~🌸🦊HOPE🦊🌸~

~🌸🦊NOVENTAIUNO🦊🌸~

🦊Recuerdos de un zorro🦊.

Transcurría el año en que el otoño llegó con todo. Las hojas se colorearon en un hermoso naranja y amarillo, además de que caían al suelo formando una bella alfombra.
En un pequeño bosque de mandarinas, por hambre, una pequeña niña de no más de 5 años recorría el bosque buscando una fruta grande y jugosa; había escuchado de los civiles que pasaban que son muy deliciosas y que eran capaz de quitarte el hambre.

Llegó hasta un árbol y se quedó mirando una de las mandarinas más grandes, con un brillo animado en sus ojos, empezó a saltar para poder alcanzarla, su hambre era enorme y no había conseguido nada que comer por la zona donde vivía.
Un ruido le llamó la atención y detuvo sus pequeño saltos para poder darse la vuelta. No podía creer lo que sus pequeños ojos observaban; un enorme zorro de al menos unos dos metros, sentado, observándola con sus oscuros ojos.
Extrañamente la niña no se asustó, más bien sonrió y se sentó frente al enorme animal.

-¿Que haces en mi bosque?. -dice con la voz distorsionada hacia la pequeña-

-E-Escuche que aquí hay ricas mandarinas y... b-bueno, quise tomar una, muerdo de hambre y esa se ve jugosa -mira arriba de su cabeza- pero no la alcanzo...

-Y tus padres?. -se levanta y se acerca a ella-

-Me tiraron a la calle por no tener poderes... -agacha la mirada- no tengo a nadie...

Abriendo levemente los ojos, se acercó más y comenzó a olfatearla, buscando algún rastro de poder, pero nada, ella es una mukosei.
Alzó la cabeza y con un leve golpe de su pata en el árbol, montones de mandarinas cayeron al suelo, haciendo que la pequeña se alegre a no más poder y además, la primera fruta que agarro, se la ofreció al zorro gigante.

-No me tienes miedo? -pregunta el animal mientras se vuelve a sentar, mirándola-

-Por qué tendría que tenerle miedo a un lindo zorro? -le mira curiosa y sonrie sin con la mano extendida hacia él- gracias por ayudarme a alcanzar las mandarinas! Te ofrezco la más jugosa de todas!

Sus ojos fueron testigos como una neblina amarillenta rodea al animal, incapacitado su vista para saber que pasaba.
Tosiendo un poco, trató de esparcir la neblina con su mano libre pero sintió como algo, una mano pequeña, toma la mandarina que había ofrecido al animal.
La neblina se disipó y pudo observar a un niño rubio claro, vestido con una especie de jukata o kimono con grandes mangas y pequeños zapatos café oscuro. Lo que más le llamó la atención fue la cola esponjosa y las orejas que sobresalen de la cabeza del niño frente a ella.
El niño se dio la vuelta y le sonrió mostrándole la mandarina que ahora tiene un mordisco.

-No sé quitarles la cáscara-sonrie mucho-

Con un pequeño brillo en los ojos, sonrió la pequeña y ella le ayudó a pelar la fruta; claro que sabe pelar las mandarinas pero la niña le ha agradado y desea que ella juegue con él.
Comieron mandarinas hasta el cansancio y se apoyaron por un árbol, mirando las hojas caer.