7.A gradus etiam

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«(...) Todos los que han pecado conociendo la ley, por la ley serán juzgados.»
Romanos 2:12

7.A gradus etiam – Un paso bien dado

— ¿No prefieres que te acompañe?

—Solo has estado conmigo así que sería muy sospechoso. Estaré bien, ya aprendí el camino de regreso. —Yoongi luce decepcionado por aquella respuesta.

—Bien. En la casa papal hay teléfono, puedes llamar si necesitas algo. El número está inscrito en largas listas telefónicas que aun desconozco porque existen aquí. —admite creyendo que el simple pensamiento de eso es anticuado. Jimin sonríe antes de ponerse el cubre bocas.

—Lo haré. Gracias por el café.

—A ti por acompañarme. Ve con cuidado. —Despide con voz sumamente baja e inexpresiva.

Lo ve alejarse y se tenta en seguirlo para saber en dónde y con quien se está quedando; el problema con eso es que si lo hace no va a estar a la hora de la misa; es básicamente su única responsabilidad notable y a la cual no puede faltar. Con resignación increíble da media vuelta. En otra ocasión podrá verlo y saber. Ojalá no sea tan importante o él tan dedicado. Está más atado al deber con Jimin que a su profesión de vida y resulta gracioso; él tentado y dejado a esa tentación que nubla su juicio y sentido del deber.

Jimin llega rápido a la casa. Apenas las ocho de la mañana y sabe que Jungkook se va a las nueve tras desayunar. Hace una pelota con toda su ropa sucia y la mete a la lavadora; la idea de que se quede hedionda a cloaca le da náuseas. Se dirige al comedor; halla al dueño de la vivienda en pleno desayuno. Lo saluda quedo a pesar de la sonrisa amable que le dirige Jungkook.

—Parece que tuviste buen dormir, te ves... Satisfecho. —Jimin sonríe levemente con ese aire enigmático que carga en ciertos momentos. No deja de ser espeluznante.

—Si. Tuve un buen sueño. —responde. Para él es un sueño hecho realidad volverse la pesadilla de Jiyong y pronto la de todos ellos.

—Me sabe mal dejarte aquí solo todo el día. Por la noche podemos ir a comer a algún lugar si gustas. —Ofrece tentativo. Jimin lo considera. Jungkook vuelve del trabajo a las siete aproximadamente; si van a comer tardarán mínimamente dos horas y eso lo dejará a las nueve treinta para empezar. Los horarios nocturnos de Daesung, Youngbae, Seungri y Seunghyun empiezan a las diez o diez cuarenta según Jiyong.

—Si. Me gustaría. —Concluye sonriendo. Jungkook aplaude y alza los puños en señal de victoria con los mofletes llenos de comida y los ojos abiertos en ligera exclamación.

Adorable.

Jimin toma el desayuno, lo despide en la puerta y se queda solo en la sala. Escribe en una libreta gastada lo que tiene en mente. Debe minimizar las posibilidades de fallos y si revisa su plan podrá ver los puntos flacos o si necesita algo más. De momento en cuanto a instrumentos no falta nada; en cuanto a plan en sí, cree que está complicado por un solo asunto.

Arrastrar gente a la cañería no es fácil. Debe encontrar un sitio alterno y cercano para alcanzar a llevarlos hasta que tenga la capacidad de reubicarlos. Guarda la libreta en su habitación y en tarareos sueltos hace estiramiento. Es curioso no sentirse tan rígido a pesar de que tiene tiempo sin bailar. Por amargo que sea, de tantas formas que lo pusieron pudo colaborar en que su flexibilidad no se perdiera. Romperse no significa una molestia o dolor como la mayoría de las veces.

Ahora es tan insensible. Es igual a los tatuajes. No está sintiendo dolor. Su cuerpo está adormecido e incapaz de percibirlo ahora. Puede ser una ventaja.

Hace pasos sencillos de lo que ha bailado junto a Hoseok y algunos más complicados. Es raro, tiene la necesidad de bailar más; hacerlo hasta cansarse y haber perdido el aliento; sudar como un desgraciado y aun así sentir que no es suficiente. No puedo hacerlo. No aun. Suspira al hacerse el cabello atrás.

Cuando Jungkook llega ya estaba vestido. Espera los diez minutos que le toma bañarse, vestirse y verse presentable. Cosa no muy complicada. Van a un restaurante casual a las afueras del pueblo y toman la mesa más alejada de todas para que no necesite gorro ni cubre bocas. la mesa no puede estar más acatarrada de comida.

—Pareces una especie de hámster. —Un arroz estuvo a poco de escaparse por su nariz debido al comentario. Tonto, pero le hace gracia.

—A este paso me voy a engordar. Debería hacer más ejercicio. —dice tras tragar. Jungkook traga de la soda que está bebiendo.

—En mi sótano tengo máquinas de ejercicio y pesas. No hay ningún gimnasio cerca o que se me ajuste de horario. Puedes usarlo si gustas. —Ofrece. La mueca de Jimin lo hace saber que ni de chiste va a entrar a un sótano.

—Quizá solo arrimar los muebles y hacer estiramiento u otras cosas. —Jimin mastica un tanto enfurruñado.

—Vale, vale. Es una pena, pero dudo que no querrás volver a este país jamás.

—Me gusta viajar. Solo he estado en Estados Unidos y España por cuestiones de trabajo. Casi no he tenido tiempo de hacer turismo. Me gustaría viajar más seguido, aunque... No quiero ir solo, los demás tienen sus cosas y no quisiera interrumpir... más. —Mordisquea un trozo de pan. Tiene demasiadas cosas que quiere hacer.

— ¿A dónde te gustaría ir?

—Japón. —ríe.

—Yo quisiera un tour por el mundo, pero como entenderás tampoco tengo tanto dinero como para hacerlo... Viajar solo también es muy triste. —opina Jungkook formulando un plan, quizá una excusa. Jimin piensa unos segundos antes de volver a su comida.

Siguen con conversaciones triviales y normales. Jimin se ríe por momentos y Jungkook da por cumplidos sus objetivos al lograrlo. Al sonreír se ve muy lindo y le da pena tremenda que necesite de alguien que lo impulse a ello. Cuando acaban de comer salen del lugar.

—Nieve...—Estira la mano y agarra uno de los pocos y pequeños copos que empiezan a caer.

—No sé si prefiero que llueva o que neve. A partir de ahora seguro serán tormentas frías. —comenta Jungkook, mete las manos en sus bolsillos. Jimin ríe caminando un par de pasos frente a Jungkook. En un instante toma ritmo y bailar al tanto que camina.

We goin' from NY to Cali
London to Paris
uriga ganeun geu goshi eodideun party
El Mariachi, El Mariachi, El Mariachi

— ¿Ah? —Apenas puede seguirle el paso, parece metido en su propio mundo.

We goin' from Tokyo, Italy
Hong Kong to Brazil
i segye eodiseorado nan noraehari
El Mariachi, El Mariachi, El Mariachi, El Mariachi

—Namjoon-hyung a escrito demasiadas canciones, pero no considera que estén listas. Siempre dice que falta algo. Yo le he dicho más de una vez que suena más a una canción grupal que un solo y por eso está incompleta—explica aun en su ritmo imaginario—. Esa me gusta... Me gustaría cantarla... bailar... Seguramente jamás lo haga y él la venda a algún grupo. Seventeen, EXO... Twice.

—Ugh—Su expresión se le hizo graciosa—. Para mi suena bien en ti.

—Canta conmigo. —Invita tomándolo de la ropa. Jungkook mira a los lados y luego a los labios de Jimin. Su cara se enrojece. Jimin repite las líneas hasta que Jungkook puede captar el ritmo y la letra.

We goin' from Tokyo, Italy
Hong Kong to Brazil
i segye eodiseorado nan noraehari
El Mariachi, El Mariachi, El Mariachi, El Mariachi

Es una maravilla que no haya nadie transitando la calle en esas horas. Así no ven como imita lo que Jimin hace. Sabe bailar, pero no ha tenido práctica en demasiado tiempo. Se siente rígido a diferencia de Jimin que parece poder bailar con la misma gracia de siempre.

Al menos la que ha visto plasmada en vídeos.

— ¿No hay alguna más acorde a nuestro clima? —pregunta enciendo el auto. Jimin sigue tarareando todo el camino. Una vez en casa se despide de Jungkook. Cierra con seguro la habitación y con la misma ropa que temprano sale por la ventana. Son las nueve cuarenta. Tiene oportunidad suficiente.

Destroyed || KookMinWhere stories live. Discover now