capítulo 29

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—¡Oh dios mío! Esa mujer está loca— grité y Mariana se levantó de un salto, con la mano en el corazón y mirándome con la boca abierta... La había asustado con mi grito.

—¡Dios! ¿qué te pasa? ¡solamente le está dando de cenar Fernanda!

—¿De cenar? ah, pff, lo sabía— le contesté con mi expresión relajada, ella rodó los ojos y se sentó de nuevo. Agarré una almohada de la cama y la sostuve contra mi pecho, hasta mi nariz, mis ojos apenas se asomaban por un pequeño espacio... Tal vez nunca vi Coraline porque me daba miedo, si, miedo...

Cuando llegó la parte de miedo, di el salto de la noche, tenía miedo y un sentimiento extraño y grité tan fuerte que dejé sorda a Mariana. Ella inmediatamente detuvo la película y se sentó frotándose las orejas. Me quede donde estaba y la observé mientras se daba la vuelta hacia mí, con una gran linda sonrisa en su cara.

—¿Tú nunca has visto esta película, cierto?— dijo apuntándome con su dedo.

Suspiré y sacudí la cabeza.

—¿Estamos viendo esto porque me gusta?— preguntó.

Asentí y desvíe la mirada. Ella se recostó y me atrajo hacía ella en un abrazo, mi cabeza apoyada en su pecho y podía escuchar los latidos de su corazón que tanto amo.

—Eso es realmente dulce, gracias— dijo mientras acariciaba mi cabello. Era tan grandioso, algo que mi madre solía hacer y me encantó.

—No hay problema— le contesté cerrando los ojos ante la sensación de su mano por mis cabellos, tan relajante, entonces se inclinó y besó la coronilla de mi cabeza y apoyó la barbilla en ella.

Nos quedamos así por un tiempo hasta que dejó de abrazarme y se levantó, dejándome confundida con el corazón herido a causa de su ausencia, dios que cursi estoy. Se acercó a su maleta, abrió la cremellera y rebuscó por un tiempo hasta que sacó una película de superhéroes.

—Tal vez esta es más tu estilo.

—Marianita, yo quiero que veas tu peli, estoy bien.

—Muy bien... ¿estás segura?

—Sí, muy segura— mientras ella me abrace estoy bien.

¿Qué puedo decir? me sentía bien, unas partes me dieron miedo y otras gracia, es una buena película pero no sería buena idea mostrársela a un niño pequeño, algunas escenas eran muy perturbadoras pero yo estaba en los brazos de esta mujer y todo se sentía bien.

—Woah, sí que fue buena— asentí y me dió otro besito en la cabeza, se paró de la cama y fue a su maleta.—¿Puedo usar tu baño?— preguntó, apenas dijo eso y solté una gran carcajada—¿Qué?

—Mi maestra me pregunta si puede usar mi baño, lo siento, me dió risa.—Mariana rodó los ojos y le señalé el baño que tenía en la esquina de mi cuarto, me dió las gracias. Supuse que se iba a poner su pijama. Seguí su ejemplo y comencé a vestirme, ya que estaba lista me metí bajo las sábanas.

Después de unos segundos Mariana salió del baño... Oh, se veía tan adorable en esa pijama. Sonreí cuando se acercó y acostó a mi lado.

—¿Qué pasa?— preguntó.

—Te ves linda— sonreí y escondí mi rostro sonrojado.

—No me puedes llamar linda, soy mayor. Tú eres linda— se rió y me revolvió el pelo.

Nos miramos un tiempo... Hasta que ella habló.

—¿Voy a dormir aquí? ¿O en un cuarto de invitados?

LUJURIA OCULTA|FERCHA Y MARIANA (ADAPTCIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora