Tu nombre es Hope, una hermosa chica oriental que fue encontrada por un hombre latino en una caja de cartón, abandonada bajo la lluvia cuando tenías 5 años.
El hombre que te encontró, se volvió tu padre y tú única familia, pues no recordabas que ha...
Poniéndose en medio de los dos, colocó sus manos en el pecho de cada uno para apartarlos ya que estaban acercándose de manera retadora. Gruñendo, el cenizo se dejó alejar, solo ella puede y tiene permiso de interferir; el oji-dorado, al sentir la mano de la joven en su pecho, no dudó ni por un segundo en tomarla y depositar un suave beso en el dorso de esta, aquello hizo sonrojar a la chica y enrabiar al cenizo. Le dio una vuelta y la acercó a él, extendiendo sus alas y cubriendola con ellas.
-¿Que haces Hawks? -dice seria mientras se aleja- Te ves...diferente con esa ropa -le mira-
-Oh vamos, ¿acaso un héroe como yo, que trabaja todo el tiempo, no merece un día libre? Estaba por ir al centro comercial pero me encuentro que mi hermosa futura esposa, si me llegaras a aceptar, está con alguien.
-Es mi compañero de clase, ¿qué esperabas? Además estoy en una salida con él, no molestes.
Antes de que el héroe pudiera decir algo, la joven fue liberada de la "cárcel" de plumas de un solo estirón. El cenizo la puso detrás de él, protegiéndola de aquel joven emplumado.
-Ya la oíste pajarraco inútil, está conmigo, lárgate. -gruñe y toma de la mano a la chica-
-Mmh, así que tengo un obstáculo más-sonrie de lado, se acerca al cenizo, con la vista fija en él y extiende las alas a modo de intimidación- Veamos, si el inútil aquí eres tú. Yo solo saludo a la chica que me tiene como un loco enamorado.
-No me das miedo, extra -sonrie de lado y genera pequeñas explosiones en sus palmas- veamos quién es el mejor aquí.
Antes de que pudieran hacer algo, ambos recibieron una cachetada que los hizo salir de su burbuja de pelea. La joven los observa con enojo y con una vena marcada en la frente; sus ojos los observan para luego respirar hondo y acomodarse un poco su cabello corto.
-Ustedes dos, vengan conmigo. -gruñe un poco y da media vuelta- no quiero escuchar quejas.
Ambos la observaron y sin decir ni pío, comenzaron a seguirla por casi 10 minutos en silencio mientras se mandaban miradas de odio. De vez en cuando, Hope se daba la vuelta para observarlos, notando como estos miraban a otro lado, Katsuki con su ceño fruncido a no más poder y Hawks silbado una canción cualquiera. Achinando los ojos, retomó su camino con los dos hombres volviendo a mirarse con odio.
Sus pasos se detuvieron en la tienda en la que por las tardes trabaja, abrió la puerta y la campanilla dorada y bien ilustrada suena, llamando la atención de la señora del lugar.
-Oh, Hope-chan, ¿qué haces tan temprano por aquí? -la mujer la observa y luego mira detrás de ella- oh, vienes con amigos.
-Buenos días señora Chika -sonrie leve- podría daros tres órdenes? -la mujer asiente- un pedazo de tarta de manzana, unos mochis picantes y dos rollitos de canela por favor-sonrie suave-
-Oh, enseguida cariño, tomen asiento donde gusten. -sonrie y va a la cocina-
La joven asintió y tomó de los hombros a ambos jóvenes, comenzando a ir hacia una mesa. Los sienta a cada uno en una silla y luego toma asiento en medio, mirándolos de mala manera.
-A ver... Hawks, él es Bakugou Katsuki, Katsuki, él es Keigo Takami, alias Hawks, un héroe bastante joven. -se cruza de brazos y mira al último nombrado-
-Un no placer conocerte -sonrie y extiende la mano- Solo llame asombroso Hawks, futuro esposo de Hope -sonrie mas-
-Que no me voy a casar contigo, carajo. -gruñe y da un leve golpe en la mesa-
-Eso dices ahora-sonrie y apoya su mentón por su mano- te voy a enamorar, aunque me lleve varios años.
-Tu no harás nada, maldito emplumado de mierda -Bakugou le mira fijamente- no la reclames como si fuera tuya, no lo es.
-No estoy diciendo que es mía-sonrie de lado- tú, sacas esas conclusiones. No por nada eres el alumno que creen villano.
-A ver a ver a ver, ¿qué pasó? -los detiene ma joven- Con eso no se juega, Hawks. Y tú, deja de insultar a la gente porque sí. -suspira- Yo no sé que se traen ustedes dos, pero lo que han provocado es que mi cabeza me duela cada vez que escucho sus nombres. Tengo un enredo interno que ni siquiera sé como demonios desenredarlo, uno dice que quiere casarse conmigo cuando ni siquiera me conoce, y el otro quiere que sea su novia pero tampoco me conoce lo suficiente. Soy una extraña que tiene dos pretendientes sin información. Solo hubo una persona que sabía todo sobre mí y a pesar de lo que era, se enamoró y me enamoró, pero eso no importa aquí ahora. -suspira- la cuestión es que, no tienen en cuenta de cómo me siento en esta situación. Me siento confundida y todo es gracias a ustedes dos. -respira hondo- si quieren que se llegue a cumplir lo que desean, que sea alguien... importante para ustedes, pónganse la tarea de conocer el terreno y a la dueña.
Ambos la miraron con curiosidad para luego mandarse una mirada entre ellos. La mujer llega con el pedido y se lo pasa a la chica, agradece y reparte, dándole la tarta de manzana al alado, los mochis picantes al explosivo y ella quedándose con los dos rollitos de canela. En silencio comienzan a comer mientras analizan las palabras de la joven, ella tenía razón, estaban haciendo mal pero no podían negar que ella los había enamorado con su fuerza, belleza y sonrisa. La campanilla del lugar sonó en el lugar nuevamente, dejando ver alguien con capucha, enseguida eso hizo llamar la atención de la joven, comiéndose el último pedazo de su rollito, se limpió rápidamente y se puso de pie, mandándole una señal a los dos presentes que se quedaran quietos en su lugar. Se apresuró e ingresó a la zona de la caja para atenderlo, de mientras ya su nariz se encontraba olfateando, el olor le resultaba familiar.
-Buenos días, bienvenido a la pastelería y confitería Chikaku. ¿Que quieres ordenar? -le mira fijamente mientras que detrás de ella genera una daga de hielo-
-Una tarta de limón, un café amargo y tu cabeza en bandeja de plata.
Bicolor y rojo se encontraron en una guerra de miradas; mantenían la calma mientras ella con cuidado y sin despegar la mirada, anota lo que ha pedido. Él, sin la máscara que le cubre el rostro, la observa fijamente, se había sorprendido al verla allí, pero no podía actuar, había varias personas y la única mujer que no lo teme a pesar de ser un villano.
-Toma asiento. -le apunta una butaca frente a la larga mesa- Ya traeré tu pedido...Shigaraki. -dice en un tono de voz en el que solo él puede escuchar-
La joven fue a la cocina, dejando una esfera fatuo en su lugar, vigilando al prófugo villano. Sus ojos se fijan en la chica, viendo cada movimiento que hace, comenzando a rascarse el cuello.
La persona que había arruinado los planes y la vida eterna de su maestro estaba frente a él y no puede hacer nada para atacarla, haría un caso que no quiere atentar.
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