LUJURIA OCULTA|FERCHA Y MARIANA (ADAPTCIÓN)

capítulo 16

No tuvimos la sesión de tutoría, ella todavía estaba enojada por algo y no sabía por qué, así que cancelé y le dije que se fuera a casa. Solamente espero que esté bien hoy. También tengo que mantener el lado bueno de Liz, no pregunten por qué, sólo se que lo necesito.

Mi estúpido coche no encendió de nuevo, necesitaba tiempo para llevarlo al mecánico pero tendría que hacerlo después de clases. Llamé a Paula para ver si podía recogerme, afortunadamente no había salido de su casa y vino a buscarme.

—¿Por qué estaba llorando?— preguntó mientras se detuvo en una luz roja.

—No lo sé, no tengo la menor idea. En un momento ella trató de detener la pelea y luego corrió a llorar.

—Humm—Paula pensó—Ella es extraña y muy difícil de decifrar.

—Lo sé— no sabía si contarle acerca de mi sueño pero...—Pau, he estado teniendo estos sueños con ella y creo que si algo no sucede, me volveré loca.—Admití pero era cierto, todas las noches me despertaba sudando después de soñar a Mariana y yo... en la intimidad.

—Dios Fercha, si que estás hundida— Paula suspiró, lo sé, lo sé.

El resto del viaje fue tranquilo. Cuando llegamos, nos despedimos y cada quién se dirigió a sus clases. Tenía a Mariana al final del día y una sesión de tutorías después, eso era lo que me motivaba a seguir con mi día.

Cada clase era aburrida y apenas podía mantener mis ojos abiertos. Lo único que pensaba era en hablar con ella al final del día.

La hora del almuerzo llegó, como siempre me senté a un lado de Paula y busqué a mi profesora favorita con la mirada. Pronto la vi y ella dio una mirada rápida a mi mesa, antes de que pudiera detenerme, la saludé. Estúpida Fernanda.

Ella sólo iba yéndose pero me devolvió el saludo ¡joder sí! me dirigí a Paula para celebrar pero ella no estaba prestando atención, solamente comía de su arroz. Miré de nuevo a Mariana pero llegó Liz y se sentó. Me dió un beso en los labios y arruinó mi vista hacia Mariana.

—¿Estás ocupada esta noche, nena?

—Sí, tengo que recoger y limpiar la casa, mi papá llega esta noche— suspiré.

—Ah bien, no hay problema— Liz sonrió, ¿qué le pasaba?—Me tengo que ir, te amo Fer.

Sonreí y miré al azar, a mi lado derecho estaba Mariana de pie delante de la estación de cubiertos cerca de nuestra mesa, pero ella no se movía. Tan pronto como Liz se levantó y fue directo a la mesa con sus amigos, Mariana frunció el ceño, se mordió el labio y arrojó su bandeja llena de restos de comida a la basura antes de salir a toda prisa.

Sí, tenía que averiguar qué pasaba con ella lo antes posible, me levanté, dije adiós a mi amiga, compré un par de emparedados y algunos caramelos y la seguí por donde ella se había marchado.

Supuse que iría a su salón de clases, así que me acerqué a la puerta y estaba cerrada. Me asomé a la pequeña ventana de la puerta y la vi ahí, estaba apoyada sobre sus brazos en el escritorio. Tomé una respiración profunda y abrí la puerta.

—Hey— sonreí y ella levantó la cabeza.

—Hola, ¿qué haces aquí?— preguntó sorprendida.

—Paula está acosándote de nuevo y me dijo que te vio salir con cara de tristeza. Te imaginé y vine a ver si estabas bien.— Lo siento Pau, pero no dejaré que ella sepa mis sentimientos, no aún.

—Estoy bien Fernanda— me dió una sonrisa falsa que no tranquilizaba a nadie.

Rodé los ojos y me senté frente a frente, entonces abrí mi bolso y le di un caramelo, me dió una mirada extraña.

—Ella dijo que tiraste tu comida— me encogí de hombros con la esperanza de no ser muy evidente.

—¿Debo de preocuparme por Paula?— se rió entre dientes, pero lo tomó y se lo metió a la boca.

—Tal vez... ella tiene problemas psicológicos...

Mariana dejó de masticar y me miró aterrada, me eché a reír al ver su cara y ella rodó los ojos.

—Muy divertido.

—Pensé que lo era— dije mientras asomaba la lengua a mi mejilla, burlándome de ella.

—Gracias por esto— ella sonrió.

—No hay problema— justo cuando iba a hacerle la pregunta del por qué estaba enojada, ella me ganó.

—¿Cómo va tu relación? esa pelea fue muy intensa.

¿Ella quiere hablar de Liz? Yo quiero hablar de ti.

—Uh, estamos bien, me asustó un poco. Ella puede ser violenta cuando está enojada.

—Creo que asustó a toda la clase... dios, si ella te hubiera hecho daño yo...—inmediatamente dejó lo que estaba diciendo, me mkro y se mordió el labio.—Si ella te hubiera hecho daño a alguien habría sido suspendida o incluso expulsada, espero que ella esté enterada de esto.

—Estoy segura que sí. Se pone muy celosa por todo. Paula es mi mejor amiga y ella cree que estamos teniendo algún tipo de romance, es estúpido— me reí.

—Sí...— dijo bastante incómoda.

Bueno, no esperaba esa reacción.

Silencio incómodo...

—Hey, bueno, si necesitas a alguien para hablar o algo, espero que sepas que ouedes venir a mi, ¿está bien?— preguntó con una tímida sonrisa en su rostro. ¡OMG!

—¿De verdad? te lo agradezco. En realidad estoy teniendo muchos problemas en este momento— le dije con una risita, la vi tomar un pedazo de papel y empezar a escribir en él. Cuando terminó ella me lo entregó—¿De quién es este número?

—Es mío. Si necesitas hablar acerca de tus problemas fuera de la escuela, no dudes en llamarme o mandarme un mensaje.

¿Estoy soñando? ¿realmente tengo el número de Mariana Hinojosa en mi mano?

—Wow, eso es genial, significa mucho— le di una pequeña sonrisa mientras guardaba el papelito en mi bolsillo, ella sonrió de vuelta.—Te mandaré un mensaje para que veas que soy yo y no un acosador o algo.

—¿Como Paula?— sonrió, dios, sí que era linda.

—Como Paula— estuve de acuerdo, saqué mi teléfono y guardé su número como Mariana estaba realmente tentada en poner un corazón junto a su nombre pero sería un suicidio, le mandé un mensaje y ella guardó mi celular, ¡habíamos intercambiadonlos malditos números!

—Perfecto, es mejor que termines tu almuerzo Fernanda, y gracias por acompañarme, fue un lindo gesto— me guiñó un ojo.

—No hay problema, nos vemos luego— le guiñé de vuelta.

Y sí, estoy coqueteando contigo.
_______

Estaré actualizando cuando pueda ya que entré al colegio! les dejo otro capítulo más!! gracias por leer.