capítulo 15

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Estaba apunto de subir a mi recámara pero oí un golpe en la puerta, probablemente era Mariana que olvidó algo. Abrí y no me equivoqué, ahí estaba parada en el tope de la puerta pero no estaba sonriendo. Entró y su expresión en el rostro me hizo retroceder, sonrió y cerró la puerta.

—¿M-mariana? ¿qué estas haciendo?— yo tartamudeaba. La mirada en sus ojos... no podía describirlos, se volvieron bastante cafés oscuros, sus pupilas dilatadas. ¿Qué significaba todo esto?

Me quedé sin aliento cuando mi espalda tocó la pared, estaba atrapada y ella más cerca, me daba una sonrisa tranquilizante, me cautivaba. Caminó un poco más hasta quedar cara a cara, mi respiración se cortó cuando su rostro se acercaba lentamente al mío y sus ojos fijos en mis labios, tragué saliva y ella se rió, su risa se escuchaba grave, diferente a la usual.

—Mariana ¿qué estás...

—Shhhh—sonrió y puso su dedo en mis labios—no podemos decirle a nadie, Fernanda.

Abrí la boca para hablar pero mi voz se perdió, quitó su dedo de mis labios y los pasó por los suyos. Mi mandíbula cayó mientras veía la escena, lamió una vez más y cerró la boca. Miré sus ojos oscuros y me incliné más cerca, el magnetismo entre nosotras era demasiado grande para resistirnos por más tiempo.

Oí su risa amtes de cerrar los ojos y de pronto nos...

PEE PEE PEE

La alarma de mi mesita de noche sonó indicando que era hora de levantarme. Me senté furiosa, todo fue un maldito sueño, grité en mi almohada hundiendo la cara, si me ahogaba era lo mejor. Una segunda alarma sonó, la tomé y la lancé lejos, probablemente necesitaría un nuevo reloj, no me importaba.

Era tiempo para prepararme para ir a la escuela, me puse lo más cómoda posible, me miré en el espejo y no voy a mentir, hoy me aseguré de verme bien y sexy. Tomé mi mochila y salí de casa.

Tan pronto como llegué, las clases fueron una mierda, aburridas y simples, mi día mejoraría cuando estuviera con Mariana. Mi corazón se detuvo cuando no la vi en el almuerzo, Paula chasqueó la lengua al verme muy inquieta, vi a Liz pasando por nuestra mesa, siempre se sentaba conmigo, pero en lugar de eso, pasó a un lado mío y me dió una mirada sucia, ¿qué fue eso? Pau también lo vió y se encogió de hombros presentándole mínima atención. Fruncí el ceño tratando de recordar qué había hecho para que Liz se ponga así, no recuerdo...

Hablaría con ella antes de que Mariana llegara a su clase.

———

—Hey, ¿qué te pasa? ¿por qué no te sentaste conmigo en el almuerzo?— me enfrenté a ella. Estaba en su silla sentada mirando hacia al frente con el semblante serio.—Oye, estoy hablando contigo, por lo menos mírame— estaba empezando a molestarme, por lo general era una idiota pero nunca actuaba de esta forma.

—Vete a la mierda— gruñó.

—¿Perdón? ¿qué te he hecho, Liz? ¡dime!

Mariana entró y vió la tensión entre mi novia y yo.

—Hey, ¿qué está pasando aquí?

—Pregúntele—Liz dijo, mientras golpeaba el escritorio con sus dedos y se ponía de pie.

—¿Fernanda?— me miró alzando su ceja.

—¡No tengo ni puta idea de lo que está hablando!

—Lenguaje, Fernanda— oh cállate Mariana que te he oído decir cosas peores.

Liz rió oscuramente y comenzó a caminar al rededor, una señal de que tenía que controlar su ira, estaba loca.

—¿No tienes idea de lo que hablo, Fernanda?— preguntó caminando directamente hacia mí, me quede donde estaba. Ella no me lastimaría.

LUJURIA OCULTA|FERCHA Y MARIANA (ADAPTCIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora