capítulo 41.

3K 155 10
                                    

--¿Puedes quitarme estas cosas ahora?— le pedí amablemente después de nuestra sesión de anoche. Estaba empezando a amanecer, habíamos durado toda la noche.

Fernanda cumplió inmediatamente con mi petición, sacó una llave de su gabinete y desbloqueó las esposas al rededor de mis muñecas. Yo tenía razón en pensar que se adaptaron perfectamente a la atmósfera sexual, pero aún así era una tortura.

Una vez que mis muñecas estaban libres, se acostó a mi lado y me abrazó con fuerza.—¿Cómo estuvo?— preguntó trazando círculos con su dedo en mi abdomen, ella tenía la costumbre después de hacer eso.

—Wow.— Fue todo lo que pude decir, la mejor experiencia que había tenido.

Mariana sonrió y se acercó a mirar mis muñecas, habían quedado marcadas por tratar de zafarme en la fiesta... Supuse que se estaba sintiendo mal por ello, así que traté de tranquilizarla.

—Hey, estoy bien— sonreí.

—¿No te duele?

—No— mentí.

—Está bien— yo no quería que ella se sintiera culpable por algo tonto como estas marcas que yo misma me había provocado.

Hubo un silencio que no podía describir. No era torpe ni cómodo... era extraño.

—¿Cómo estuvo la fiesta?— preguntó Mariana, con tu tono directo al grano.

—Pau se divirtió arrastrándome toda la noche— me reí, con la esperanza de aligerar el estado de el ambiente, pero no fue el caso.

—¿Ella intentó algo contigo?— preguntó con algo de matiz de hostilidad... algo que nome gustaba.

—No, por supuesto que no lo hizo— fruncí el ceño y me moví un poco, no me gustaba a dónde iba esto.

—Yo quiero que seas honesta conmigo Fer— dijo mientras se sentaba.

—Lo estoy.

—Espero que no estés mintiendo para proteger a tu amiga.

Mientras trataba de ocultar mi enojo por el tonito de su voz, traté de recordar si Paula había hecho algo. Finalmente recordé pero no sabía si decirlo ya que realmente no era un gran problema...

Cuando miré a Mariana me paralizó al igual que hace semanas cuando había clavado a Pau en los baños contra la pared. Su mirada me decía que fuera honesta, yo no quería sacar su lado malo.

—Bueno... no fue gran cosa , así que no hay nada de qué preocuparse— me encogí de hombros, su cara reflejaba rabia pura— tuve que mantener mi teléfono en mi top porque el traje no tenía bolsillos...— empecé a mirar su cara en busca de alguna reacción.

—¿...Y?

—Bueno, cuando Pau me esposó, no podía tomar mi teléfono, y en ese momento me había llegado un mensaje, uno tuyo, Liz me preguntó si yo necesitaba ayuda para tomarlo pero Pau llegó y lo hizo antes de que ella lo hiciera, no fue nada importante.

Miré a Mariana quién tenía su mandíbula tensa—Está bien, no te voy a mentir y decir que no me molesta. Por lo menos te salvó de Liz, de hecho, si no lo hubiera hecho me hubiera enfadado.

—Mariana...—está bien, hay que decirlo.— No quiero ofenderte pero creo que quizás tenemos algunos problemas de confianza, y también cuestiones de celos aquí.

Ella siguió mirándome, parecía herida como si yo le hubiera dicho que Coraline es la peor película del mundo.

—Ouch— respondió, trató de levantarse pero yo no se lo permití.

—Como lo has dicho, no me refiero a ofenderte pero espero que si yo actuara de esa manera me lo dijeras.

—No creo que estoy actuando como nada Fernanda— bueno, alguien estaba en negación.

—Muy bien, respóndeme a esto, ¿por qué tenías problemas si yo iba a la fiesta en primer lugar?

Mariana abrió la boca para hablar, pero no salió nada. Frunció el ceño y pensó durante un rato antes de contestar.

—Nunca dije que no podías ir.

—No, pero tú no eras aficionada de que yo fuera, ¿por qué fue eso?

Sin respuesta...

—Tú no querías que fuera, porque no confías es mi si hay alcohol o está Liz, la chica con la que rompí para estar contigo, la chica que le aplasté el corazón por ti. Tu significas el mundo para mi y ¿tú piensas que lo tiraría todo a la basura por un par de besos? Ese es tu problema y me duele.

—Oh bueno, y si nuestros papeles se invirtieran y tuviera una ex como ella a mi al rededor, ¿no te importaría que me hablara como lo hace ella contigo?— argumentó.

—¡Yo confío en ti! te guste o no Mariana, no puedo ser tu presa 24/7. No puedes vigilarme a cada minuto del día para ver si hablo con Liz o no o Paula o cualquier otra persona, estás siendo un poco posesiva y tienes que aprender a confiar plenamente en mi, Mariana.

Mariana inclinó la cabeza.

—La cuestión es que no confíes en mi... Si una persona medio me toca entonces te enojas. ¿Crees que no me negaría si alguien intenta algo conmigo? ¿Así piensas tú de mi? como una pequeña damisela en apuros que no puede decir que no... eso lo empeora.

Mariana parpadeó unas lagrimitas y aunque sabía que estaba siendo dura, ella necesitaba oírlo. Sí, tuvo un pasado de mierda, pero ella no podía seguir así, esos celos... la posesividad, simplemente no era saludable para una relación. Para nuestra relación.

—Sería muy feliz si olvidáramos el incidente... Yo soy tuya y no voy a ninguna parte sin ti— levanté su barbilla.

La envolví en un fuerte abrazo y sentí que mi hombro se humedeció.—Lo siento— susurró.

—Está bien mi amor— le dije sonriendo tratando de calmarla— sé que esta no eres tú, es parte del pasado que viene en tu contra, pero te prometo con la mano en el corazón que yo nunca te engañaría, y nunca te haría daño... ¿y sabes por qué?

La miré y tomé su rostro en mis manos apachurrando sus cachetes obligándola a mirarme con esos ojos miel llorosos, ella negó con la cabeza.

—¡Porque te amo puta madre! eres lo mejor Marianita, te quiero mucho.

Ella sonrió.
———

¡hola holaaaa! actualicé porque me lo pidieron mucho! extrañaba esto jaja, gracias por leer! los tqm.

LUJURIA OCULTA|FERCHA Y MARIANA (ADAPTCIÓN)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon