Tu nombre es Hope, una hermosa chica oriental que fue encontrada por un hombre latino en una caja de cartón, abandonada bajo la lluvia cuando tenías 5 años.
El hombre que te encontró, se volvió tu padre y tú única familia, pues no recordabas que ha...
Las puertas del tren se abrieron y los hermanos Todoroki abandonaron del transporte. Tomados de las manos y a paso firme, empezaron a salir de la estación. La joven miraba de vez en cuando hacia atrás y a los costados, como si buscara algo o a alguien. Shoto lo notó rápidamente y se juntó más a ella, dándole un aire de protección.
-Sora... ¿Que sucede? -le mira preocupado- pareces... asustada.
Cuando apenas iba a responder, una veloz brisa pasó a un costado de Shoto, ella lo vio y empezó a buscar con la vista aquello que casi golpea a su hermano.
-Shoto, ¿viste algo? -dice algo alterada- dímelo!
-No, no he visto nada. -mira a sus costados y luego observa nuevamente a su hermana- vamos a casa, necesitas descansar.
-Esa no es mi casa. -dice seria-
-Recuerda lo que dijo ese hombre, debes iniciar tu vida ahora en la casa del viejo. Solo por tres días, luego irás a tu departamento. -su hermana suspira- por favor... nuestros hermanos estarán felices de verte.
No dijo nada pero tampoco aceptó gustosa aquello. Caminaron unas cuantas calles, el atardecer se va haciendo presente y el edificio en que ahora se encuentran en frente a ella, se siente un lugar donde podría morir si da un paso más. Shoto avanzó pero ella no, Hope mantiene la mirada gacha y las orejas en punta, como si estuviera escuchando si hay algún depredador o peligro dentro. Para ella no es nada fácil volver al lugar donde la habían rechazado años atrás.
-Sora... -se acerca a ella y la toma de la mano- vamos, el viejo ya debe estar, así que si se da cuenta que estamos aquí, saldrá a meternos adentro. Es molesto. -gruñe-
-Esta bien... solo dame unos minutos, ve tú-sonrie leve y le acaricia la cabeza a su hermano-
Shoto asintió e ingresó a aquella casa con estilo tradicional. Abrio la puerta y se sacó los zapatos. Pasos apresurados se escucharon y una peliblanca con pequeños tonos rojos y ojos grises se hizo presente, abrazandolo con fuerza mientras pequeñas lágrimas de felicidad se aprecian en sus ojos.
-Shoto, estaba tan preocupada. Gracias al cielo que nuestro padre los salvó de ese asesino. -respira aliviada y lo observa como toma asiento en el suelo, mirando la puerta- ¿Shoto...?
La puerta se abrió nuevamente, dejando mostrar a la joven latina, la mujer se sorprendió y sus ojos no pudieron ponerse más cristalinos de los que podían. Con temblor en las piernas, cayó de rodillas mientras soltaba sollozos y pequeños gemidos de asombro.
-Sora... e-eres tú?.
-Mi nombre todo el mundo ya lo sabe. Espero no tenga que repetirlo una vez más. -Shoto se acerca a ella y le saca su bolso- El único que puede llamarme Sora, es mi hermano. No tú, ni Endeavor, ni nadie.
La frialdad en que la joven le habla hace que por un momento se sienta intimidada, su madre había tenido razón hace varios años.
"Ella algúndíavolverá..., y no querrá vernos la cara..., Fuyumi...Natsuo... ¿quéhicimos?"
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