XXIII

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Un ladrido me hizo despertar, abrí mis ojos con pesadez y me encontré a Bailey sentada en la cama, le dediqué una sonrisa, me giré para despertar a Gilbert y me llevé una sorpresa al ver que él no se encontraba ahí, me levanté lo más rápido que pude y bajé hacia la cocina, seguida por Bailey. Al llegar, Grace y Olivia se encontraban cocinando y al verme, ambas me dedicaron una sonrisa.

Olivia: Buen día, señora.
Laura: Buen día. Saben dónde está Gilbert?
Olivia: Él se fue hace algunas horas.
Laura: Algunas horas? Qué hora es?
Grace: Aún no son las 2 de la tarde.
Laura: Las 2?! Dormí tanto?!
Olivia: El señor nos dijo que era normal en su estado y que no la despertáramos.
Laura: Está bien.

Luego de unos minutos, la comida estuvo lista y les pedí a Grace y Olivia, que comieran conmigo, pues no quería comer sola.

Olivia: Ese bebé crece rápido o no, señora?
Laura: Así es, siento que un día de estos explotaré.
Grace: Aún le falta mucho
Laura: Enserio?
Olivia: Créame, señora, su vientre crecerá mucho más.
Laura: Usted estuvo alguna vez embarazada?
Olivia: Oh no, yo no, pero mi hermana si. -Me dió una sonrisa algo decaída-
Laura: Hace cuánto?
Olivia: Hace mucho tiempo, por eso sé mucho de este tema.
Laura: De verdad?
Olivia: Así es, los 5 embarazos de mi hermana me dejaron muchas enseñanzas.
Laura: 5 embarazos!
Olivia: Si, señora.

Seguimos hablando el resto de la comida y cuando terminamos quise ayudarles a limpiar la cocina, pero ellas no me dejaron, así que, salí al jardín con Bailey para tomar aire fresco y que ella corriera un poco. Estuve en el jardín hasta que se oscureció y la voz de Gilbert me hizo entrar en la casa.

Gilbert: Aquí estás! Pensé que aún estabas durmiendo. -Dijo riendo-
Laura: Que gracioso.
Gilbert: Dónde está Bailey? -Cuando lo dijo, Bailey entró a la sala de estar- Oh ahí está mi pequeña. Tú puedes decirme por qué tu mami no está de buenas?
Laura: Estoy perfectamente bien, Gilbert.
Gilbert: De acuerdo, Linda. Te parece si vamos a dormir? Vengo muy cansado. -Me abrazó por la cintura-
Laura: Está bien, solo porque tengo demasiado sueño.

Él y yo subimos hasta nuestra habitación seguidos por Bailey y cuando llegamos, nos pusimos nuestras pijamas y después nos acostamos.

Gilbert: Buenas noches, linda.
Laura: Buenas noches, amor.
Gilbert: Ya no estás enojada?
Laura: Duerme ya.

Me di la vuelta y él pasó su brazo por mi cintura y abrazó mi vientre abultado y en unos minutos caí profundamente dormida.
No sabía cuánto había dormido, pero me levanté por un terrible antojo que no me dejaba seguir durmiendo. El cielo estaba aún oscuro, así que, supuse que aún era de noche... o madrugada más bien. Gilbert, dormía a mi lado, su respiración era tranquila y por un momento pensé en no despertarlo, pero necesitaba mi antojo.

Laura: Gilbert. -Lo moví un poco- Cariño, despierta. -Él seguía sin despertar- Gilbert, mi vida, puedes levantarte. -Ví como abrió lentamente sus ojos-
Gilbert: Ah qué? Qué pasa, linda? Tienes algún malestar? Te duele algo?
Laura: No, cariño, estoy bien.
Gilbert: Entonces?
Laura: Tengo antojo de algo.
Gilbert: De qué?
Laura: Quiero un mango con sandía y crema Chantilly encima.
Gilbert: Pero... linda, son las... -Miró el reloj en la pared- 2:00 de la mañana... en dónde conseguiré esas cosas? Este mes no encargamos frutas.
Laura: Pero... enserio se me antoja mucho, mi amor... Además, mi papá si encargo fruta. -Él suspiró-
Gilbert: Bien, cariño, iré por la fruta.

Gilbert, se levantó de la cama y comenzó a vestirse con algo de pesadez, cuando terminó se lavó la cara y se acercó a mí.

Gilbert: Enseguida vuelvo, querida.
Laura: Si, cariño, ve con cuidado.

Y salió del cuarto aún con sus pantuflas puestas y yo solo reí.

ºNarra Gilbertº
Salí de la casa, con mucho sueño y flojera y subí al carruaje, no levantaría a Dominic a estas horas solo para llevarme a cumplir un antojo de mi esposa, así que, decidí ir solo, a mitad de camino, me di cuenta que aún llevaba puestas mis pantuflas, pero no me importó, solo quería llegar rápido por la fruta, para poder llevársela a Laura y volver a la cama. Cuando llegué a la casa de mi suegro, bajé del carruaje y toqué la puerta, tuve que tocar varias veces, pues sabía que todos estaban dormidos y unos minutos después, mi suegro abrió la puerta.

George: Gilbert? Qué haces aquí a estas horas de la noche? Mi hija está bien?
Gilbert: Está perfecta, señor... de echo ella me mandó.
George: Por qué?
Gilbert: Tiene antojo de mango con sandía y crema Chantilly encima.
George: Qué? Es enserio?
Gilbert: Creo que ella habló muy enserio, señor.
George: Ah los antojos, yo recuerdo cuando pasé por eso. Pasa adentro, hijo, buscaré el mango y la sandía, tienen la crema en casa?
Gilbert: Creo que no.
George: Que bueno que aquí si la tenemos.

Entré a la casa y seguí a mi suegro hasta la cocina, él empezó a buscar la fruta y cuando encontró todo lo que había pedido, lo puso en una cesta y me lo dió.

Gilbert: Muchas gracias, señor.
George: No es nada, hijo, mándale saludos a mi hija, espero verlos este fin de semana en el cumpleaños de Jack.
Gilbert: Aquí estaremos, señor. Buenas noches, descanse.
George: Igualmente.

Salí de la casa, subí de nuevo al carruaje con las cosas y me fui directo hasta mi casa. Cuando llegué, abrí la puerta despacio, pero me asusté cuando vi a el personal con sartenes y palos listos para golpearme, obviamente todos gritamos asustados.

Olivia: Señor! Qué hacía afuera?
Gilbert: Y ustedes que hacen armadas?
Lily: Creímos que era un ladrón.
Gilbert: Pues no lo soy. Salí por unas cosas que se le antojaron a Laura.

Amy venía bajando las escaleras y cuando me vió fue directo hacia mí.

Amy: Señor, dice la señora que si puede cortar la fruta, ponerle la crema Chantilly encima y que si puede ponerle un poco de gravy que sobro del puré de esta tarde.
Gilbert: Gravy?!
Amy: Si, señor.
Gilbert: De acuerdo.
Olivia: Señor, si gusta, yo puedo cortar la fruta.
Gilbert: Eso sería muy bueno, muchas gracias.

Los demás se fueron a seguir durmiendo y yo seguí a Olivia hasta la cocina, ella cortó rápidamente la fruta y la preparo con la crema y el gravy, solo de ver ese platillo me daban náuseas, le agradecí por ayudarme con la fruta y subí con el plato hasta la habitación, cuando llegué, Laura estaba leyendo un libro y al verme sonrió.

Laura: Que bueno que volviste, querido.
Gilbert: Aquí está lo que pediste, linda.
Laura: Muchas gracias.

Ella tomó el plato y comenzó a comer la fruta y todo lo demás, no había probado ni tres bocados, cuando su cara cambió totalmente.

Laura: Ay no, cariño!
Gilbert: Qué pasa?
Laura: Esto huele asqueroso!
Gilbert: Qué? Pero fue lo que pediste.
Laura: Ay Dios! Llévatelo de aquí antes de que vomite. -Dijo dándome el plato-

Yo tomé el plato y bajé hasta la cocina para dejarlo ahí y de nuevo subí a la habitación, cuando entré, me sorprendí de ver que ya eran las 4:00 de la mañana, solo dormiría 2 horas más, me acosté junto a mi esposa y ella solo sonrió apenada.

Laura: Perdóname, cariño.
Gilbert: No pasa nada.
Laura: Enserio lo siento.
Gilbert: Linda, te entiendo, sé que en el embarazo hay antojos... raros. No te preocupes por mí, yo estoy para darte lo que me pidas.
Laura: Te amo.
Gilbert: Yo más, cariño. Ahora volvamos a dormir.

La abracé y no tarde ni cinco minutos en quedarme profundamente dormido.

~Always Been You~ [Gilbert Blythe]Where stories live. Discover now