VIII

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Comenzamos a caminar por el pasillo desde la entrada de la iglesia. Miré a mi alrededor, todo era perfecto y luego divisé a mi prometido al final del pasillo, con una hermosa sonrisa en su rostro... entonces, los nervios desaparecieron por completo, estaba segura de que esto era lo que quería, lo quería a él. Mientras más me acercaba, podía ver su sonrisa mucho mejor y el brillo en sus ojos aumentaba, hasta que pude ver que unas pequeñas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos y eso me hizo sonreír. Jugaba con sus manos y el borde de su saco, sabía que estaba nervioso. Di los últimos pasos con mi papá hasta que llegamos junto a Gilbert, miré a mi padre para que levantara la fina capa de velo que cubría mi rostro y cuando lo hizo volvió a tomar mi mano para acercarla lentamente a la Gilbert.

George: Gilbert, siempre le pedí a Dios que hiciera feliz a mi hija y él me cumplió ese deseo... pero, para hacerla feliz tengo que dejarla ir... y yo quiero confiártela a ti. -Le dió mi mano a Gilbert y él la tomó- Te entregó lo mejor que tengo en mi vida, hijo. Cuídala mucho.
Gilbert: Así lo haré, señor.
Laura: Te amo, papá. -Le dije sonriendo-
George: Yo también te amo, mi niña. -Depósito un beso en mi mejilla y se fue del altar-

Gilbert me ayudó a subir los pequeños escalones para estar frente al ministro y después me miró.

Gilbert: Estás hermosa.
Laura: Gracias. Tú te ves muy guapo de traje.

La celebración comenzó y el ministro dirigió unas palabras a Gilbert y a mí, a las que no les puse demasiada atención por la emoción. Los minutos pasaron muy lentos, pero no me importaba. Pensaba en lo hermosa que sería mi nueva vida hasta que un ligero apretón de Gilbert me hizo volver, entonces presté atención a lo que decía el ministro. Era el momento de entregar los anillos, mi tío apareció y nos entregó a cada uno el anillo del otro.

Ministro: Gilbert, tú primero.
Gilbert: Linda, recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti. -Y terminó de deslizar el anillo en mi dedo-
Laura: Cariño, recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti. -Hice lo mismo con el anillo de Gilbert-
Ministro: Gilbert Blythe, ¿Aceptas a Laura DeWitt Bukater como tu esposa, para amarla, respetarla y cuidarla, para serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separé?
Gilbert: Acepto. -Y una gran sonrisa apareció en su rostro-
Ministro: Laura DeWitt Bukater, ¿Aceptas a Gilbert Blythe como tu esposo, para amarlo, respetarlo y cuidarlo, para serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separé?
Laura: Si, acepto.
Ministro: Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Yo los declaro marido y mujer. Ya puedes besar a la novia, Gilbert.

Gilbert envolvió suavemente mi cintura en sus brazos y yo coloqué mis manos sobre su pecho para poder hundirnos en un romántico beso mientras escuchábamos los aplausos de las personas presentes. Al salir de la iglesia todos nos felicitaban y un fotógrafo de un periódico solicitó algunas fotos que obviamente no le negamos. Al terminar, Gilbert y yo subimos al carruaje que nos llevaría directo a mi casa para la fiesta de nuestra boda, él en todo el camino no soltó mi mano.

Gilbert: Cómo se siente, señora Blythe?
Laura: Mejor que nunca, señor Blythe.
Gilbert: Siempre me imaginé este momento y no pudo ser más perfecto.
Laura: Estoy de acuerdo contigo.
Gilbert: No sé si ya te lo dije, pero te ves preciosa, linda.
Laura: Ya me lo has dicho varias veces, Gilbert.
Gilbert: Pues lo seguiré diciendo por el resto de mis días.

Al llegar a la casa, ya todos los invitados estaban ahí, al llegar muchas personas que no habían asistido a la ceremonia religiosa se acercaron para felicitarnos y darnos sus mejores deseos. La fiesta transcurrió muy tranquila, entre bailes, cena, brindis y muchas cosas más. Gilbert y yo nos encontrábamos descansando un poco cuando mi tío se acercó a nosotros.

Jack: Chicos, quiero decirles que Emily es espectacular!
Gilbert: Quién es Emily?
Laura: Si, quién es Emily?
Jack: Solo sé que es hija de unos socios de tu padre y que es lo más hermoso que he visto en esta vida. -Dijo antes de irse con una mujer alta y castaña, muy hermosa por cierto.
Laura: Tal vez bebió demasiado.

La fiesta siguió hasta que llegó la hora de irnos a nuestra luna de miel, el barco zarpaba esa misma noche, entonces subí a cambiarme por algo más cómodo, Anne y Diana me ayudaron por supuesto. Y al terminar se despidieron de mí.

Diana: Vamos a extrañarte, disfruta tu luna de miel. Les deseo la mayor felicidad posible a ti y a Gilbert.
Laura: Gracias, Diana, gracias por todo. Te quiero.
Diana: No es nada. Yo también te quiero.
Anne: Adiós, Laura. Mucha suerte.
Laura: Gracias, Anne. -La abracé-
Anne: Hazlo feliz, si? -Habló lo suficientemente bajo para que solo yo la escuchara-
Laura: Lo haré, Anne.

Bajamos a la sala de estar y Gilbert ya me esperaba junto con mi padre y mi tío, además, Emily estaba ahí. Mi tío comenzó a despedirse de nosotros en lo que mi padre subía las maletas en el automóvil, ya que él nos llevaría hasta el muelle.

Jack: Sobrina y nuevo sobrino, les presento a Emily.
Laura: Hola, Emily. Es un placer.
Emily: El placer es todo mío. Tu boda fue hermosa.
Laura: Muchas gracias.
Gilbert: Mucho gusto, Emily.
Emily: Igualmente.
Jack: Bien, volveremos a la fiesta. Laura disfruta mucho tu luna de miel y espero que hayas dormido bien anoche, porque no dormirás en unas cuantas noches. -Dijo haciendo que me sonrojara- Gilbert, por favor cuídala mucho.
Gilbert: Siempre.

Salimos de la casa y mi papá ya nos esperaba, subimos al auto y partimos directo al muelle. Al llegar, Gilbert le pagó a un joven para que subiera las maletas y mi papá se acercó para despedirse.

George: Bien, yo hasta aquí llegué, me gustaría ir hasta Italia, pero no creo que mi hija me deje.
Laura: Papá!
George: Es broma. -Se acercó para abrazarme- Te amo, princesa. Cualquier cosa no dudes en avisarme.
Laura: Lo haré, papá. También te amo.
George: Gilbert, ya te advertí.
Laura: Papá! -Lo volví a regañar-
George: De acuerdo, no diré nada. Por favor cuida a mi hija, Gilbert. No olvides que es mi tesoro.
Gilbert: Lo haré, señor. Le aseguro que su hija está en buenas manos.
George: Lo sé, hijo. Suban ya o los dejará el barco.

Gilbert y yo subimos y nos despedimos desde lejos por última vez de mi papá. El barco zarpó y lo vimos subirse al auto y conducir directo a casa. Él y yo nos fuimos directamente a nuestro cuarto y admito que estaba un poco nerviosa, pero al entrar en este, Gilbert me sorprendió.

Gilbert: Vamos a dormir y antes de que digas algo, te aviso que no haremos nada, al menos mientras estamos a bordo de este barco... conozco la poca privacidad que se tiene en estos lugares.
Laura: Casi olvido que trabajaste en uno.
Gilbert: Y agradezco que lo haya hecho o no sabría nada de esto.

Entre al pequeño baño para ponerme la pijama y cuando salí me recosté en la cama mientras mi ahora esposo también se ponía su pijama. Al salir, se recostó en el lado vacío de la cama y apagó la pequeña vela que iluminaba el cuarto, de pronto, sentí sus brazos rodear mi cintura y hablarme al oído.

Gilbert: Pero lo que si puedo hacer es abrazarla, señora Blythe.
Laura: Espere tanto tiempo para poder estar así contigo.
Gilbert: Te amo, linda. Descansa.
Laura: Hasta mañana. Yo también te amo.

Y me quedé dormida en los brazos de mi esposo, y definitivamente no podría estar mejor que ahora mismo.

~Always Been You~ [Gilbert Blythe]Where stories live. Discover now