XLVIII

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~40 años después~

ºNarra Lauraº
Veía toda la habitación a mi alrededor recordando todo lo que había pasado en mi vida, mis 3 hijos estaban felizmente casados, todos habían hecho una vida espectacular y ya era abuela de 4 adorables nietos, le agradecía a la vida el haberme permitido verlos llegar muy lejos y también verlos ser felices. Luego de la boda de John, mi tío enfermo, su muerte nos afectó mucho a todos, extrañaba escuchar sus chistes y sus anécdotas, pero sabía que él se encontraba en un lugar mejor. Emily murió unos años después y estaba segura de que no pudo soportar estar sin mi tío, así que simplemente se dejó ir. Gilbert, nunca me dejó sola, siempre estuvo a mi lado como un día me lo prometió, él cumplió su sueño de vida, fue un gran médico y estoy segura de que será recordado por todos, pero por ahora había preferido retirarse, pues ya estaba muy cansado y estos últimos años, decidimos pasarlos todo el tiempo juntos, pero, me entristece el saber que yo no podré cumplir mi promesa de estar siempre a su lado, pues a mis 83 años mi cuerpo se encontraba ya muy cansado, y sentía que podría dejarlo en cualquier momento. Gilbert siempre estaba cuidándome, pero por más que intentara retrasar el momento, pronto tendría que separarme de él.
Unos golpes en la puerta me distrajeron de mis pensamientos, giré mi cabeza para ver a mi esposo entrar a la habitación.

Gilbert: Te traje un vaso de agua. -Me miró- Qué pasa?
Laura: Puedes traer a nuestros hijos? Quiero verlos.
Gilbert: Claro, iré por ellos.
Laura: Solo llámales por teléfono.
Gilbert: Es cierto, a veces olvido que tenemos uno.

Ese último comentario me hizo reír y solo vi como él salía de la habitación, después de eso mis ojos comenzaron a cerrarse.
Desperté por unas caricias en mi pelo, y vi que mis hijos ya estaban a mi lado.

George: Cómo te sientes, mamá?
Laura: Estoy bien, algo cansada.
John: Segura que estás bien?
Laura: Claro, cariño.
Amal: Papá dijo que le pediste que viniéramos, no teníamos pensado venir hasta mañana.
Laura: Es que... quiero un abrazo de mis hijos.

Los tres se acercaron a abrazarme y estuvimos así un tiempo, escuché como ellos empezaron a sollozar y me separé de ellos.

Laura: Por qué lloran?
Amal: Por nada, mamá. Es que...
George: Nos alegra que estés aquí con nosotros.
Laura: Y dónde están mis nietos?
John: Abajo con papá.
Laura: Pueden traerlos?
George: Si, claro.
Laura: George, puedo hablar contigo.
Amal: Nosotros iremos por los niños. -John y Amal salieron del cuarto-
George: Qué pasa, mamá?
Laura: Tú hermano decidió irse por el camino de la medicina, y tu hermana optó por el camino de la moda, así que, solo quiero decirte que las empresas son tuyas, cariño.
George: Mamá, yo...
Laura: Quién mejor que tú? Eres mejor que tú abuelo en los negocios y más inteligente que yo, estoy segura de que el negocio de la familia estará bien contigo.
George: Gracias, mamá. Te haré sentir orgullosa.
Laura: Ya lo estoy, pequeño.

Después de eso, todos mis nietos entraron a saludarme, hablé por mucho tiempo con ellos, hasta que el sueño les ganó y se fueron a dormir, entonces, Gilbert entró a la habitación.

Gilbert: Cómo estás?
Laura: Muy cansada, cariño.
Gilbert: Te entiendo, linda, yo también estoy cansado.
Laura: No, Gilbert... este no es un cansancio por mi edad.
Gilbert: Cariño...
Laura: Recuerdas cuando nos conocimos?
Gilbert: Como olvidarlo, estabas hermosa ese día y tantos años después sigues hermosa.
Laura: Tú también estabas muy guapo, cariño. Sabes? Veo todo lo que hemos logrado juntos y recuerdo todo lo que tuvimos que pasar... Louis, Winnie, Lucy, la universidad... demasiadas situaciones y personas eh.
Gilbert: Si, no sé que hubiera hecho si te hubieras casado con Louis.
Laura: Era un idiota.
Gilbert: Si, pero casi te casas con él.
Laura: Pero no lo hice, y tú casi te casas con Winifred.
Gilbert: Yo nunca le di un anillo, y recuerdo bien haber visto las fotos de alguien en el periódico.
Laura: Agh esas fotos.
Gilbert: Pero nada de eso pudo separarnos.
Laura: Pero ahora si hay algo que puede separarnos.
Gilbert: No digas eso, linda... vas a estar bien.
Laura: No lo creo, Gilbert... Pero está bien, tuve una vida fantástica, un esposo que me amó y yo amé y 3 hijos maravillosos... y ahora 4 nietos.
Gilbert: Pero yo te necesito aún.
Laura: Pero tienes a nuestros hijos, estarás bien y ellos también.
Gilbert: Hace unos años dijiste que me dejarías ir primero.
Laura: Lo sé, cielo... creo que es otra promesa que no voy a poder cumplir.
Gilbert: Cómo podré vivir sin ti, linda?
Laura: Yo tampoco creo poder vivir sin ti, pero un día tú me dijiste algo.
Gilbert: Me recuerdas que fue.
Laura: Dijiste que siempre ibas a encontrar la manera estar conmigo en esta y mil vidas, y que solo tendría que esperar por ti.
Gilbert: Si, linda... no importa cuantas veces me aleje la vida de ti, yo siempre voy a encontrarte.
Laura: Me lo prometes?
Gilbert: Te lo prometo.
Laura: Bien... Ahora, podrías venir a acostarte a mi lado? Te necesito conmigo.
Gilbert: Claro. -Él se recostó a mi lado y me abrazó- Tú prometes esperarme?
Laura: Lo haré, cariño. -Tomó mi mano y depositó un beso en ella- Y te aseguro que estaré dispuesta a amarte como siempre lo he hecho.
Gilbert: Gracias por todo, linda.
Laura: Gracias a ti también.
Gilbert: Te amo, linda.
Laura: Yo también te amo, Gilbert Blythe.

Me abracé más a él y mis ojos comenzaron a pesar, poco a poco sentía mi respiración más pesada y en un momento todo se tornó negro y yo ya no sentí nada.

ºNarra Gilbertº
Me quedé dormido al lado de Laura, y luego de unas horas desperté, me moví un poco para poder levantarme, pero noté que el brazo de mi esposa ya no me abrazaba, la miré y ella estaba acostada, pero ya no respiraba, su cara estaba pálida, pero su rostro reflejaba mucha tranquilidad, la abracé lo más fuerte que pude y lloré como nunca lo había hecho en la vida, me separé para dejar un beso en su frente y volví a abrazarla.

Gilbert: Solo espera por mí, si? Te voy a encontrar, linda.

[...]

Después de la muerte de Laura, la vida de su familia cambió por completo, todos intentaban sobrellevar su ausencia día a día, pero era muy difícil estar sin ella. Gilbert, cumplió su promesa y estuvo con sus hijos lo más que pudo, pero, a tan solo 10 meses del fallecimiento de Laura, él murió en su habitación abrazando una foto de su esposa, terminando así su historia de amor, pero cumpliendo la promesa que algún día le hizo.

[...]

~Always Been You~ [Gilbert Blythe]Where stories live. Discover now