4.3 Piedad

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Sea o no un temblor, la caja lo tiembla. Un golpe más, un ligero craquear de todo a su alrededor y por fuerza de gravedad cae tras gritar espantado. El golpe en la cabeza es tan contundente que queda simplemente tendido en el asqueroso suelo de cloacas.

Despierta mucho tiempo después. Tose y se reincorpora con espasmos regulares junto al temblor perenne. Arrastra el cuerpo para alejarse de la caja; siente que estuvo ahí una eternidad. Tiene sed y tan desesperado está, que mete la mano en el primer pozo contundente y para tomar el agua.

Le dan horcajadas, aguanta las ganas de vomitar con éxito.

Afortunadamente no está por el sitio en que el enorme torrente de agua pasa. La lluvia arriba debe estar bastante fuerte. Se queda tirado quién sabe cuánto tiempo; bebe agua de las pequeñas goteras. Su cara inflada solo permite distinguir penumbra y también tiene un ardor horroroso donde Seunghyun apagó el cigarro.

Cuando pudo levantarse y caminar tan lento como fuese posible, anduvo por larguísimos pasillos interminables, desvía el rumbo cuando la corriente de agua es demasiado fuerte como para pasar. Estando desnudo no es de sorprender que el frío lo esté matando y sus dedos estén retorcidos y tiesos.

Consigue un abrigo gigante que lo cubre bien. Húmedo y tirado de tal manera que posiblemente es de a alguien que se le cayó en una de las tantas alcantarillas sin reja. Duerme acurrucándose a la pestilente tela color barro.

Pide ayuda, como si alguien pudiera escucharlo ahí abajo en lo que parece una ciudad bajo la ciudad. Totalmente de concreto, con tuberías, agua asquerosa. Se topa con un colchón aplastado y sucio, papel arrugado. Alguien vivió ahí en algún momento.

Se pone el pantalón que estaba ahí tirado, ni siquiera se remueve por la cucaracha que huye por su prenda al hacer esto. La inflamación de su cara ha bajado considerablemente por fortuna. Puede ver más y no hay gran cambio por ello. Lo cierto es que se está muriendo de hambre, estar a base de agua por... ¿Cuánto tiempo lleva ahí abajo?

Juega con un encendedor para pasar ahí su atención y no en el hambre. Así hasta que escucha un revoloteo y al asomarse encuentra una paloma ahí. Tenía el ala rota y... Tiene mucha hambre.

—Nadie va a ayudarme. —murmura al momento de verse las manos sucias por mugre y la paloma que cocino para comerse. La conclusión lo lleva a una nebulosa suave, lejana, tranquila.

No tiene que esperar por nadie. Porque nadie vendría a salvarlo. Solo se tiene a sí mismo.

Juega con el pendiente y el arete, no los suelta nunca. Llegó a comerse una rata hasta que por fin halla lo que parece la salida. Como no se es extraño: Llueve. Es tan fuerte que no alcanza a ver nada más allá de su propia nariz. Con eso ya es mucho.

No tenía idea de a dónde va. Simplemente caminando. Hay pocas casas; muchas de las que deja atrás están en unas condiciones fatales. Sea como sea su alrededor, no presta real atención a eso. Ni siquiera que lleva un buen rato caminando y se ha alejado bastante de la entrada a la alcantarilla.

Guiña los ojos cuando una luz lo cegó por unos instantes. No dura mucho. Faros de un auto. Sigue en su camino; las piernas se le están adormeciendo demasiado y la cabeza le punza con tal fuerza que cree estar viendo algo...

~ * * * ~

Está a punto de pensar que necesita un toldo de playa para no empaparse por las lluvias torrenciales que caen en la zona. Su pobre paraguas no se da abasto y está harto de andar con los zapatos y calcetines húmedos. Bufa cerrando la puerta del auto y un ligero chapoteo llama su atención.

Nadie -solo él, como imbécil-, sale con un clima de mierda como este. Por lo tanto, ver gente en la calle a esta hora y en estas condiciones es cuando menos anómalo. Entrecierra los ojos y con pasos vacilantes se acerca a medias a distinguir que se trata de alguien sin sombrilla o nada más que un empapado abrigo gigantesco.

—Ayu...da por...

Se desploma en el suelo y bien pudo dejarlo ahí. No es algo que le importe y no es el padre para andar recogiendo gente necesitada a mitad de la calle con un diluvio. Al acercarse un poco más con el paragua alcanza a distinguir la cara moreteada, rasgos asiáticos y cabello rubio enmarañado con las raíces negras.

No sabe si es la posición, pero le parece que es bajito.

Muy bien, le está entrando mucha pena ¿Que si está así por una pelea? O le hicieron alguna otra cosa. No está bien, no es un drogadicto cualquiera que anda por la calle. Es evidente. Con un bufido cierra el paraguas, la lluvia lo golpea directo a la cara, ya que.

Se sube en el hombro al hombre que descalzo anda, a ligero trote llega hasta el pórtico de su casa, pelea un rato con las llaves, la cerradura y el foco que no ha cambiado por pereza para finalmente entrar a su vivienda empapado con un hombre mucho más empapado y que no conoce.

Para no mojar más el suelo lo lleva rápido al baño y lo deja recostado en la bañera. Esta honestamente fatal, quién sabe cómo se verá sin tanto golpe. Lo único que saca en claro es que sus labios son bastante gruesos y sus mejillas rellenas aunque hundidas.

—Ahora ¿Qué se supone que haga? —Se pregunta rascándose la cabeza. No puede dejarlo ahí, es casi igual a dejarlo tirado en la calle.

Resignado -de nuevo-, le quitarla ropa y brinca al momento de toparse con que no tenía nada de ropa interior. Bueno, ya qué más da. No quiere pensar mucho en lo mal que está. En su mano derecha, hinchada y ligeramente verde, tenía sujeto algo.

Dejó en una repisa el arete y el pendiente tan bonito; luce bastante caro.

—Espero que vayas a agradecer esto después. —murmura abriendo la llave del agua.

Siente que baña a su perro. Lo enjabona en la medida de lo posible; le lava el cabello que suelta un rastro miserable de color rosa y tuvo extremo cuidado al momento de secarle la cara. Quizá si fuese alguien lindo, pero de momento es alguien con una paliza encima.

Pobrecillo, le dieron muy fuerte. Silbando satisfecho por haber logrado su cometido de bañarlo, secarlo, vestirlo con su ropa más vieja y secarle el pelo de forma descuidada -como con su perro-, se dirige a bañarse. Ya llamará a la policía para anunciar a su... su... vagabundo; su acción del día.

Destroyed || KookMinWhere stories live. Discover now