XI

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Cuando me levanté a la mañana siguiente, Gilbert no estaba a mi lado, en su lugar, solo había una nota con una flor, tomé la nota y la leí.

Te veías tan linda durmiendo que no quise despertarte. Fui a trabajar, recuerda que mandaré a las personas que nos ayudarán en la casa. Nos vemos en la noche, linda. Te amo.
Gilbert.

Sonreí por lo escrito en la nota y decidí levantarme para arreglar un poco la habitación. Al terminar, me puse unos pantalones y los combiné con una camisa de Gilbert para bajar a prepararme un desayuno. Al terminar subí para desempacar mi maleta y me di cuenta que la mayor parte de mi ropa ya estaba en el vestidor, solo acomodé la ropa que compré en mi luna de miel, y el resto, tanto la mía como la de Gilbert, la bajé a la lavandería. Mi papá había puesto una lavadora en la casa, no sabía como usarla, pero después aprendería, tenía que adaptarme a todos los cambios que estaban llegando con la entrada del nuevo siglo. En la tarde, llegaron las personas que Gilbert mandó, todas me parecieron excelentes personas, eran 5 en total, las señoras Grace y Olivia se encargarían de la cocina y tenía un gran experiencia en esta misma y Lily, Sophie y Amy se encargarían de la limpieza. Estas últimas me sorprendieron, ya que solo eran un poco más jóvenes que yo, sus edades rondaban entre los 15 y 17 años de edad, al platicar con ellas, todas coincidían en que venían de familias muy numerosas y de bajos recursos, así que tenían que trabajar para apoyar económicamente a sus familias. Después de acordar sus sueldos y sus días de descanso, todas se pusieron a trabajar. En la comida estuve hablando con las señoras Grace y Olivia, me contaron un poco más de sus vidas y me hablaron de unas recetas de comida que después me ayudarían a preparar. Luego estuve tratando de ayudar a las jóvenes en sus tareas, ellas me hacían preguntas sobre mi, mi vida y sobre mi esposo también, me dijeron que solo tuvieron el gusto de verlo unos instantes y que el doctor Ward las había recomendado para el trabajo. Les conteste todas sus preguntas mientras seguíamos con las tareas. Al terminar, decidí darme una larga ducha, para después bajar al comedor y esperar a mi esposo. Exactamente, él llegó a las 8:00 en punto de la noche, me saludó con un tierno beso y le ayudé a quitarse el saco de su traje y su corbata, para después sentarnos en el comedor y esperar la cena. Cenamos tranquilamente y hablamos sobre las mujeres que llegaron a trabajar. Al terminar las reunimos a todas en la sala de estar.

Laura: Bueno, solo quería presentarles más formalmente a mi esposo, el señor Gilbert Blythe. Cariño, las señoras Grace y Olivia nos ayudarán en la cocina.
Gilbert: Señora Grace, es un gusto. -Le dió la mano y ella la tomó-
Grace: Igualmente, señor Blythe.
Gilbert: Señora Olivia, también es un gusto. -Repitió la misma acción-
Olivia: El placer es todo mío.
Laura: Y ellas son Lily, Sophie y Amy. Ellas estarán a cargo de la limpieza.
Gilbert: Es un gusto. -Las saludó a las tres y ellas le respondieron con una sonrisa- Bien, entonces ahora que ya las conozco a todas, si gustan pueden irse a descansar.
Laura: Aún no les muestro donde se van a quedar, cariño.
Gilbert: Entonces vamos.

Salimos de la sala de estar y nos dirigimos a la cocina, ahí había una puerta que conectaba con algo parecido a una casa pequeña, eran las habitaciones de servicio. Después de que cada una eligiera su habitación, les dijimos que si llegaran a necesitar algo podrían decirnos y luego nos retiramos para volver a la sala de estar y descansar un poco.

Laura: Qué tal estuvo tú día?
Gilbert: Muy bien, solo tuve algunos pacientes.
Laura: Me dijo Lily que el doctor Ward las recomendó.
Gilbert: Si, así es, le comenté que necesitábamos personal de servicio y él me dijo que conocía a algunas personas que seguramente les interesaría.
Laura: Fue fácil conseguirlas, creí que tardaríamos al menos una semana en encontrar.
Gilbert: Pues ya viste que no, tu esposo todo lo puede.
Laura: Ah si?
Gilbert: Claro.
Laura: Entonces me alegro de tener un esposo tan eficiente. Por cierto, mañana iré a visitar a Diana, y Anne nos acompañará a tomar el té.
Gilbert: Está bien, linda. Solo ve con cuidado.
Laura: Claro, regresaré temprano, antes de que tú regreses.
Gilbert: Excelente. Quieres ir a dormir? Estoy muy cansado.
Laura: Si, vamos.

Subimos tomados de la mano a la recámara. Al llegar, Gilbert, decidió que se daría un baño primero, así que preparo la ducha y mientras él se aseaba, yo me puse la pijama y me dispuse a leer un libro. Cuando menos me di cuenta, Gilbert, había terminado y se había recostado a mi lado.

Gilbert: Por cierto, te veías muy linda con mi camisa.
Laura: La tomé prestada, espero que no te moleste, cariño.
Gilbert: Para nada. Ya te dije que amo como se te ven los pantalones?
Laura: Creo que no.
Gilbert: Pues amo como se te ven los pantalones.
Laura: Muchas gracias, cariño.
Gilbert: Por nada, linda. Puedes apagar la luz? -Apagué la pequeña lámpara que se encontraba de mi lado y deje el libro encima de la pequeña mesa- Gracias.
Laura: Por nada. -Gilbert me abrazó y me recosté en su pecho- Ya te dije hoy que te amo?
Gilbert: Ahora que me lo recuerdas... no me lo has dicho.
Laura: Pues te amo, te amo demasiado.
Gilbert: Yo también te amo, linda.

Y con esas palabras, los dos nos quedamos profundamente dormidos, abrazándonos el uno al otro.

~Always Been You~ [Gilbert Blythe]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora