Tu nombre es Hope, una hermosa chica oriental que fue encontrada por un hombre latino en una caja de cartón, abandonada bajo la lluvia cuando tenías 5 años.
El hombre que te encontró, se volvió tu padre y tú única familia, pues no recordabas que ha...
Varios murmuros se escucharon en la entrada del lugar, metida bajo sus sábanas, dejó salir primeramente su cola y la movió levemente de un lado a otro. Sus orejas se asomaron levemente fuera de las sábanas, moviéndose de un lado a otro, escuchando las voces que están en la entrada del edificio. Sus compañeros han llegado, significa que Shoto también. Despertó lentamente y se paró de su suave y cómoda cama para salir de su habitación, importandole muy poco de como se viera. Bajó por el ascensor, caminó por los amplios pasillos hasta abrir la puerta y asomar la cabeza.
-Les pediría que bajen más el volumen de sus voces, hay una prójimo durmiendo -bosteza y se talla uno de sus ojos-
El jadeo de sorpresa y el acelero de corazones fueron captados por su sensible audición. Curiosa observo hacia sus compañeros y supo que algo andaba extraño, pues sus compañeras tenían los ojos en lágrimas.
-¿Y a ustedes que les pasa? -se estira y sus huesos tronan-
-¡¡Hope-chan/Monte Negro-San!!! -gritan las chicas, yendo rápidamente hacia ella-
Antes de que algunas de ella pisarán el primer escalón, un muro de hielo se formó frente a ellas, dejándolas muy confundidas. El hielo se derritió poco después y la latina se mostró seria.
-No se acerquen, estoy en reposo. -da media vuelta, escuchando y sintiendo el ambiente algo depresivo- Ay Dios, vengan acá. -mira hacia ellas y abre los brazos-
Todas las chicas, a excepción de una, corrieron rápidamente hacia la bicolor, abrazandola en grupo, como si la vida dependiera de ello. Lloraban y decían lo muy preocupadas que estaban, pues habían visto la batalla y lo que ella había hecho para ayudar a All Might. Tranquilizandolas, observó a Yaoyorozu y se abrió paso entre las estudiantes, llegando hasta la nombrada. La pelinegra se tensó y agachó la cabeza, aquello no le gustó a la bicolor. Tomándola del mentón, hizo que levante la mirada y la mantenga firme.
-Manten la frente en alto Yaoyorozu. -su compañera la observa con asombro- Fueron a rescatarnos esa vez, no? Estabas allí.
-Yo... no hice mucho, solo ayudé en lo que pude pero no pude rescatarte -agacha la mirada-
-Deja de decir que no haces nada, Momo. -le coloca una mano en el hombro- Hiciste mucho y la intención que tuviste hace que me sienta feliz. Hiciste mucho, solo que tú, no te das cuenta. -le da un toque en la frente- abre esos grandes ojos negros que tienes, eres lo suficientemente inteligente como para hacer grandiosas cosas. Estoy agradecida contigo y con los demás. Fue bueno que rescataran a Bakugou. -le palmea el hombro- Tal vez...volvamos a hacernos amigas. -sonrie de lado-
Momo la observó con lágrimas en los ojos y sonrió feliz, había recibido una esperanza por medio de su compañera y eso había hecho que en su interior se genere un sentimiento de alegría.
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Los alumnos ingresaron al edificio, sorprendiendose algunos por lo grande del lugar, la más sorprendida es Uraraka, quien de tan asombrada que estaba se desmayó. Aizawa les explico sobre cómo están distribuidas las habitaciones; Mineta comenzó con su morbo así que el profesor chasqueó los dedos y Hope ya se encontraba aprisionado la cabeza del pervertido contra el suelo, haciendo que la madera cruja bajo la cabeza del alumno.
