4.2 Enterrado

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— ¡Ese suena como Jimin! —Seunghyun impide el paso al sótano donde se escuchan los alaridos del coreano. Está claro que aún no se acaba ahí y no le interesa si lo hace o no.

Prefiere que sí, es demasiado escandaloso y quiere dormir. Jiyong seguro apartaría al cliente -llamado Valko -, y no quiere tener que devolver parte del dinero por eso. Una excusa le vino a la cabeza, lo suficientemente coherente para el atolondrado de su infiel novio.

—Volvió hace poco, pero no quiere que lo interrumpas tu... Le daría mucha vergüenza, está aceptando el castigo por escaparse. —explica escueto. Jiyong parpadea seguido, hace una mueca de clara confusión por lo extraño que suena aquello. Jimin no querría sufrir y si se trata de castigo podían haberlo esperado a él.

—Jiyong, cariño... déjalo, él me lo dijo. Quiere esto, así estarás bien con él. —Chaerin le da un suave beso en la sien—. Déjalo terminar. Lo verás después.

—Está bien. —Seunghyun le palmea la cabeza, aliviado de que no replique. Los tres voltean a ver la puerta debido al grito que debió dejar sin garganta al cantante.

—Le daré ketamina y no sentirá nada. Anda a tu cuarto. —indica rápidamente. Jiyong hace un puchero.

. . .

Su cuerpo tiembla de forma involuntaria. Ni siquiera siente que puede caminar bien. Tiene ligeros espasmos y tanta sangre entre las piernas que es asqueroso por la mezcla de fluidos. Mira un punto muerto queriendo traspasarlo y salir de ahí así sea arrastrado con los brazos.

No siente las piernas. Le duele la garganta.

Es puesto boca arriba y puede apreciar a Seunghyun tan indiferente como de costumbre. Este le sopla el humo del cigarro a la cara y lo toma la mano derecha. Gime adolorido por la colilla quemando su piel. Tira la colilla a algún lado.

—Ah~ Jimin... Si te pudieras ver ahora. No tan orgulloso como esa vez ¿Crees que eres bonito? —pregunta ladeando la cabeza—. Lo único que salvaría de ti, es que tienes la boca de una puta profesional. No eres bonito, no tienes talento para otra cosa que no sea gritar mientras te violan. Eres patético, demasiado, ni siquiera se me antoja violarte por el asco que me das.

Es un arranque sencillo, lo abofetea con apenas fuerza.

—Púdrete. —gimotea apretando los labios con frustración de no poder hacer nada por defenderse.

— ¿Quieres tocarme? —pregunta divertido. Se había quitado el reloj hace un rato—. Ya que Jiyong llora muy fácil...- Déjame mostrarte la mejor forma de satisfacerme sin sexo.

Un golpe directo a la cara que lo hizo parpadear. Uno más, luego otro, otro. Mantenerse despierto es todo un milagro que ni siquiera entiende cómo llegó a lograr con los quejidos amontonándose en su garganta, que se inflama por los impactos. No lo pudo resistir cuando faltó poco para acabar.

~ * * * ~

Aunque es un párroco, devoto empedernido y todo lo demás no es del tipo que se desvive rezando a cada hora por todos los que necesitan ayuda. No es su estilo. Es desinteresado e indiferente por naturaleza. Ya Dios que se aguante a un predicador de este tipo ¿No? Total, es su culpa por haberlo hecho de este modo.

Min Yoongi es una piedra seca -y si pudiera se volvería o renacería como una-, llena de flojera y que respira porque así lo demanda su organismo. De no necesitarlo, tampoco lo hiciera. La pereza también es pecado y venga ya que lo tiene impreso en sus genes. Volviendo al caso...

Está rezando. Lleva mucho rato en lo mismo. Horas en realidad.

Jimin lo preocupa demasiado.

Lo buscó por todo el pueblo con ayuda de su amigo y nada que lo encontró. Hay pocas personas que puedan saber de él como para desaparecerlo estando desaparecido para el exterior. Es una desgracia total que no sepa donde vive Daesung, sería una pista y a los demás que Jimin contó, desconoce por completo su paradero. No los ve seguido para nada.

Destroyed || KookMinWhere stories live. Discover now