|Capítulo 17: Él te está observando|

207 24 41
                                    

-Solo hice algunas preguntas,

ellos no encontraron las respuestas.

Mi mente tampoco, pero

su existencia las necesitaba.

-¿Un taxi? ¿Vamos a tomar un taxi para ir a allanar la morgue de la central de la policía? -preguntó Luís, su voz se alzaba con cada palabra, pero nadie que fuera un simple humano estaba despierto en esa fría madrugada

Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.

-¿Un taxi? ¿Vamos a tomar un taxi para ir a allanar la morgue de la central de la policía? -preguntó Luís, su voz se alzaba con cada palabra, pero nadie que fuera un simple humano estaba despierto en esa fría madrugada.

-¡Shh! -Mikaela estuvo a su lado antes de que pudiera continuar, un brazo le rodeó la cintura y apoyó el dedo contra sus labios-. Calmate que tampoco es para tanto, fue tu idea en primer lugar.

El rubio clavó el talón en el pie del cazador y aprovechó el momento para alejarse varias zancadas. Los tres esperaban alguna cosa en medio de la calle, pero Génesis tenía la sensación de que Luís no sabía manejar bien su nerviosismo. Reaccionar con violencia era algo que la quimera hacía de forma inconsciente cuando deseaba pensar con claridad. Lo mismo había hecho momentos antes al pedirle que un corte de cabello. Las razones que terminaron con las protestas de Mikaela, quién decía apreciar sus rizos, eran el filo de la tijera contra su garganta y el hecho de que necesitaba parecerse a su hermano gemelo.

Su mención los puso incómodos a ambos y el silencio se extendió hasta que los mechones rubio ceniza adornaron el suelo. Génesis tan solo se había dedicado a observar desde la esquina más alejada de la sala, doblada sobre una silla mientras abrazaba sus rodillas, y una expresión ausente cincelaba su rostro grisáceo. Allí observó atenta el porte de Luís, el corte acentuaba más el rastro animal en su cara. El cazador había sido hábil al acomodarlo para que un mechón le cubriera el ojo por completo.

La habilidad de Mikaela con todo lo que cortara en general no le dejó despegar la atención de él. Se encontró perdida mientras repasaba las cicatrices en su rostro y no lo pensó demasiado a pesar de saberlo extraño. Cualquier distracción era válida para ignorar la voz de su abismo.

«¿Por qué tanta crueldad, querida? Yo no soy quien te trata como un mísero perro.»

Frunció el ceño, se concentraba en el ruido exterior. Mikaela intentó calmar a Luís sin éxito, bajo las luces amarillentas de la calle podía ver sus siluetas cargadas de brumas, y por desgracia, eso era mejor que observar a la oscuridad sobre su hombro, donde la figura de su abismo la esperaba expectante.

Luís volvió a escabullirse del más alto y de sus métodos poco ortodoxos para tranquilizarlo, que implicaban ofrecerle manosearlo en medio de la calle.

-Mi idea era que yo fuera solo, solo -enfatizó la última palabra-. Para mí no es tan difícil pasar por las cámaras, no cuando tengo un doble exacto, pero ustedes...

-Era maravillosa tu idea, Lulu, pero no podemos esperar tanto. ¿Quién la va a cuidar a ella mientras tanto? No voy a hacerlo yo solo.

Luís suspiró.

Génesis [La voluntad de Caos] [COMPLETA]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant