II

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Al día siguiente todos nos preparamos para partir hacia Avonlea, dejamos instrucciones a las personas de servicio de cubrir los muebles y cerrar la casa, ya que no la usaríamos en un largo tiempo. Después de que el barco zarpó y de acomodar todas nuestras cosas en las habitaciones me decidí a recorrer un poco el barco con Gilbert. Estuvimos caminando y riendo, él me contaba sus anécdotas de la universidad y yo le contaba las mías, era magnífico saber que no estaríamos tanto tiempo separados de nuevo.

Gilbert: Es increíble poder conocer completamente el cuerpo humano, había tantas cosas que desconocía y te conté que pude abrir un cuerpo?
Laura: Okay, basta ya, si me cuentas eso te aseguro que vomitaré.
Gilbert: De acuerdo, no lo haré. -Dijo riendo un poco-
Laura: Cómo están Sebastián y la pequeña Delphine? Supongo que ya no tan pequeña o no?
Gilbert: Bash está bien al igual que Delphine, cada día crece más. Además te extraña mucho.
Laura: Yo también la extraño, bueno... extraño Avonlea en general, no es lo mismo vivir ahí que visitarla solo dos veces al año.
Gilbert: Te aseguro que nos hará bien volver.
Laura: Aún no puedo creer que ya estemos graduados.
Gilbert: Si, parece que fue ayer cuando vi tus fotografías del compromiso con el "gran vizconde de Cranbrook" -Figuró las comillas con sus dedos haciéndome reír-
Laura: Pues yo no fui la única, porque te recuerdo muy bien paseándote con Winifred colgada de tu brazo por toda la feria del condado.
Gilbert: Bien, admito que intenté ponerte un poco celosa esa vez, pero no volteaste a verme nunca.
Laura: Los veía de reojo.
Gilbert: Entonces logré mi cometido?
Laura: Lo lograste, Gilbert. Estaba muriendo de celos ese día.
Gilbert: Y míranos ahora, después de cuatro años aún seguimos juntos y planeamos estarlo para toda la vida.

Estaba un poco confundida, Gilbert y yo aún no habíamos hablado sobre una boda, claro que quería casarme, pero él aún no lo pedía. Los días en el barco pasaron muy rápido y en menos tiempo del que esperaba ya estábamos en el muelle de Charlottetown, bajando del barco y mi papá me sorprendió con algo que no esperaba.

George: Sorpresa! -Dijo señalando un automóvil estacionado-
Jack: El carruaje pasó de moda, lo nuevo son los automóviles!
Laura: Por qué creo que esta fue una idea de mi tío?
Jack: Cómo lo sabes? Yo le sugerí a George que lo comprara.
George: Creí que sería difícil manejarlo, pero es muy fácil, así que andando.

Subimos al nuevo automóvil, era muy extraño, toda mi vida me había transportado en carruaje y de pronto ya estoy en un automóvil, los había visto en Inglaterra y no me sorprendió para nada, con la llegada del nuevo siglo todo comenzaría a cambiar, lo que me sorprendía era que mi padre accediera a usar uno. Deje de preocuparme y disfrute el viaje hasta la casa, al llegar todo era igual que le última vez que vine, todos entramos y yo fui directo a mi habitación, Gilbert entró luego de mí y se sentó en el pequeño sillón que estaba frente a mi cama, yo me recosté en esta y él solo sonreía viéndome.

Laura: Tengo algo en la cara?
Gilbert: Solo admiro lo hermosa que eres.
Laura: Basta! O harás que me sonroje.
Gilbert: Eres linda cuando te sonrojas.
Laura: Gilbert!
Gilbert: De acuerdo, dejaré de verte.
Laura: Qué te parece ir a visitar a Sebastián?
Gilbert: No estás muy cansada por el viaje?
Laura: No.
Gilbert: De acuerdo, pero antes podrías acompañarme a un lugar? Quiero enseñarte algo.
Laura: Claro! Vamos.

Los dos bajamos las escaleras, le avisé a mi papá que iría con Bash y salimos de la casa. Íbamos tomados de la mano por el camino que tomábamos cuando íbamos a la escuela. Nos detuvimos en medio del bosque y Gilbert me miró.

Laura: Qué hacemos aquí?
Gilbert: Cariño, te traje aquí porque aquí comenzó todo.
Laura: Todo?
Gilbert: Si, aquí fue cuando encontré a una linda joven caminando hacia la escuela y la acompañé, aquí fue donde me acerqué a ti por primera vez.
Laura: Oh, Gilbert, que lindo eres.
Gilbert: Y también te traje aquí porque hace cuatro años te hice una promesa que estoy dispuesto a cumplir. -Tomó mis manos y dejo un beso en cada una de estas- Te prometí que te haría feliz el resto de mis días.
Laura: Gilbert...
Gilbert: Solo quiero que sepas que te amo, te amo tanto, linda. -Se puso de rodillas y de su bolsillo sacó un hermoso anillo- Mary un día me dijo que quería que me casara con alguien que amo... y le haré caso. Este anillo no es mucho en verdad... era de mi madre y ahora estoy seguro de que encontré a la persona que se lo daré para que le pertenezca para siempre... linda... Me harías el honor de compartir el resto de tus días conmigo?... Quieres casarte conmigo?
Laura: Gilbert... cariño...
Gilbert: Me adelanté? Tal vez tú aún no estás lista...
Laura: Si quiero, mi amor... claro que quiero estar contigo para toda la vida.

Él sonrió, me puso el anillo y se levantó para darme un beso al cual correspondí con mucho gusto.

Gilbert: Te amo tanto.
Laura: Yo te amo más... mucho más.

Después de unos cuantos besos y abrazos más, comenzamos a caminar con rumbo a la casa de Gilbert, al llegar nos abrió Sebastián y al verme se sorprendió un poco, pero luego sonrió.

Sebastián: Reconocería esa sonrisa en cualquier lugar. -Me abrazó- Mírate, Laura... estás preciosa. Te extrañamos tanto.
Laura: Sebastián, yo también los extrañé.
Sebastián: Pasen, no se queden ahí parados.

Pasamos y nos sentamos en la sala de estar. Sebastián llamó a Delphine y llegó hasta nosotros una niña muy linda igual a Mary.

Delphine: Tía Laura! -Habló con ese acento de niño pequeño-
Laura: Hola, mi niña. Que grande estás, te extrañé demasiado.
Delphine: Yo también te extrañé.

Estuvimos jugando un largo tiempo con Delphine hasta que se cansó y decidió tomar una pequeña siesta. Sebastián, nos ofreció una taza de té y aceptamos.

Sebastián: Por cierto, felicidades por tu matrícula de honor, Laura.
Laura: Gracias, Bash.
Sebastián: Lamentó no haber ido a tu graduación.
Laura: No te preocupes, sé que Delphine estuvo enferma.
Sebastián: Si, tuvo un resfriado, nada grave.
Gilbert: Yo lamentó no haber estado aquí para atenderla.
Sebastián: Oye! Tenías que estar con tu novia.
Laura: Bueno, eso ya pasó, Delphine ahora está mucho mejor.
Gilbert: Tienes razón, linda.
Sebastián: Laura... y ese anillo? Es muy lindo.
Laura: Gilbert me lo dió. -Dije muy sonrojada-
Sebastián: Puedo saber porque se lo diste, Blythe?
Gilbert: No, no puedes.
Laura: Gilbert!
Gilbert: De acuerdo. Bash... espero que seas mi padrino de bodas.
Sebastián: Dios mío! Si! Claro que si! Muchas felicidades a los dos! -Se levantó para abrazarnos-
Laura: Gracias!
Sebastián: Yo siempre supe que terminarían juntos.

Estuvimos hablando un momento más hasta que llegó la hora de irme a casa, Gilbert me acompañaría y en la cena hablaría con mi papá. Antes de llegar a mi casa él estaba muy nervioso.

Laura: Tranquilo. Todo saldrá bien.
Gilbert: Estoy muy nervioso... tal vez tu papá me asesine.
Laura: Querido, él te quiere. Además, no es la primera vez que pasamos por esto.
Gilbert: Excepto que la vez anterior no llegué.
Laura: Y ahora vengo contigo para asegurarme que esta vez si llegues.

Entramos a mi casa y mi padre ya estaba en el comedor con mi tío, ellos invitaron a Gilbert a cenar como lo habíamos planeado y él accedió. Cuando terminamos de cenar, Gilbert habló.

Gilbert: Señor George... y Jack... tengo que hablar con ustedes...

~Always Been You~ [Gilbert Blythe]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora