|Capítulo 27: Un favor, una deuda pendiente|

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—La calidez de sus cuerpos

me quemó hasta los cimientos.

Creí que moriría en los brazos del sol

y por esa razón deseé convertirme en él.

Luís respiró de forma pausada con la mascarilla puesta, y con sumo cuidado peinó el cabello deslucido del cadáver sobre la camilla metálica, dirigió sus dedos hábiles a hilar con delicadeza una trenza amarronada sobre el hombro de la mujer de mira...

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Luís respiró de forma pausada con la mascarilla puesta, y con sumo cuidado peinó el cabello deslucido del cadáver sobre la camilla metálica, dirigió sus dedos hábiles a hilar con delicadeza una trenza amarronada sobre el hombro de la mujer de mirada vacía. Sin embargo, bajo las luces blancas de aquel banco subterráneo de cuerpos vencidos, no pudo evitar pensar que se ahorraría toda aquella molestia si no estuviera enamorado de un errante en primer lugar.

El suspiro cansino reprimió la idea al instante, dejarlo no era una opción, por más egoísta que resultara la idea, ya que su estado formal en el mundo era la misma. Luís estaba muerto a los ojos de la sociedad y era buscado por los hombres de su padre, aquella era la razón principal por la que había aceptado su protección. El cariño incondicional que había desarrollado no tenía nada que ver con el negocio.

El negocio, ja, explotación laboral querrá decir.

De manera silenciosa se coló en sus pensamientos el recuerdo del tacto suave del cabello de Mikaela, quien le había enseñado a hacer diferentes tipos de trenzados mientras usaba el suyo como ejemplo. Luís no logró detener la cadena de memorias arraigadas al inicio de su relación que empezó a desplegarse frente a sus ojos.

—Hola, apuesto caballero. ¿Es mucha molestia para usted permitirme dormir en su lugar de trabajo? Cabe aclarar que en este momento malas personas me buscan para cortarme en pedazos, y no tengo otro escondite cerca.

Las palabras exactas que le había dicho estaban frescas en él, así como la imagen de su cuerpo ensangrentado recostado sobre la camilla, al principio lo había confundido con un cadáver más, pero se llevó un susto mortal al ver sus pupilas doradas escanearlo con descaro, para después dedicarle la más amplia de las sonrisas.

A Luís le había producido fastidio con solo escucharlo, aguantar su escrutinio sobrepasó los límites de su paciencia.

—¿Pero de qué siglo venís? Hablás como un viejo.

El gesto herido de Mikaela ante la palabra "viejo" había sido equivalente al dolor que mostraría alguien al recibir una patada en la entrepierna, y le valió a Luís terminar como el ganador en esa lucha de miradas silenciosas.

—Esa es una pregunta muy amplia, querido. Podría venir de cualquier lado, de tus sueños incluso.

Sin embargo, el extraño personaje siguió acostado en su falso lecho de muerte, y Luís se había tragado sus insultos junto a sus ganas de echarlo a la calle apenas se levantó el ala de su sombrero, lo miró a los ojos, y otra vez aquella expresión atemporal de picardía estaba impresa en sus irises siempre ardientes.

Génesis [La voluntad de Caos] [COMPLETA]Where stories live. Discover now