~🌸🦊HOPE🦊🌸~

~🌸🦊SESENTAISEIS🦊🌸~

Despertó en medio de la noche, con la respiración algo agitada.
Su pecho sube y baja por su falta de aire, allí estaba nuevamente, metida en ese cilindro hundida en lo que fuese lo que haya sido aquella sustancia en la que la sumergieron.
Se tomó de la cabeza y salió al balcón, tratando de al menos regular su respiración.

Se abrazó a sí misma y pensó un poco sobre todo lo ocurrido en tan poco tiempo, ella vive al límite, siempre lo hizo en su tierra pero ¿por qué aquí se siente diferente? 
Observó sus manos y las vio con sangre, retrocedió unos cuantos pasos algo asustada hasta que chocó contra algo frío y de metal.
Giró sobre sus talones y el gran robot emperador estaba mirándola.
Saltó de su balcón al momento en el que el pico gigante trata de agarrarla de lleno buscando matarla.
Corrió a unos metros para luego mirar la Height Alliance, viendo como el lugar se encuentra abandonado y sin rastro de aquella máquina asesina.
Quiso gritar el nombre de su hermano, esperanzada que lo viera allí o escuchara la voz de él perso su voz no salió de su boca.
La oscuridad la cubrió y se sintió caer en un abismo mientras observa como la claridad en la que estaba se va alejando.
Su cuerpo cayó en un lago, abrió lentamente sus ojos y vio a Eduardo mirarle con tristeza, ¿qué había hecho para que la mirara de esa manera?.
La silueta desapareció y la mano del emperador apareció nuevamente, tratando de agarrarla pero lo único que hizo fue empujarla lejos.
Sus ojos se cerraron por unos segundos, buscando recuperar aire, pero nada pasó, más bien su vista cambió de panorama.
Ahora se encontraba frente a su antigua casa, su corazón se detuvo por unos segundos y revivió ese día.

Su pequeño cuerpo impactó contra el suelo, los sollozos de su pequeño yo eran inaudibles para ella, no había sonido, no escucha nada.
Trata de ir hacia su yo pequeña pero una barrera se lo impide, viendo como el hombre que en su corta vida había sido llamado padre le cierra la puerta.
El paisaje de ese horrendo día desapareció como un montón de arena, dejándola nuevamente en la oscuridad, en silencio, incapaz de ver algo más allá que solo penumbra.
Un gruñido le llamó la atención, giró sobre su eje y sus ojos se abrieron a no más poder; pues frente a ella, su nueva forma, la última etapa de su poder se encontraba gruñendo, con los ojos rojos y con las fauces ensangrentadas.
Rugió con fuerza, ella gritó de la misma manera pero con la diferencia que quiso cubrirse o protegerse del bocado que ese monstruo de su interior había dado, tragandola de una sola vez.