6.2 Presa

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—Um... ¿Uh? A-ay no...—Tiembla de manera consciente ¿Qué hace amarrado casi desnudo? Alza la mirada y se topa con Jimin adorablemente sentado a unos cuantos metros—. Su-suéltame, por favor. Suéltame. —Pide a medida que Jimin se acerca con pasos largos y lentos.

—Shh... Tranquilo, tranquilo Jiyong... Todo va a estar bien —sonríe. Pasa las manos por su rostro a modo de caricia gentil. El otro queda aturdido y aun temblando como una gelatina—. Yo seré quién cuide de ti.

—Y-yo-

—No tenía pensado empezar hoy. Es domingo, hay alguien que puede preguntarse dónde estoy. Quizás dos personas—Divaga—, pero entonces recordé que me dijiste del café. Todos los domingos, puntual sin importar que ocurra y estaba tan ansioso de verte... No me resistí a traerte conmigo. —Juega con el arete en el hélix del otro.

— ¿A-a sí?

—Sí. Somos novios ¿Cierto? —Su sonrisa es tierna e incluso feliz. Jiyong no entiende porque se le hace así—. Tú me metiste en un sótano y me esposaste. Quería un poco de retribución ¿Saaaaabes~?

—Sí, entiendo, entiendo. —Sonríe inocente. Jimin ladea ligeramente la cabeza con los ojos entrecerrados y gesto suave.

—Me haría muy feliz que me dijeras a donde suele ir Daesung a beber... Seunghyun... lo que sepas de tus amigos. Así les daré la sorpresa de que aún estoy vivo. Seguiremos jugando. —Se da un par de toquecitos a las mejillas. Luce tierno y para Jiyong eso tiene todo el sentido del mundo.

Jimin ya sabe que no tiene todos los engranajes funcionando y precisamente de eso se está haciendo provecho. Ha dejado de importarle que Jiyong no pueda discernir.

Jiyong dijo un montón de direcciones que no conoce ni entiende, pero tiene el internet y computadora de Jungkook. Incluso el celular de Jiyong. Usaría algún GPS o mapa y estaría bien. Saca de su bolsillo la navaja mariposa y juguetea con ella en su mano.

—Dime una cosa Jiyong—La hace visible. Aprendió a hacer trucos con ella cuando tenía diecisiete años. Cosas inútiles cuando hay tiempo libre e internet a la mano—. ¿Te parezco lindo ahora? —Jiyong se encoge, el filo se acerca a su rostro y eso no es bueno de ningún modo—. ¿Te sigo gustando?

—S-sí, muy... lind...

— ¿Esto se siente bien? Anda, dime —Incita pasando de manera semi-profunda el arma para dejar una larga cortada en su mejilla. Los quejidos de Jiyong lo hacen parar. Coloca la navaja para presionar los labios del pelirrojo—. Shh —Lo calla—. Sabes, tengo oportunidad de castrarte.

—N-NO, JIMINIE-

—Pero aún es domingo y no quiero esforzarme demasiado. Aún es día libre—Da pequeños toques a los labios de Jiyong—. Así que seguiremos con esta conversación mañana. Descansa. —Le da un beso en la mejilla limpia. Jiyong lo llama a casi gritos pidiendo que lo deje salir, que no lo llevará al sótano de nuevo.

Guarda los guantes tras limpiarse. El plástico de sus tatuajes sigue intacto. Sale por otro lado de la alcantarilla. Espera no apestar demasiado y que Jungkook no se de cuenta de que entró por la ventana; va al baño y deja la ropa sudada en un rincón de la habitación que está ocupando.

El hombre va a creer que estuvo ahí encerrado durmiendo toda la mañana o haciendo quién sabe qué. Que será lo que pasa por la mente de Jungkook que hace durante todo el día ¿Ver las paredes? No importaba, así es mejor, si no interfiere demasiado no va a tener problemas.

Ya se siente lo suficientemente mal invadiendo su casa. Aprovechándose de sus buenas intenciones.

— ¿Qué tal sientes los brazos? —Jimin se mira por inercia. Fue horrible tener que bañarse con eso.

—Están bien. —responde quedo.

—Me alegra. Algunos suelen sentirlos adormilados. Resistes bastante bien el dolor—comenta Jungkook con una sonrisa muy inocente y tierna de su parte. Jimin se aprieta el brazo derecho—. ¿Algo que quieras hacer hoy? Sé que anoche fue un poco raro, pero-

—No necesitas ser amable conmigo. No más—dice más por precaución que por ser cortante—. Ya me estoy quedando en tu casa, como tu comida, usé tu ropa por una semana...

—Estoy bien con eso Jimin-ssi—Continua con aquella expresión tan alegre y juguetona. Jimin alza ligeramente la ceja, notablemente contrariado por lo dicho y por la forma en que lo llamó—. Hace mucho que no tengo a un amigo tan... cerca, literalmente cerca. Tengo otro, pero se la vive en su trabajo de la manera más literal que te puedas imaginar. También es muy amargado. Por eso creí que también sería bueno que convivamos un poco más.

—Ah. Ya entiendo—Se soba el cuello—. Supongo que sí. Solo... Tu entiendes, nadie puede verme. —Baja nervioso las mangas de la camisa. Jungkook asiente complacido por la receptividad del peligris.

Sería una mentira decir que no se divirtió con Jungkook viendo películas. No supo cuando se las arregló para comprar tanta comida chatarra para pasar el día en el sofá usando la pantalla plana -que ocupa normalmente su habitación-. Se le hace nostálgico, esto es algo que suele hacer con Taehyung cuando no tienen nada mejor que hacer.

Existen breves lapsus de incomodidad dados por los intentos de Jungkook por tocarlo. Jimin tiene la mala maña de apoyarse en quién tenga a un lado y eso no se lo va a borrar nada ni nadie, pero que le devuelvan el contacto lo hace apartarse al instante. Deja notoriamente decepcionado al mayor, no obstante, sabe que es pura impulsividad de su parte.

Sabe que no lo va a permitir tocarlo e insiste. Que necio.

— ¿Namjoon es la pareja de Jin? —interroga en lo que esperan que los créditos de la película que terminó se acaben.

—Si. Fue muy gracioso porque pensaron que no nos habíamos dado cuenta. Eran muy obvios. —Jimin cubre la risa con una mano. Un momento muy tierno que atesoraría por siempre.

—Por como lo describes, me cuesta creer que salga con un modelo reconocido como Seokjin. —admite. Las manos de Jimin se vuelven a instalar en sus manos en el muslo izquierdo de Jungkook mientras se sigue riendo.

—Se llevan mejor de lo que puedas imaginar. —relata vivencias y contar de sus amigos ameniza el ambiente y lo relaja bastante. Jungkook mira las manos de Jimin muy fijamente, con ese gesto extrañamente nervioso en su expresión.

Quizá es que sus ojos son ligeramente más redondeados.

—Aun lo siento muy extraño... Digo... eh... ¿Me dijiste en algún momento qué paso exactamente para que vinieras aquí? —pregunta Jungkook. Infla los mofletes y suelta el aire, luciendo tierno con el cabello aplastado.

—Solo... Un "fanático". Me perseguía y era muy escalofriante. Una noche simplemente llegó a mi departamento, entró y no recuerdo más. —Jimin resume y omite intencionadamente. No quiere contar eso; tampoco es necesario si le permiten opinar al respecto.

—Oh. Bueno, de estar en corea y más enterado del tema Idols posiblemente sería igual—confiesa Jungkook, una mala forma de decirlo; Jimin se aparta al instante con lentitud y notable recelo. Jungkook le toma las manos y las vuelve a poner en donde estaban. Jimin hace una mueca de no haber entendido a qué viene esa acción tan extraña—. Yo... yo... lo que quise decir es que te admiraría mucho y si tengo oportunidad de verte no la desaprovecharía.

—Ah, claro. —se siente incómodo y Jungkook supo que se le había ido la lengua por un mal camino... de nuevo.

¿Qué no sabe ser sutil o algo? Lo está incomodando y no es su objetivo.

Bueno, la sutileza no le va a saciar la curiosidad y menos a ayudarlo. Nueva técnica.

Directoal grano.

Destroyed || KookMinWhere stories live. Discover now