XXII

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La boda de Diana había llegado más rápido de lo que pensamos y todos estábamos muy emocionados por este día.
Me encontraba con Diana ayudándola con lo que podía, pues ella no me dejaba hacer demasiadas cosas, estábamos en mi habitación y mientras ella se vestía, yo me preparaba para ayudarla con el peinado. Para la boda, me costó mucho escoger un vestido, pero al final, decidí usar un vestido verde opaco que dejaba a la vista mi vientre un poco más abultado que la última vez. Revisaba que mi cabello se encontrara en orden, cuando Diana, salió e inmediatamente se sentó en la silla frente a mí para que comenzara con mi tarea.

Diana: No puedo creer que en unas horas estaré casada.
Laura: Pues créelo, querida, ya es una realidad.
Diana: Estoy muy nerviosa.
Laura: Lo sé, te entiendo, pero, recuerda que es el día más feliz de tu vida y nada tiene porque arruinarlo.
Diana: Gracias por estar conmigo.
Laura: No es nada, Diana. Aunque me gustaría que me dejaras ayudarte mucho más en este día.
Diana: Tengo que cuidarte y a tu bebé, yo solo necesito que estés conmigo... Además, el peinado es parte fundamental para este día.
Laura: En eso tienes razón y créeme que te verás preciosa.
Diana: Muchas gracias, querida.
Laura: Por nada. Oye, que raro que Anne no haya llegado? Se habrá quedado dormida?
Diana: No le pedí a Anne que me ayudara a prepararme, Laura.
Laura: Pero por qué?
Diana: No creo que ella esté muy bien con el tema de tu embarazo, por lo que sé, le ha afectado mucho y siento que no ha superado del todo a Gilbert.
Laura: Ay Diana, enserio me siento mal por Anne.
Diana: Pues no deberías... Gilbert y tú son muy felices y eso es lo que importa.

Seguí con el peinado de Diana hasta que lo terminé y le coloqué el hermoso velo que usaría ese día y ella al verse en el espejo, casi llora de la emoción.

Diana: Es perfecto!
Laura: Si te gustó?
Diana: Me encanto, no puedo creer que esta soy yo.
Laura: Lo eres, Diana! Solo que ahora estás vestida de novia, porque la belleza siempre la has tenido.
Diana: Enserio no puedo esperar a llegar a la iglesia.
Laura: Pues no tienes que esperar mucho, porque ya es hora de irnos.
Diana: Y Gilbert?
Laura: Nos esperará en la iglesia, le avisé que yo te acompañaría en el carruaje.
Diana: De acuerdo, vamos.

Diana y yo salimos de la casa y subimos al carruaje para ir directo a la iglesia. En el camino, Diana estaba nerviosa, pero se controlaba contándome como desde pequeña había soñado con este día y que estaba muy feliz de que por fin había llegado. El carruaje se detuvo en las puertas de la iglesia, y vi a Gilbert y al padre de Diana acercarse a este para ayudarnos a bajar.

Gilbert: Hola, linda.
Laura: Hola, cariño.
Gilbert: Ay por Dios, mírate!
Laura: Qué pasa? Me veo mal?
Gilbert: Te ves hermosa.
Laura: Me asustas, Gilbert! Pero, gracias.
Gilbert: Vamos adentro, todos ya están ahí.
Laura: De acuerdo, solo espera. -Me acerqué a Diana y la abracé- Suerte, amiga.
Diana: Gracias por todo.

Regresé con Gilbert y me abracé a su brazo, para después entrar en la iglesia. Nos sentamos junto a mi papá y con él estaban mi tío, Emily y Sebastián con Delphine, los saludé a todos y cuando terminé, la música comenzó a sonar para indicarnos que la novia iba a entrar, me dediqué a observar, durante toda la ceremonia, la cara de felicidad de mi amiga y de vez en cuando, veía a mi esposo y le sonreía, él por supuesto que me devolvía la sonrisa. Cuando la ceremonia terminó, Diana y Fred se besaron para sellar su unión y después salieron de la iglesia para ir directo a la casa de ella, pues darían una pequeña fiesta a la que todos estábamos invitados.
Cuando llegamos a la casa de Diana, yo me acerqué inmediatamente a ella, para felicitarla y también a Fred y después de que también recibieron las felicitaciones de mi familia, todos fuimos a sentarnos, para que los novios recibieran a los demás invitados.

George: Te has sentido bien, hija?
Laura: Si, papá, solo algunos síntomas, pero nada grave.
Gilbert: En esos síntomas, va incluido el dormir y llorar mucho.
Jack: Tu madre también lloraba mucho. -Habló mi tío- Un día lloró porque no encontramos una sandía para que comiera, verdad, George?
George: Es verdad!
Gilbert: Laura, también tiene muchos antojos. El otro día me despertó para cocinar pancakes.
Laura: Es que tenía demasiado antojo de pancakes.
Jack: Esperemos que para mí boda no tengas tantos antojos o acabarás con la comida.
Emily: Jack!
Jack: Es broma, sobrina.
Emily: Claro que es broma! Discúlpalo, Laura.
Laura: No te preocupes, Emily, sé cómo es mi tío.
Emily: Pero si te ves hermosa! -Puso su mano en mi vientre abultado- De cuánto estás? Este bebé ha crecido mucho desde la última vez que te vi.
Laura: Tengo 4 meses.
Emily: Que maravilla!

Emily y yo seguimos hablando mientras los hombres hablaban entre ellos. En algún momento de la noche, mi tío se llevó a Emily a bailar y Gilbert también me invitó a hacerlo, después de un rato, decidimos volver a sentarnos, pero, Diana nos alcanzó.

Diana: Se están divirtiendo?
Laura: Claro que si!
Diana: Anne ya llegó, dice que tiene algo...

Dejé de prestar atención a Diana, cuando miré detrás de ella y vi a Lucy, la asistente de Gilbert, vestía un vestido rojo opaco y se veía perfectamente bien, ella nos miró y comenzó a acercarse.

Laura: Qué hace ella aquí?
Diana: Quién? -Volteó a ver a la dirección en que yo veía- Qué hace ella aquí?! Fred! Tú la invitaste?!
Fred: Claro que no, cariño! Al parecer tus padres conocen a los suyos.
Lucy: Hola! Hablaban de mí?
Diana: Claro que no!
Lucy: Diana, Fred, muchas felicidades!
Fred: Gracias. Cariño, por qué no vamos a buscar un poco de agua?
Diana: No, yo no... -No terminó de hablar porque Fred se la llevó-
Lucy: Doctor Blythe! Que gusto me da verlo.
Gilbert: Igualmente, Lucy. No había tenido el placer de presentarte a mi esposa, la señora Laura Blythe.
Lucy: Ya tuve el placer de conocerla, hace unos días.
Laura: Mucho gusto, Lucy.
Lucy: Y muchas felicidades por el bebé.

Ella acercó su mano a mi vientre, pero yo lo acune entre mis manos y retrocedí un poco, ella solo sonrió y alejó su mano.

Gilbert: Bueno, nosotros tenemos que ir, mi esposa quiere sentarse.
Lucy: Oh claro. Tal vez me conceda la próxima pieza, doctor.
Laura: Disculpa?
Gilbert: Lucy, no quiero sonar grosero, pero es muy inapropiado que me pidas que baile contigo cuando tú sabes perfectamente que estoy casado, además mi esposa está aquí... y yo solo bailo con ella.
Lucy: Claro, entonces nos vemos.

Ella se fue y nosotros volvimos a sentarnos, pero en el resto de la noche, no podía parar de observar la forma en la que Lucy miraba a mi esposo, él se dió cuenta, así que decidimos que lo mejor sería retirarnos y así lo hicimos.

~Always Been You~ [Gilbert Blythe]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora