XV

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ºNarra Georgeº
Después de que Gilbert llegara a la casa, llegó Jack con el doctor, él revisó a Laura, pero dijo que tendríamos que esperar a que despierte para saber exactamente si tiene algo grave, el doctor dijo qué tal vez estaría unos días inconsciente, de eso han pasado tres días y mi hija aún no despierta, Gilbert y Sebastián no se han ido de la casa más que para asearse y cambiarse de ropa. Yo cada día estaba más preocupado, el doctor me dijo en privado que le preocupaba que mi hija estuvo varios minutos en el agua con una temperatura por debajo de los cero grados, además de que al salir estuvo recostada en la fría nieve y no sabemos exactamente cuanto tiempo, también me dijo que tenía un golpe en la cabeza que se ocasionó al momento de caer. El pensamiento de perder a mi hija no se iba hasta que me interrumpió Jack.

Jack: No quieres descansar? No has dormido en tres días.
George: No, gracias.
Jack: Al menos come algo, no quiero que te enfermes por no comer.
George: No tengo apetito, Jack.
Jack: Yo sé que esto es difícil, pero tenemos que tener fe en que mi sobrina estará bien.
George: No estaremos seguros de eso hasta que despierte. -Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos y cuando me di cuenta ya había comenzado a llorar- Ya han pasado tres días, Jack. Yo no veo que ella muestre señales de despertar. Y qué tal si la pierdo a ella también? No podría soportarlo.
Jack: Tranquilo, mi sobrina es muy fuerte, en eso se parece a ti, va a despertar ya verás, la tendremos otra vez riendo con nosotros más pronto de lo que crees.
George: Eso espero, porque si mi hija muere yo moriría con ella...

ºNarra Gilbertº
Estaba parado frente al gran ventanal de la casa de mi novia, mientras pensaba en cuanto más tendríamos que esperar para que despertara, cuando de pronto alguien extendió una taza frente a mi.

Sebastián: Toma esto, ya que no has probado bocado en todo el día, al menos bebe este té.
Gilbert: No tengo ganas de nada, Bash.
Sebastián: Blythe, no querrás estar mal para cuando Laura despierte, tienes que estar bien para ella.
Gilbert: Fue mi culpa.
Sebastián: No, no digas eso, no fue tu culpa.
Gilbert: Si lo fue, si yo no hubiera regresado por el libro, si tan solo no la hubiera dejado sola...
Sebastián: Nadie sabía lo que pasaría, no puedes culparte.
Gilbert: Si yo hubiera estado con ella, entonces no habría caído, nos habríamos refugiado en mi casa hasta que la tormenta pasara.
Sebastián: Laura va a estar bien.
Gilbert: Eso no lo sabemos.
Sebastián: Yo sé que ella estará bien.
George: Sebastián tiene razón, Gilbert. -Dijo el señor George llegando a mi lado- Mi hija es fuerte.
Gilbert: Señor, fue mi culpa, perdóneme.
George: Gilbert, llevas estos tres días culpándote, no es culpa de nadie.
Gilbert: Si me lo permite, me gustaría verla.
George: Claro que si, Gilbert, puedes verla.
Gilbert: Muchas gracias.

Subí a paso rápido a su habitación y al abrir la puerta la vi, pálida, pero tan hermosa como siempre, me senté en una silla al lado de su cama y le acaricié el cabello y su rostro, deje un corto beso en sus labios y me dediqué a admirarla.

Gilbert: Por favor, tienes que despertar, linda, todos te necesitamos con nosotros... Los chicos de la escuela han venido a verte estos días, no tardarán en llegar otra vez. Tu padre y tu tío están muy preocupados y yo también, no tienes idea de cuanto te extraño... Sabes algo? Hace unos días hablaba con Bash y él me dijo que cuando te conoció creía que eras inalcanzable para mi, sinceramente yo también lo creí, desde el primer día que te vi me cautivaste por completo, quise hablarte, pero eras el centro de atención que creo que ni siquiera te fijaste que estaba ahí, pero yo no pude dejar de verte todo el día, y creo que nadie, porque todos los niños quedaron enamorados de ti. Y cuando te hablé por primera vez estuve tan nervioso, cuidaba cada palabra que decía porque no quería que tú pensaras que era un idiota o algo parecido... desde ese día no deje de hablar de ti con Bash, todo el tiempo hablaba de ti, parecía un niño pequeño emocionado por un regalo. El día de la fiesta, cuando entré a tu casa, te vi tan radiante, iluminabas toda la habitación y luego llegó ese beso... no creí que me dejarías besarte bajo ese muérdago, pero lo hiciste, nunca había besado a alguien, pero cuando nos besamos, sentí millones de mariposas en mi estomago, y con ese beso confirmé que quería estar contigo, me di cuenta de que siempre has sido tú la persona que esperaba para mí, no puedo esperar a terminar la universidad para pedirte que te cases conmigo, y sé que aún falta para que apenas entre a la universidad, pero quiero estar contigo el resto de mis días, tener hijos y envejecer juntos... Pero para eso necesito que despiertes, por favor, te necesito aquí conmigo.

Cuando terminé de hablar, ya había roto en llanto, le tomé las manos a mi novia y deposite un beso en cada una. Me levanté y comencé a dirigirme hacia la salida del cuarto pero una voz m detuvo.

Laura: Enserio te quieres casar conmigo, Gilbert Blythe?

~Always Been You~ [Gilbert Blythe]Where stories live. Discover now