Quiero que te muevas. Si no lo haces, te electrocuto. —advierte. Jimin siente el bastón pasearse lentamente entre sus piernas.

—N-no por... favor...—gimotea.

La descarga producida es tan prolongada que incluso se orina. Se ve patético en ese instante y lo sabe bien. Aprieta las piernas cuando el bastón era llevado un poco más abajo con claro rumbo. Le duele la garganta por los gritos que da y siente la presión que se ejerce en un intento porque aquel objeto entre.

—Muévete. —ordena libidinoso, aprieta más el objeto para que al menos si es un poco y de forma forzada, entrara. Una vez su objetivo se cumple Jimin abre los ojos cuanto puede y grita arqueándose.

— ¡ME DUELE, ME DUELE YA POR FAVOR! ¡ME DUELE! —grita angustiado. Se hunde en su carne un poco más y de un solo golpe lo sacan. El aire vuelve a sus pulmones en ese breve instante. El bastón eléctrico es tirado a un lado y el hombre se desabrocha el cinturón. Jimin sollozó jalando la cadena, pidiendo porque el fierro se desprendiera.

Cosa que no pasó y de ya varias, esta es la que más dolió.

El hombre lo aplasta. Es pesado y más brusco que ninguno, apenas tiene fuerzas suficientes como para arañarlo. muerde tan fuerte su oreja derecha que arranca el arete pequeño que tiene en esta.

Lo asfixia y siente como la cabeza le palpita. Todo es demasiado sentido y ni siquiera entiende por qué... Solo quiere que termine ya...

Destroyed || KookMinWhere stories live. Discover now