capítulo 31

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Me desperté con la mejor sensación y vista que he tenido en mi vida. Mariana estaba durmiendo a mi lado, su bello rostro y sus piernas entrelazadas con las mías y un brazo protector arrojado sobre mi cuerpo. Oí un mínimo ronquido viniendo de ella y eso lo hizo más adorable.

Yo no podía dejar de mirar... su piel perfecta, nariz perfecta, labios perfectos. Nunca me había sentido tam feliz, ¿será un efecto del amor?

Me quedé helada cuando ella comenzó a mover su nariz y se lamió los labios antes de bostezar como un cachorro adorable. No me pude contener las ganas de mover un mechón de cabello que había caído por su nariz. Tan pronto como le toqué la piel, sentí esos impulsos eléctricos en mi piel, una vez más.

Me quedé mirando esos labios rosados, me incliné para capturarlos con los míos. Incluso después de dormir eran suaves, senti su brazo moverse al rededor de mí y pasar a posicionarse detrás de mi cabeza, tirándome más cerca.

—Mmm— suspiró y se sentó frotándose los ojos, se giró a mi con los ojos ligeramente abiertos y una sonrisa en su rostro.—Buenos días— bostezó de nuevo.

—Buenos días, ¿cómo es posible que te veas tan bien después de despertar?— pregunté.

Ella hizo una mueca muy rara y yo me eché a reír, empujándola juguetonamente. Ella me empujó hacia atrás y nos quedamos en un juego de pelea. Me agarró de las muñecas y con fuerza las inmovilizó al lado de mi cabeza, mirándome con aquellos ojos.

—Quieta— me guiñó un ojo, bufé y luché por debajo de ella pero ella era más fuerte que yo.—No puedes— dijo sacándome la lengua.

—Déjame— me quejé pero reí cuando ella hizo una mueca triste.

—Nuh uh.

Me incliné para besarla y me perdí en sus labios hasta que oí pasos fuera de mi cuarto y luego tocaron la puerta. Nunca había actuado tan rápido en mi vida, inmediatamente empujé a Mariana de mi cama y se cayó, gimió del golpe y le dije que se callara, ella se metió en un espacio muy estrecho debajo de la cama.

—Lo siento amorcito— le susurré cuando ella me lanzó maldiciones mientras trataba de acomodarse un poco. La parte inferior de la cama estaba presionando contra su pecho así que le di una mirada de simpatía, pero mantuve mi dedo en mis labios.—Shhh...

Fui a la puerta de mi habitación, miré hacia atrás para ver si Mariana se veía. Abrí la puerta dejando que mi papá pasara.

—Hey Fer, ¿estuviste bien anoche?— preguntó mientras me abrazaba.

—Sí, estuve bien papá— sonreí mientras mi corazón se quería salir del pecho por los nervios.

—¿Qué hizo que te levantaras?— se acercó a la cama y se sentó en ella. Mis ojos se abrieron mientras caminaba al rededor del cuarto. Cuando mi papá se sentó, la cama se hundió haciendo aún el espacio más limitado para Mariana. Vi a Mariana empujando la parte inferior de la cama y yo no sabía que hacer.

—Uh, tarea... y televisión— sonreí, tratando de no mirar la difícil situación de Mariana.

—Esta cama está incómoda hija— dijo saltando de arriba abajo ¡No! por el rabillo de mi ojo vi a Mariana con una mano en la boca tratando de detener sus propios gemidos por la presión causada sobre ella. Me miró con una expresión de dolor y supe que me estaba diciendo que me deshiciera de él de inmediato.

—Oye, ¿crees que me puedas hacer de desayunar mientras me baño? ¿tal vez unas quesadillas? por favor— que diga que sí, que diga que sí.

—Claro.

Gracias al señor, se levantó y cerró la puerta tras de sí. Corrí hacia Mariana y tan pronto como la toqué, mi papá volvió de nuevo asomando la cabeza por la puerta.

—¿Qué tipo de sándwich?— miré abajo y vi a Mariana que estaba a punto de estornudar y tenía las manos debajo de su cuerpo ¡Mierda!

—Uhm...—Poco a poco metí la mano debajo de mi cama, le cogí la nariz y la boca con la mano. Desde el punto de vista de mi papá podía verse cómo si estuviera buscando algo.—Cualquiera, no importa. Sólo tengo mucha hambre— sonreí.

—Bien nena, no tardaré mucho tiempo— dijo y se fue de nuevo. Mariana estornudó en mi mano y se golpeó la cabeza en el suelo. La solté de inmediato para que pudiera recuperar el aliento.

—Lo siento mucho— susurré—¿Estás bien? ¿Estás herida?

Ella sacudió la cabeza, acarició mi mano y exhaló. Corrí hacia la puerta para ver si mi papá no estaba por ahí, Mariana mientras se arrastró con dificultad tratando de salir debajo de la cama. Apenas se puso de pie, la empujé dentro de mi armario, ya que eranun lugar poco más cómodo. Le di un beso en los labios y cerré la puerta.

Mi padre regresó unos minutos después con un plato en la mano, se sentó en la cama a mi lado mientras yo comía. Percibí que me miraba como si quisiera decirme algo, así que lo mire pero tenía miedo de encontrarme con una mirada severa.

—¿Fercha, estás ocultando a alguien en tu cuarto?— preguntó mientras miraba al rededor. ¿Qué?

—¿Eh?— me atraganté con la comida.

—El coche, el que está afuera, ¿de quién es?— a la mierda, piensa, piensa en algo.

—Eh... es de Pau, ella vino ayer por la noche y bebió un poco de vino, así que no podía conducir de vuelta. Su mamá la recogió, tu debes haber estado en la cama cuando su madre salió, era tarde.

—Nunca la he visto a ella en ese coche Fernanda, si es la chica Liz... ya sabes de lo que hablamos...

—¡Que no es!— interrumpí, agarré mi teléfono y le llamé a Paula, ella era inteligente y me seguiría el juego.

...

—¿Hola?— contestó, gracias a dios.

—Pau, mi papá piensa que el coche que está en el garaje es de Liz y no cree que lo dejaste aquí anoche, cuando llegaste borracha, dile que tu mamá te recogió.—Le pasé el teléfono a mi padre, y al parecer Pau le confirmó todo. Le dijo que era un coche de alquiler porque el suyo no servía. Paula es inteligente. Al final él estaba confundido y se disculpó conmigo.

—Está bien— sonreí.—Confía en mí, Liz no vendrá nunca más.

—Siento todo lo que te haya pasado nena, sin alguna vez me la encuentro, hablaré con ella.

Me reí y le di un abrazo.—Gracias pa, pero estoy muy cansada, ¿te importa si duermo un poco más?— bostecé.

—Claro cariño, come y luego ten un buen sueño— besó la coronilla de mi cabeza y salió de mi cuarto.

Recibí un mensaje de Paula.

¿Dónde esta Mariana y cómo la vas a sacar de ahí?

Mierda...

Está en el armario y no tengo ni puta idea, ayúdame.

Eché un vistazo al armario y sabía que Mariana estaba mirando a través de los listones en la puerta. Levanté una mano para decirle que esperara y oí un suspiro, probablemente de frustración.

Mariana en el armario, lol.

Justo iba a regañarla pero me llegó otro texto de ella.

Voy ahora mismo.

LUJURIA OCULTA|FERCHA Y MARIANA (ADAPTCIÓN)Where stories live. Discover now